El Pulso IV

[Sara Castelar Lorca]

La justicia se enrosca en las alcantarillas
y escupe con desgana su ceguera
hacia los negros ríos del lenguaje,
hemos bebido todo el cieno y ahora es medianoche
en todas las ciudades
en todos los océanos del mundo.

Hay pájaros oscuros sobre los soportales,
aquellos que olvidaron su condición aérea
y apuntalan el miedo con esa precisión
que condena la máscara a la sombra.

Llevo la delgadez sobre la lengua,
el imparable aroma del regreso
a lo nunca habitado
la arboleda del témpano y su frialdad caníbal.
La verdad sólo pesa en los armarios.

Como sin pretenderlo, por la inocencia misma
buscamos nuestras manos en la lluvia
en la edad extinguida que inventan los relojes
y somos más pequeños si miramos despacio
aún más dentro que el aliento mismo,
tan dulcemente frágiles,
que somos de centeno, como el pan de las aves.

Yo me acerco temblando, casi muda
al equipaje hueco del papel en los dedos
y escribo a mis hermanos:


por favor, escuchadme.

[Bismark Estrada]

Vaya imagenes...

Me mueven...

Será quiza el día...

Será quiza el momento...

Pero logras que tu atmosfera se recree a mis ojos

Un gran poema con muy buenos efectos

Saludos

Bismark

[Ricardo Serna G]

S.Castelar,

Querida amiga

bellas imágenes
versos que palpitan
al ritmo del corazón del lector...


gracias por compartir
tan extraodinaria poesía


Un abrazo fuerte

[Blanca Sandino]

"Como sin pretenderlo, por la inocencia misma
buscamos nuestras manos en la lluvia
en la edad extinguida que inventan los relojes
y somos más pequeños si miramos despacio
aún más dentro que el aliento mismo,
tan dulcemente frágiles,
que somos de centeno, como el pan de las aves."

Tendría que destacar todo el poema, si me he decidido por esa estrofa es porque, leerla en es momento, despues de:

"Llevo la delgadez sobre la lengua,
el imparable aroma del regreso
a lo nunca habitado
la arboleda del témpano y su frialdad caníbal.
La verdad sólo pesa en los armarios."

me ha enfrentado a dos situaciones, por una parte la tristeza que me produce la primera estrofa: porque sin justicia, la medianoche se adueña del mundo, y la angustia que 'aletea' en los pájaros oscuros que apuntalan el miedo, de la segunda, con, por otra parte, la sensación de fracaso de quien vuelve a lo nunca habitado, vencido y solo, y es que... la verdad solo pesa en los armarios.

Ese trayecto en solitario produce hastío, desesperanza, pero de pronto, el pensamiento, el mío, sufre una conmoción, y un sentimiento similar aunque no tan grandioso a la misericordia, abre la puerta a la ternura, al deseo de abrazar el desamparo de quienes "Como sin pretenderlo, por la inocencia misma/ buscamos nuestras manos en la lluvia" y somos "tan dulcemente frágiles,/que somos de centeno, como el pan de las aves".

Reconozco que ya estaba un poco sensibilizada; y es que el poema de Pilar Morte: Salvarnos juntos, ya me dejó tocada: imposible permanecer indiferente a sus palabras, a su: "Se anudaron los sueños que habitaban la tierra". Ahora, este Pulso IV, ha finalizado la tarea.

Decir magnífico poema es una tontería, pero acéptamelo en tanto encuentro otra palabra.

Felicidades, guajina. Y gracias.

Blanca

[Pilar Morte]

En todo el poema nos reflejamos la mayoría. Lo expresaste muy bién. Felicidades
Un abrazo
PIlar

[Hallie Hernández Alfaro]

Un poema que estremece y lubrica la memoria íntima/colectiva.Va surgiendo, emanando como un brote de esperanza...tan humana!

El final , Sara, ay el final! es sencillamente grandioso.

Abrazo,

Hallie

[Sara Castelar Lorca]

Vaya imagenes...

Me mueven...

Será quiza el día...

Será quiza el momento...

Pero logras que tu atmosfera se recree a mis ojos

Un gran poema con muy buenos efectos

Saludos

Bismark

Muchas gracias Bismark, me alegro que hayas visto el sentido de estos versos y te haya movido.

Un abrazo

Sara

[Ramón Carballal]

Apoteósico final para un poema realmente impresionante. Tus versos siempre tienen ese equilibrio perfecto entre fondo y forma, las palabras encuentran su sitio y se hacen necesarias. Te felicito, Sara. Un abrazo.

[Mario Martínez]

Hola Querida Sara.
Hermosa, muy hermosas imágenes para tan notables versos.
Un placere leerte. Abrazos.
Mario.

[Sara Castelar Lorca]

S.Castelar,

Querida amiga

bellas imágenes
versos que palpitan
al ritmo del corazón del lector...


gracias por compartir
tan extraodinaria poesía


Un abrazo fuerte

Muchas gracias Ricardo, me alegra siempre encontrarte y saber de tu aprecio, siempre es un regalo tu presencia.

Un abrazo

Sara

[Julio Gonzalez Alonso]

Sara, hay días que merece la pena haberse levantado para leer cosas como la que nos dejas hoy y aquí. Formo en el número de los que te escuchan. Y te admiran y se admiran.
Salud.

[Alejandra Goerne]

Y vamos ya por el pulso IV. Y en cada uno habitan los latidos, de los nunca escuchados. Tus pulsos siempre me provocan el latido en lo más profundo, aunque no siempre comente. Te mando un gran, gran abrazo.
PD. Que hermosa foto!!

[Sara Castelar Lorca]

"Como sin pretenderlo, por la inocencia misma
buscamos nuestras manos en la lluvia
en la edad extinguida que inventan los relojes
y somos más pequeños si miramos despacio
aún más dentro que el aliento mismo,
tan dulcemente frágiles,
que somos de centeno, como el pan de las aves."

Tendría que destacar todo el poema, si me he decidido por esa estrofa es porque, leerla en es momento, despues de:

"Llevo la delgadez sobre la lengua,
el imparable aroma del regreso
a lo nunca habitado
la arboleda del témpano y su frialdad caníbal.
La verdad sólo pesa en los armarios."

me ha enfrentado a dos situaciones, por una parte la tristeza que me produce la primera estrofa: porque sin justicia, la medianoche se adueña del mundo, y la angustia que 'aletea' en los pájaros oscuros que apuntalan el miedo, de la segunda, con, por otra parte, la sensación de fracaso de quien vuelve a lo nunca habitado, vencido y solo, y es que... la verdad solo pesa en los armarios.

Ese trayecto en solitario produce hastío, desesperanza, pero de pronto, el pensamiento, el mío, sufre una conmoción, y un sentimiento similar aunque no tan grandioso a la misericordia, abre la puerta a la ternura, al deseo de abrazar el desamparo de quienes "Como sin pretenderlo, por la inocencia misma/ buscamos nuestras manos en la lluvia" y somos "tan dulcemente frágiles,/que somos de centeno, como el pan de las aves".

Reconozco que ya estaba un poco sensibilizada; y es que el poema de Pilar Morte: Salvarnos juntos, ya me dejó tocada: imposible permanecer indiferente a sus palabras, a su: "Se anudaron los sueños que habitaban la tierra". Ahora, este Pulso IV, ha finalizado la tarea.

Decir magnífico poema es una tontería, pero acéptamelo en tanto encuentro otra palabra.

Felicidades, guajina. Y gracias.

Blanca

Querida Blanca, te gradezco mucho tus palabras y me alegra muchísimo la precisión con la que has identificado este texto, el valor del detalle que tu lectura aporta y la emoción...sobre todo la emoción, que sin ella cualquier texto estaría perdido.
La justicia y su eterna predisposición a perder son el eje que mueve cada verso, a pesar de que aún en la condición humana se roce, de alguna forma su estela. Es cierto que hay un cansancio muy grande, Blanca, pero hay cosas, de que auténticas y limpias sobreviven, por más empeño que se ponga en apuntalar el miedo porque al final, cada cual sabe quién es y muy seguramente se imponga sus propias condenas.

Un besote

Sara

[Rafel Calle]

La saga continúa en esta cuarta entrega de la mano de un excelente trabajo.
Tienes, querida amiga Sara, un estilo categórico, inconfundible, señas de identidad del autor que quiere universalizar el mensaje.
Buscando la fantasía en los recodos sociales hay una pretensión de utilidad para el humano que busca las herramientas con que seguir apañando su destino.
En la conciencia vital hallaremos la importancia, envuelta en la mansedumbre bellísima de las letras que calan.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Te mando un fuerte abrazo.

[Sara Castelar Lorca]

En todo el poema nos reflejamos la mayoría. Lo expresaste muy bién. Felicidades
Un abrazo
PIlar

Muchas gracias Pilar, por tu lectura y tu huella.

Un abrazo

Sara