
Retomada la carne y el latido,
solo restan algunas fantasías,
que escapan de mi cuerpo,
de noche,
cuando mis dedos penetran en el aire,
y respiro despacio,
amaneceres,
con la luz del olvido yéndose hacia el mar,
navegando horizontes como olas,
olas como horizontes,
sueños como recuerdos,
recuerdos como sueños…