Editorial Alaire

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Pablo Sales escribió: ↑Mar, 19 Abr 2022 0:23 Con gusto me llevo el 0 de este gran trabajo. Felicidades Ramón.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Un poema, sencllamente exquisito, pleno de profundidad, con lirismo, igualmente excelente. Resumiendo: un gran poema, Te felicito, querdo compañero.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Mirta Elena Tessio escribió: ↑Mar, 19 Abr 2022 4:36

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Me encanta como escribes Ramón, me ha gustado mucho esta estrofa, encuentro el sentido del poema, espero no equivocarme.

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Creo que es una genial metáfora.
Te dejo mi abrazo y nos estamos leyendo.

Pilar Morte escribió: ↑Mar, 19 Abr 2022 7:56 Precioso poema, es como un renacer a la vida a través del amor. Me gustó leerte.
Abrazos

Armilo Brotón escribió: ↑Mar, 19 Abr 2022 14:39 Yo leo tu poema, querido amigo, como un canto a la poesía que nos reverdece en la emoción y, como tal, toma la imagen de una mujer, belleza, pasión, misterio, componiendo una alegoría de alto voltaje lírico.
En resumen, para no ponerme muy lírico: mi deseo es que te de un un buen morreo y así lo rimamos con mi abrazo, siempre Castro.

Cuídate hermano.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Armilo Brotón escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 15:39

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 23 Abr 2022 15:00 ¡Munches gracies, ho! Pues sí, mi hermano, lo del amor está muy concurrido y recurrido, pero estamos en primavera y es tiempo de efusiones hasta donde se pueda.

Un abrazote y cura ut valeas.

Ad Efectum Vivendi, declaro que eres un suertudo. Te han procurado una sinecura en la bodega del Nuevo Palmar, donde en la época de estro, a falta, supongo por los votos, de ostras, podrás palpar, apretar y sentir la calidez en boca unas ubres, mal llamadas botas por los legos, repletas de mistela; calostro que los dioses convirtiron en su sangre con Animus Domini Rem Sibi Habendi. Yo estoy seguro que con determinación y constancia llegas también al Olimpo.



Estaba destinado a ser casi tercera generación de bodegueros, pero las circunstancias... en fin. La vida, ya tú sabes.Del Olimpo no quiero saber nada, escape de allí como alma que lleva el diablo. Demasiada burocracia para mi gusto.

Abrazote, hermano.

Un abrazote, siempre que corra el aire, que te noto efusivo.

José Manuel F. Febles escribió: ↑Mié, 20 Abr 2022 9:36

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Lun, 18 Abr 2022 22:54 De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Un poema, sencllamente exquisito, pleno de profundidad, con lirismo, igualmente excelente. Resumiendo: un gran poema, Te felicito, querdo compañero.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Muchas gracias, amigo José Manuel, por tu generosidad y amables palabras.

Un fuerte abrazo.