Quisiera ayudarte pero no sé cómo

[Ramón Carballal]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

[Marisa Peral]

Qué difícil es querer ayudar a quien no se deja, bien porque piensa que no lo necesita o porque ni siquiera sabe que sí le hace falta esa ayuda.
Un poema duro y muy bien escrito, como siempre.

Felicidades Ramón.

Abrazos.

[Mirta Elena Tessio]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

Hola Ramón, opino como Marisa, te leo y lo que escribes me produce un gran tristeza.
Lleno de imagenes con frases desgarradoras.
Tal vez ella no necesite ser ayudada.
Dicen que si cambias la amirada las cosas también cambian.
Te dejo un gran abrazo e inténtalo.-

[E. R. Aristy]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

oda la obra es de un tejido divino, bellisma red de salavacion para el trapesista, para quien ada en la cuerda floja, o en alguna distraccion sin ver que cualquiera puede tropezar con sus propios pies. Me gusta y he disfrutado de tu elegido lenguaje, Ramón Carballal. Abrazos.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Es un poema inmenso, finamente urdido, llegador a más no poder.

Me ha emocionado, amigo; que lo sepas.

Aplausos y mi abrazo de siempre.

[Ramón Carballal]

Me ha encantado, estidado Ramón, cómo has conformado este poema, con versos largos que nunca pierden el ritmo, tanto sonoro como de pensamiento, a través de las metáforas e imágenes que vas intercalando. El conjunto genera un campo semántico, magnético, coherente que me ha producido en su lectura, un interés in crecendo hasta el último verso.
Ciertamente una gran obra que trata un tema delicado, con lírica y profundidad.

Un abrazo grande

Gracias, Armilo, por tu generoso comentario. Un fuerte abrazo.

[Israel Liñán]

Hermoso poema de tristes versos. Siempre es un placer pasar por tus letras, compañero.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Magnífico poema; es triste pero tan hermoso y logrado que pide más en la lectura. Me encantaron las imágenes. Felicidades.
Abrazos

[Ramón Carballal]

Qué difícil es querer ayudar a quien no se deja, bien porque piensa que no lo necesita o porque ni siquiera sabe que sí le hace falta esa ayuda.
Un poema duro y muy bien escrito, como siempre.

Felicidades Ramón.

Abrazos.

Así es, Marisa. Una experiencia personal, que quisiera no haber tenido, se refleja en este poema. Mil gracias por tu lectura y palabras. Besos.

[Ramón Carballal]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

Hola Ramón, opino como Marisa, te leo y lo que escribes me produce un gran tristeza.
Lleno de imagenes con frases desgarradoras.
Tal vez ella no necesite ser ayudada.
Dicen que si cambias la amirada las cosas también cambian.
Te dejo un gran abrazo e inténtalo.-

Esto ya es pasado, así que hoy por hoy no hay mucho que hacer. Gracias por tu opinión y por la lectura. Un abrazo.

[Mirta Elena Tessio]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

Hola Ramón, opino como Marisa, te leo y lo que escribes me produce un gran tristeza.
Lleno de imagenes con frases desgarradoras.
Tal vez ella no necesite ser ayudada.
Dicen que si cambias la amirada las cosas también cambian.
Te dejo un gran abrazo e inténtalo.-

Esto ya es pasado, así que hoy por hoy no hay mucho que hacer. Gracias por tu opinión y por la lectura. Un abrazo.

Entontonces usaste tu yo poético, saludos

[Ramón Castro Méndez]

Inmenso, Ramón, inmenso. No se me ocurren mejores palabras, haberlas las hay seguro, para definir tu poema y, de paso, tu poesía.

Mi admiración y abrazo.

[Ramón Carballal]

Has perdido la luna, la luz blanca. Al hablar enmudeces
como un pájaro sin cielo. Esa mirada envejecida que se diluye
en horizontes proscritos, la palidez del labio, transparente
como cristal de urna, las cejas entrecruzadas de fruncir
la noche, de no verte en los espejos. Y un aullido sin alas,
una flor en el desierto umbrío de la jungla pétrea, la barca
entre la niebla junto al lago de la vida, y tu voz de meteoro,
enronquecida por el hastío, la afonía, el lupanar de las sombras,
la caída gris de la lluvia, gris de acero lánguido, gris inhóspito
de álgebras que no sabes leer, tan sola tú bajo las sábanas,
el pastillero casi vacío, la deriva incontinente de tus omoplatos
como naves espaciales en una constelación de azufre, de mercurio
abrasivo la luz, de siderurgia terrible en los ojos que no ven confín,
de manos cóncavas que toman la pluma en danza sobre el papel
virginal, con tu ortografía de corazón inútil, con tu derrota
sin párpados, con tu silencio de finitud que late, palpita,
igual que un río conocedor de su suerte, el seguro adiós.

oda la obra es de un tejido divino, bellisma red de salavacion para el trapesista, para quien ada en la cuerda floja, o en alguna distraccion sin ver que cualquiera puede tropezar con sus propios pies. Me gusta y he disfrutado de tu elegido lenguaje, Ramón Carballal. Abrazos.

Gracias, ERA, por la amabilidad del comentario. Un fuerte abrazo.

[Ramón Carballal]

.

Es un poema inmenso, finamente urdido, llegador a más no poder.

Me ha emocionado, amigo; que lo sepas.

Aplausos y mi abrazo de siempre.

Siempre eres generosa, Hallie, mucho más de lo que mis intentos merecen. Un abrazo grande.

[Ramón Carballal]

Hermoso poema de tristes versos. Siempre es un placer pasar por tus letras, compañero.

Un abrazo.

Gracias, Israel, por tu visita y palabras. Un abrazo.