El tren

[Ramón Carballal]

Yo era pasajero de un tren sin destino. Me vi junto al mar, entre trigales o robles o campos amarillos como el oro sucio de la nada. Las cigüeñas y el resplandor de las vías, la flecha de los pájaros en el horizonte, un azul y un rojo que vierten en índigo su ósmosis. Prosigue el tren sobre dos hilos de hierro, como halcón sin presa, como navío sin mar, continúa el arpegio monótono de un águila que recorre los vientos, la huella de antaño, el vigor del sol cuando irrumpe en la oscuridad ciega de la quietud, y la armonía de las luces, la noche con luciérnagas y búhos, y murciélagos que acompañan al efluvio de este humo inconcreto que se extiende hacia el techo lunar, hacia el ronquido de los bosques, hacia la mariposa que crece en los lagos del silencio. ¡Ah! de la fosforescencia de una mina abierta, ¡ah! de ese infanticidio de luna en las cabañas, los prados y las colmenas. Qué sonoro es el grito de la lechuza, el frío sobre la espiga, la familia del cuervo entre las hayas, el horóscopo del sueño sin mis ojos marrones como esclusa o llave o ceniza de un rastro que viaja, que transcurre, que lentamente, con misterio, agita sus alas, mientras finge en el habitáculo ser un ruiseñor, un cactus mudo, la hiedra que trepa por los cristales -el mapa del sur huele a mandrágora, a cilantro, a anís, qué se yo-, rumores en el vagón número ocho, niños que no paran de pedir agua, quejas e insomnio y este sonido blanco de alfiles en guerra junto a mis sienes, los kilómetros son un deseo, la voz salvadora me habla de una ciudad, mi ciudad. Ahora sé que este tren sí tenía un destino.

[Sergio D'Baires]

Ramón : Poeta

¡Qué bárbaro!
¡Qué maravilla!

A veces la belleza tiene algo más; que te cuesta descifrar; y que hace la diferencia entre el aplauso y el grito...

Conmigo... lo conseguiste

Un abrazo

[Ramón Carballal]

Ramón : Poeta

¡Qué bárbaro!
¡Qué maravilla!

A veces la belleza tiene algo más; que te cuesta descifrar; y que hace la diferencia entre el aplauso y el grito...

Conmigo... lo conseguiste

Un abrazo

Gracias, Sergio, por el generoso comentario. Un abrazo.

[Carmela Viñas]

Muy bella prosa poética, Ramón Carballal.
Logras que el lector viaje también en ese tren de emociones encontradas.
Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Muy bella prosa poética, Ramón Carballal.
Logras que el lector viaje también en ese tren de emociones encontradas.
Un abrazo.

Gracias, Carmela, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Yo era pasajero de un tren sin destino. Me vi junto al mar, entre trigales o robles o campos amarillos como el oro sucio de la nada. Las cigüeñas y el resplandor de las vías, la flecha de los pájaros en el horizonte, un azul y un rojo que vierten en índigo su ósmosis. Prosigue el tren sobre dos hilos de hierro, como halcón sin presa, como navío sin mar, continúa el arpegio monótono de un águila que recorre los vientos, la huella de antaño, el vigor del sol cuando irrumpe en la oscuridad ciega de la quietud, y la armonía de las luces, la noche con luciérnagas y búhos, y murciélagos que acompañan al efluvio de este humo inconcreto que se extiende hacia el techo lunar, hacia el ronquido de los bosques, hacia la mariposa que crece en los lagos del silencio. ¡Ah! de la fosforescencia de una mina abierta, ¡ah! de ese infanticidio de luna en las cabañas, los prados y las colmenas. Qué sonoro es el grito de la lechuza, el frío sobre la espiga, la familia del cuervo entre las hayas, el horóscopo del sueño sin mis ojos marrones como esclusa o llave o ceniza de un rastro que viaja, que transcurre, que lentamente, con misterio, agita sus alas, mientras finge en el habitáculo ser un ruiseñor, un cactus mudo, la hiedra que trepa por los cristales -el mapa del sur huele a mandrágora, a cilantro, a anís, qué se yo-, rumores en el vagón número ocho, niños que no paran de pedir agua, quejas e insomnio y este sonido blanco de alfiles en guerra junto a mis sienes, los kilómetros son un deseo, la voz salvadora me habla de una ciudad, mi ciudad. Ahora sé que este tren sí tenía un destino.

Me gusta! La enumeracion de cosas sirven de rieles para el paso de este tren etereo y a la vez manifestado en bellisimas y evocadoras imagenes. Abrazos, querido Ramon. ERA

[Francisco Lobo]

Y hablas tú de alta cocina... Nos invitas con un plato de varias estrellas Michelín. El tema que tratas no me es ajeno: hace años que escribí un relato sobre un tren, por lo que "viajé en tu poema". Un abrazo.

[Pilar Morte]

Como siempre, las imágenes viajan, una tras otra, envueltas en belleza y sensibilidad poética. Felicidades.
Abrazos y salud

[Ramón Carballal]

Yo era pasajero de un tren sin destino. Me vi junto al mar, entre trigales o robles o campos amarillos como el oro sucio de la nada. Las cigüeñas y el resplandor de las vías, la flecha de los pájaros en el horizonte, un azul y un rojo que vierten en índigo su ósmosis. Prosigue el tren sobre dos hilos de hierro, como halcón sin presa, como navío sin mar, continúa el arpegio monótono de un águila que recorre los vientos, la huella de antaño, el vigor del sol cuando irrumpe en la oscuridad ciega de la quietud, y la armonía de las luces, la noche con luciérnagas y búhos, y murciélagos que acompañan al efluvio de este humo inconcreto que se extiende hacia el techo lunar, hacia el ronquido de los bosques, hacia la mariposa que crece en los lagos del silencio. ¡Ah! de la fosforescencia de una mina abierta, ¡ah! de ese infanticidio de luna en las cabañas, los prados y las colmenas. Qué sonoro es el grito de la lechuza, el frío sobre la espiga, la familia del cuervo entre las hayas, el horóscopo del sueño sin mis ojos marrones como esclusa o llave o ceniza de un rastro que viaja, que transcurre, que lentamente, con misterio, agita sus alas, mientras finge en el habitáculo ser un ruiseñor, un cactus mudo, la hiedra que trepa por los cristales -el mapa del sur huele a mandrágora, a cilantro, a anís, qué se yo-, rumores en el vagón número ocho, niños que no paran de pedir agua, quejas e insomnio y este sonido blanco de alfiles en guerra junto a mis sienes, los kilómetros son un deseo, la voz salvadora me habla de una ciudad, mi ciudad. Ahora sé que este tren sí tenía un destino.

Me gusta! La enumeracion de cosas sirven de rieles para el paso de este tren etereo y a la vez manifestado en bellisimas y evocadoras imagenes. Abrazos, querido Ramon. ERA

Gracias, ERA, me alegra que te guste. Un fuerte abrazo para ti.

[Ramón Carballal]

Y hablas tú de alta cocina... Nos invitas con un plato de varias estrellas Michelín. El tema que tratas no me es ajeno: hace años que escribí un relato sobre un tren, por lo que "viajé en tu poema". Un abrazo.

Gracias, Paco, por la lectura y la amabilidad del comentario. Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Viaje poético electrizante. Me parece magnífico, Ramón. Un disfrute de lectura. Mi enhorabuena.

Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Viaje de lujo en prosa de primera. Gracias, Ramón. Salud.

[Ramón Carballal]

Como siempre, las imágenes viajan, una tras otra, envueltas en belleza y sensibilidad poética. Felicidades.
Abrazos y salud

Gracias, Pilar, por tu visita y palabras. Un abrazo, amiga.

[Ramón Carballal]

Viaje poético electrizante. Me parece magnífico, Ramón. Un disfrute de lectura. Mi enhorabuena.

Gracias por compartir.

Un abrazo.

Gracias, Raúl, por leer y por el generoso comentario. Un abrazo.