Los lamentos de Jasón

[Ramón Carballal]

Somos hijos del odio y del temor. Tú, sabio Quirón,
me paseaste por el jardín de las manzanas de oro,
con tus enseñanzas bruñí mi piel, mi sola nausea de cautivo.

Llegó el día del sol rojo, crucificado entré a las tierras de mi llaga,
las columnas del viejo templo temblaron como amantes tiernas,
en mi sangre late aún la oscura herida. Fuiste tú Pelias quien encendió el fuego
de este corazón noble, para vengar el sino, para ser el ojo de dios
fui tu huésped. ¡El vellocino, el vellocino, ese manto que ocultó
la luz de mis sueños, tu rubia melena de ceniza!

Siempre odié el mar y a sus dioses, fruto del capricho,
este pedazo de madera, encina contra encina, vencerá el eco de las furias
y allá en la Cólquide derramará su copa de orgullo y letanía.

El viaje fue azul sobre azul, el misterio de costas sin nombre,
la deriva hacia las fuentes de unos pechos vírgenes, los tuyos Hipsipila,
reina de los pámpanos, musa de acantos y países muertos en jazmín.

Pasó un lustro en dos años, hasta que regresó mi conciencia,
con mis bien amados héroes partí un día lunar de ojos azulados,
la vista fija en los acantilados blancos, la gran muralla
y el oficio de los dioses cubriendo de aullidos el misterio.

¿Que no habría conseguido sin ti, Medea?, el amor esculpe en futuro
las garras ambiciosas del águila, tu corazón de volcán abrasa la memoria
(susurré en tus oídos mi necesidad, los toros de fuego
te lamieron los pómulos y la oscura serpiente se hizo llamas y silencio),
me alcanzaste con tu mano de marfil el vellón encrespado,
relucía como una diadema arrancada a las fauces poderosas del dragón.

Partimos. En mi hombro la huella de tu carne, en mis ojos
la verdad de un dios que trae al encuentro su promesa airada.
¡Hubiera sido tan sencillo amar!, tu venganza no era mi venganza,
tus artes no eran mi destino. Hacia otro país , herido ya de lunas ,
pronto necesité un jardín limpio y profundo.
¿Por qué, Medea, tu crueldad de ojos turbios?
¿Ahora que la brisa nos adormece no escuchas en el rumor de las olas
los ecos oscuros de la infancia, la dulce llamada de tus hijos muertos?

[Hallie Hernández Alfaro]

Qué trabajo poético querido Ramón! Una historia llena de significantes que atraviesan una vida, varias vidas. Las imágenes son insusitadamente bellas, pero además se colocan como lanzas afiladas en la fronetra de la sangre propia y la mitología. Me he sentido diosa responsable, azul infinito, bronce que salpica futuro, ademan de sino con ojos nuevos.

Percibo una fuerza lírica madura, firme y nominada en tu voz.

Enhorabuena poeta, enhorabuena!!!

Besos,

Hallie

[carmen iglesia]

Jolines, Ramón, estaba intentando escribir un poema y me dejaste K.A.O. Me sentí ridículamente pequeña después de leer este inmenso trabajo...

Aplausos (pero otro día no te leo, jajaja... que me cortas el rollo).

Un besote. Es magnífico.

Carmen

[Blanca Sandino]

"Partimos. En mi hombro la huella de tu carne, en mis ojos
la verdad de un dios que trae al encuentro su promesa airada.
¡Hubiera sido tan sencillo amar!, tu venganza no era mi venganza,
tus artes no eran mi destino. Hacia otro país , herido ya de lunas ,
pronto necesité un jardín limpio y profundo.
¿Por qué, Medea, tu crueldad de ojos turbios?
¿Ahora que la brisa nos adormece no escuchas en el rumor de las olas
los ecos oscuros de la infancia, la dulce llamada de tus hijos muertos?"


Aplausos, Ramón. Muchos.

Blanca

[Julio Gonzalez Alonso]

Bueno, Ramón, desde mi particular gusto por este tipo de temas, algunos de los cuales he recreado con mayor o menor fortuna en diferentes poemas, no me queda más remedio que aplaudir tu trabajo. Pero hay más razones en mi aplauso que la mera afición por la mitología y, como razón de mayor peso, está la calidad con que has construido un poema complejo, largo, en el que la tensión se mantiene verso a verso y en el que el vocabulario escogido y el estilo nos hacen respirar el ambiente de estas quejas.
Salud.

[Ramón Carballal]

Qué trabajo poético querido Ramón! Una historia llena de significantes que atraviesan una vida, varias vidas. Las imágenes son insusitadamente bellas, pero además se colocan como lanzas afiladas en la fronetra de la sangre propia y la mitología. Me he sentido diosa responsable, azul infinito, bronce que salpica futuro, ademan de sino con ojos nuevos.

Percibo una fuerza lírica madura, firme y nominada en tu voz.

Enhorabuena poeta, enhorabuena!!!

Besos,

Hallie

Gracias, Hallie, de verdad que me animan mucho tus palabras. Besos.

[Ramón Carballal]

Jolines, Ramón, estaba intentando escribir un poema y me dejaste K.A.O. Me sentí ridículamente pequeña después de leer este inmenso trabajo...

Aplausos (pero otro día no te leo, jajaja... que me cortas el rollo).

Un besote. Es magnífico.

Carmen

jajajaja..seguro que te vuelve la inspiración en cinco segundos, Carmen. Este es un poema diferente a lo que escribo normalmente, me apetecía tocar un tema mitológico y lo hice con mayor o menor acierto. Muchos besos.

[Ricardo Serna G]

Ramón Carballal,

Un trabajo extraodinario, querido amigo

te felicito...


me lo llevo para disfrutarlo plenamente


Un abrazo fuerte

[Lila Manrique]

Un buen trabajo poético, felicidades

[Ramón Carballal]

"Partimos. En mi hombro la huella de tu carne, en mis ojos
la verdad de un dios que trae al encuentro su promesa airada.
¡Hubiera sido tan sencillo amar!, tu venganza no era mi venganza,
tus artes no eran mi destino. Hacia otro país , herido ya de lunas ,
pronto necesité un jardín limpio y profundo.
¿Por qué, Medea, tu crueldad de ojos turbios?
¿Ahora que la brisa nos adormece no escuchas en el rumor de las olas
los ecos oscuros de la infancia, la dulce llamada de tus hijos muertos?"


Aplausos, Ramón. Muchos.

Blanca

Gracias, Blanca, por esos aplausos, seguramente inmerecidos. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Bueno, Ramón, desde mi particular gusto por este tipo de temas, algunos de los cuales he recreado con mayor o menor fortuna en diferentes poemas, no me queda más remedio que aplaudir tu trabajo. Pero hay más razones en mi aplauso que la mera afición por la mitología y, como razón de mayor peso, está la calidad con que has construido un poema complejo, largo, en el que la tensión se mantiene verso a verso y en el que el vocabulario escogido y el estilo nos hacen respirar el ambiente de estas quejas.
Salud.

Sé de tu querencia por los temas mitólogicos y lo bien que los tratas en tus poemas. Por eso es importante para mi tu opinión, Julio. Gracias, amigo, por tu amable comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Ramón Carballal,

Un trabajo extraodinario, querido amigo

te felicito...


me lo llevo para disfrutarlo plenamente


Un abrazo fuerte

Gracias, Ricardo, por tu constante apoyo. Un abrazo.

[Emilio Aparicio]

Somos hijos del odio y del temor. Tú, sabio Quirón,
me paseaste por el jardín de las manzanas de oro,
con tus enseñanzas bruñí mi piel, mi sola nausea de cautivo.

Llegó el día del sol rojo, crucificado entré a las tierras de mi llaga,
las columnas del viejo templo temblaron como amantes tiernas,
en mi sangre late aún la oscura herida. Fuiste tú Pelias quien encendió el fuego
de este corazón noble, para vengar el sino, para ser el ojo de dios
fui tu huésped. ¡El vellocino, el vellocino, ese manto que ocultó
la luz de mis sueños, tu rubia melena de ceniza!

Siempre odié el mar y a sus dioses, fruto del capricho,
este pedazo de madera, encina contra encina, vencerá el eco de las furias
y allá en la Cólquide derramará su copa de orgullo y letanía.

El viaje fue azul sobre azul, el misterio de costas sin nombre,
la deriva hacia las fuentes de unos pechos vírgenes, los tuyos Hipsipila,
reina de los pámpanos, musa de acantos y países muertos en jazmín.

Pasó un lustro en dos años, hasta que regresó mi conciencia,
con mis bien amados héroes partí un día lunar de ojos azulados,
la vista fija en los acantilados blancos, la gran muralla
y el oficio de los dioses cubriendo de aullidos el misterio.

¿Que no habría conseguido sin ti, Medea?, el amor esculpe en futuro
las garras ambiciosas del águila, tu corazón de volcán abrasa la memoria
(susurré en tus oídos mi necesidad, los toros de fuego
te lamieron los pómulos y la oscura serpiente se hizo llamas y silencio),
me alcanzaste con tu mano de marfil el vellón encrespado,
relucía como una diadema arrancada a las fauces poderosas del dragón.

Partimos. En mi hombro la huella de tu carne, en mis ojos
la verdad de un dios que trae al encuentro su promesa airada.
¡Hubiera sido tan sencillo amar!, tu venganza no era mi venganza,
tus artes no eran mi destino. Hacia otro país , herido ya de lunas ,
pronto necesité un jardín limpio y profundo.
¿Por qué, Medea, tu crueldad de ojos turbios?
¿Ahora que la brisa nos adormece no escuchas en el rumor de las olas
los ecos oscuros de la infancia, la dulce llamada de tus hijos muertos?

Aunque suene a alago fácil, lo sé, no me queda otra que decirte que tu manera de hacer poesía, de entender la poesía es admirable: da lo mismo que trates, como en este caso, un tema mitológico o que recurras a aspectos de la vida cotidiana, que siempre primará, sin menoscabo de otras cualidades, la calidad en tu escritura por encima de todo. Y es que se nota el trabajo, la dedicación minuciosa a la hora de elaborar el poema - no dejas cabo suelto-, y luego algo innato: el talento literario. No me cabe la menor duda, sin ser un entendido, que hay mucha calidad en lo que escribes. Un abrazo Ramón

[J. J. Martínez Ferreiro]

Hermosos versos que recrean la mítica singladura de Jasón y los argonautas en busca del vellocino de oro; rebosan pasión y esa grandeza de la nostalgia épica.

Todo un pleno poético, querido amigo.

[Sara Castelar Lorca]

Estupendo poema Ramón, simpre apuntando hacia los caminos donde el lenguaje se hace grande.
Un placer leerte.

Abrazos

Sara