Poema n.º 2

[Ramón Castro Méndez]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

[Pablo Sales]

Con gusto me llevo el 0 de este gran trabajo. Felicidades Ramón.

[Mirta Elena Tessio]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Me encanta como escribes Ramón, me ha gustado mucho esta estrofa, encuentro el sentido del poema, espero no equivocarme.

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Creo que es una genial metáfora.
Te dejo mi abrazo y nos estamos leyendo.

[Pilar Morte]

Precioso poema, es como un renacer a la vida a través del amor. Me gustó leerte.
Abrazos

[Ramón Castro Méndez]

Con gusto me llevo el 0 de este gran trabajo. Felicidades Ramón.

Muchas gracias, Pablo, por acercarte hasta mis letras y dejarme tu muy apreciado comentario.

Un fuerte abrazo.

[José Manuel F. Febles]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Un poema, sencllamente exquisito, pleno de profundidad, con lirismo, igualmente excelente. Resumiendo: un gran poema, Te felicito, querdo compañero.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

[Ramón Castro Méndez]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Me encanta como escribes Ramón, me ha gustado mucho esta estrofa, encuentro el sentido del poema, espero no equivocarme.

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Creo que es una genial metáfora.
Te dejo mi abrazo y nos estamos leyendo.

Muchas gracias, amiga Mirta, me alegra que haya sido de tu agrado este poema. Intentaba escribir un poema de amor, pero se quedó un poco colgando. Sí, las dos primeras estrofas quizá sean las más definitorias de mi intención.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Carballal]

Hermoso poema, de una belleza que atrapa. Felicidades y un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Precioso poema, es como un renacer a la vida a través del amor. Me gustó leerte.
Abrazos

Muchas gracias, querida Pilar, me alegra que este poema haya sido de tu agrado.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Yo leo tu poema, querido amigo, como un canto a la poesía que nos reverdece en la emoción y, como tal, toma la imagen de una mujer, belleza, pasión, misterio, componiendo una alegoría de alto voltaje lírico.
En resumen, para no ponerme muy lírico: mi deseo es que te de un un buen morreo y así lo rimamos con mi abrazo, siempre Castro.

Cuídate hermano.

¡Munches gracies, ho! Pues sí, mi hermano, lo del amor está muy concurrido y recurrido, pero estamos en primavera y es tiempo de efusiones hasta donde se pueda.

Un abrazote y cura ut valeas.

[Julio Gonzalez Alonso]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Resultan muy aportunas las imágenes con que arropas el poema; he subrayado algunas, pero todas encierran una fuerza lírica reseñable. Felicitaciones, Ramón, y mi abrazo.
Salud.

[Marisa Peral]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Pues todo el poema es precioso pero a mi me gusta muchísimo la segunda estrofa y el cierre del poema.
Felicidades y gracias por compartir.

Por cierto, Ramón, este es el poema nº 2 ¿Hay un poema nº 1?

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Hermoso poema, alto lirismo, poeta.
Realmente no deberia elegir los versos mas bellos porque todos son bellos y dicientes. La estrofa final cierra este regalo poetico como esos labios ansiosamente deseando el beso de la amada. Te felicito, Ramón Castro Méndez!

"Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios."

[Ramón Castro Méndez]

¡Munches gracies, ho! Pues sí, mi hermano, lo del amor está muy concurrido y recurrido, pero estamos en primavera y es tiempo de efusiones hasta donde se pueda.

Un abrazote y cura ut valeas.

Ad Efectum Vivendi, declaro que eres un suertudo. Te han procurado una sinecura en la bodega del Nuevo Palmar, donde en la época de estro, a falta, supongo por los votos, de ostras, podrás palpar, apretar y sentir la calidez en boca unas ubres, mal llamadas botas por los legos, repletas de mistela; calostro que los dioses convirtiron en su sangre con Animus Domini Rem Sibi Habendi. Yo estoy seguro que con determinación y constancia llegas también al Olimpo.



Estaba destinado a ser casi tercera generación de bodegueros, pero las circunstancias... en fin. La vida, ya tú sabes.Del Olimpo no quiero saber nada, escape de allí como alma que lleva el diablo. Demasiada burocracia para mi gusto.

Abrazote, hermano.

Un abrazote, siempre que corra el aire, que te noto efusivo.

[Ramón Castro Méndez]

De la raíz del árbol,
de la palabra ungida
estás naciendo.
Como un animal herido,
despiertas al mundo
y amaneces
al tiempo que la rosa
crece en su hermosura.

Llegas con la luz
-la noche herida
por un ladrido o un beso-
hasta mis párpados oscuros,
donde el alba muere
en la soledad de mis pupilas.
La frente abatida
de tanto mar llorado.

Bajo tu pecho,
el corazón arde
como carbón celeste.
Arteriales ríos
recorren tu piel como un incendio.
Dame,
antes que la memoria muera,
el beso que devuelva
la sangre a mis labios.

Un poema, sencllamente exquisito, pleno de profundidad, con lirismo, igualmente excelente. Resumiendo: un gran poema, Te felicito, querdo compañero.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Muchas gracias, amigo José Manuel, por tu generosidad y amables palabras.

Un fuerte abrazo.