La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Un rayo transparente, huesudo y aceitoso,
eso es el olvido,
rodando a nueve mil revoluciones,
quemando los recuerdos, esas almas pequeñas
que se esfuman del resto.
Ah, campos despoblados de memoria,
sed de aromas, y hambre de fragancias.
Mecanismo desértico para acicalar sueños,
los que vuelan rápido,
como mordiendo el cielo,
agujeros de nube.
Su silencio es tan paralelo,
que hablamos de un destino, un destino sin voz,
justo donde se unen las ideas, surgidas desde cero.
… Quiere…
… Ya lo hago…
… Hazlo…
… Hazlo como si nunca lo pensases…
Un rayo transparente, huesudo y aceitoso,
eso es el olvido,
rodando a nueve mil revoluciones,
quemando los recuerdos, esas almas pequeñas
que se esfuman del resto.
Ah, campos despoblados de memoria,
sed de aromas, y hambre de fragancias.
Mecanismo desértico para acicalar sueños,
los que vuelan rápido,
como mordiendo el cielo,
agujeros de nube.
Su silencio es tan paralelo,
que hablamos de un destino, un destino sin voz,
justo donde se unen las ideas, surgidas desde cero.
Andas apurado Ricardo, gracias por lo de chicas y chicos.
Logrado poema, me ha gustado y como a todo El título lo dice todo. un fuerte abrazo.
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez