De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
y en todos al mismo tiempo,
cautivados por la inmensidad
de una noche sin luna.
Me han llamado de todo
a lo largo de esta vida,
lo último “descerebrado”,
autoría de un simpático poeta
al que no le gustó nada
mi alusión a los mosquitos
capaces de construir sonetos
a lo Quevedo con sus zumbidos.
Voy a tener que darle la razón,
pues no solo debo carecer
de mi víscera pensante,
sino que también he tenido
que alcanzar un alto grado de locura,
porque escucho la música de las estrellas,
una especie de rock sinfónico
de luz y color, a lo Pink Floyd,
que hace de la noche
un grandioso espectáculo.
Qué bien se está recostado
en esta inmenso y protector silencio,
mientras aspiro los efluvios relajantes de María
y observo cómo cambia lentamente
la partitura del cielo.
Hoy, aunque no es el día de todos los muertos
habidos y por haber,
he pensado en la muerte.
Alguien tendrá que explicarme
el porqué de tanta celebración
a cuenta del final de la existencia,
porque ni puta gracia que tiene el asunto:
me parece horrible, doloroso, trágico,
putrefacto, maloliente y asqueroso.
¿Y qué queda después de pasar la frontera definitiva,
de traspasar la última puerta?
Ya respondo yo; nada, solo un montón de feos huesos
que no sirven ni para hacer caldo.
¡Cuántas riquezas han acumulado las malditas religiones
con el cuento de la otra vida!
Menuda pandilla de timadores.
Quedará el recuerdo, tu historia, tu huella...
Pura bazofia sentimental.
“Quiero que me devuelvan la vida”.
Eso es lo que demandaré cuando fallezca
por sentirme estafado, engañado y muerto.
Morir es injusto y no libera de nada,
porque a todos, incluyo al más triste
y deprimido de los mortales,
nos gusta vivir más que a un cura el vino
y quien esté libre de pecado que se lance al vacío.
Hoy, por enésima vez, tampoco he follado.
Aunque soy ateo, me estoy pensando si largarme
a un monasterio de clausura,
visto lo poco que me cuesta mantenerme casto,
o convertirme en un anacoreta arborícola,
dedicado a la contemplación del ombligo
a ver si me llega la luz,
y por la gracia de dios paso de ser un ateo convencido
a transformarme en un verdadero creyente
-estos son los peligros de la sublimación freudiana-.
Ya no recuerdo cuando fue
la última vez que lo hice, me refiero a lo de follar.
Solo espero que ocurra
lo mismo que con la bicicleta,
que una vez que aprendes no se te olvida. Amén
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Un abrazo.
que te tortura el no poder escribir
o que
no puedes escribir porque estás torturado?
¿Dices
que estos tiempos te han convertido en un escéptico
o que
estos tiempos confirman tu escepticismo?
SAM SHEPARD
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Francesch Vicent escribió: ↑Sab, 12 Feb 2022 13:50 Mi soledad y yo, en ningún lugar
y en todos al mismo tiempo,
cautivados por la inmensidad
de una noche sin luna.
Me han llamado de todo
a lo largo de esta vida,
lo último “descerebrado”,
autoría de un simpático poeta
al que no le gustó nada
mi alusión a los mosquitos poetas,
capaces de construir sonetos
a lo Quevedo con sus zumbidos.
Voy a tener que darle la razón,
pues no solo debo carecer
de mi víscera pensante,
sino que también he tenido
que alcanzar un alto grado de locura,
porque escucho la música de las estrellas,
una especie de rock sinfónico
de luz y color, a lo Pink Floyd,
que hace de la noche
un grandioso espectáculo.
Qué bien se está recostado
en esta inmenso y protector silencio,
mientras aspiro los efluvios relajantes de María
y observo cómo cambia lentamente
la partitura del cielo.
Hoy, aunque no es el día de todos los muertos
habidos y por haber,
he pensado en la muerte.
Alguien tendrá que explicarme
el porqué de tanta celebración
a cuenta del final de la existencia,
porque ni puta gracia que tiene el asunto:
me parece horrible, doloroso, trágico,
putrefacto, maloliente y asqueroso.
¿Y qué queda después de pasar la frontera definitiva,
de traspasar la última puerta?
Ya respondo yo; nada, solo un montón de feos huesos
que no sirven ni para hacer caldo.
¡Cuántas riquezas han acumulado las malditas religiones
con el cuento de la otra vida!
Menuda pandilla de timadores.
Quedará el recuerdo, tu historia, tu huella...
Pura bazofia sentimental.
“Quiero que me devuelvan la vida”.
Eso es lo que demandaré cuando fallezca
por sentirme estafado, engañado y muerto.
Morir es injusto y no libera de nada,
porque a todos, incluyo al más triste
y deprimido de los mortales,
nos gusta vivir más que a un cura el vino
y quien esté libre de pecado que se lance al vacío.
Hoy, por enésima vez, tampoco he follado.
Aunque soy ateo, me estoy pensando si largarme
a un monasterio de clausura,
visto lo poco que me cuesta mantenerme casto,
o convertirme en un anacoreta arborícola,
dedicado a la contemplación del ombligo
a ver si me llega la luz,
y por la gracia de dios paso de ser un ateo convencido
a transformarme en un verdadero creyente
-estos son los peligros de la sublimación freudiana-.
Ya no recuerdo cuando fue
la última vez que lo hice, me refiero a lo de follar.
Solo espero que ocurra
lo mismo que con la bicicleta,
que una vez que aprendes no se te olvida. Amén
Mi admiración y respeto, Francesch. Nos dejas un poema desnudo y meditativo (Amén). Un poema con la voz fresca de la confesión y la madurez de la franqueza. Tu arte poético bucea a los sin fondos de las cosas y vuela traspasando el cielo. Y sin embargo, es un hombre con los pies sobre la Tierra. E. R. Aristy
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
A mi también me ha gustado este despliegue de sinceridad existencial, Francesch.
Creo que consigues una obra compacta y bien desarrollada.
Felicitaciones y mucha salud.
Gracias por estar.
"Sé mi nombre, pero me desconozco.
Ignoro tu nombre, pero todavía te sueño."
Aventuras de El Roedor. El palo
Ignacio Mincholed
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Felicidades.
Abrazos.
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Gracias, compañero poeta, por tu amabilidad y consideración.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 12 Feb 2022 16:17 Muy interesante, me ha gustado, tu irónico poema sobre la vida, la muerte y todas sus islas y circunstancias. Me llevo el cero con placer.
Un abrazo.
Saludos.
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Re: De cómo la mente de Margites, un poeta descerebrado, es un cajón de-sastre
Tus comentarios, admirada poetisa, son auténticos tesoros dignos de guardar.E. R. Aristy escribió: ↑Sab, 12 Feb 2022 23:24Francesch Vicent escribió: ↑Sab, 12 Feb 2022 13:50 Mi soledad y yo, en ningún lugar
y en todos al mismo tiempo,
cautivados por la inmensidad
de una noche sin luna.
Me han llamado de todo
a lo largo de esta vida,
lo último “descerebrado”,
autoría de un simpático poeta
al que no le gustó nada
mi alusión a los mosquitos poetas,
capaces de construir sonetos
a lo Quevedo con sus zumbidos.
Voy a tener que darle la razón,
pues no solo debo carecer
de mi víscera pensante,
sino que también he tenido
que alcanzar un alto grado de locura,
porque escucho la música de las estrellas,
una especie de rock sinfónico
de luz y color, a lo Pink Floyd,
que hace de la noche
un grandioso espectáculo.
Qué bien se está recostado
en esta inmenso y protector silencio,
mientras aspiro los efluvios relajantes de María
y observo cómo cambia lentamente
la partitura del cielo.
Hoy, aunque no es el día de todos los muertos
habidos y por haber,
he pensado en la muerte.
Alguien tendrá que explicarme
el porqué de tanta celebración
a cuenta del final de la existencia,
porque ni puta gracia que tiene el asunto:
me parece horrible, doloroso, trágico,
putrefacto, maloliente y asqueroso.
¿Y qué queda después de pasar la frontera definitiva,
de traspasar la última puerta?
Ya respondo yo; nada, solo un montón de feos huesos
que no sirven ni para hacer caldo.
¡Cuántas riquezas han acumulado las malditas religiones
con el cuento de la otra vida!
Menuda pandilla de timadores.
Quedará el recuerdo, tu historia, tu huella...
Pura bazofia sentimental.
“Quiero que me devuelvan la vida”.
Eso es lo que demandaré cuando fallezca
por sentirme estafado, engañado y muerto.
Morir es injusto y no libera de nada,
porque a todos, incluyo al más triste
y deprimido de los mortales,
nos gusta vivir más que a un cura el vino
y quien esté libre de pecado que se lance al vacío.
Hoy, por enésima vez, tampoco he follado.
Aunque soy ateo, me estoy pensando si largarme
a un monasterio de clausura,
visto lo poco que me cuesta mantenerme casto,
o convertirme en un anacoreta arborícola,
dedicado a la contemplación del ombligo
a ver si me llega la luz,
y por la gracia de dios paso de ser un ateo convencido
a transformarme en un verdadero creyente
-estos son los peligros de la sublimación freudiana-.
Ya no recuerdo cuando fue
la última vez que lo hice, me refiero a lo de follar.
Solo espero que ocurra
lo mismo que con la bicicleta,
que una vez que aprendes no se te olvida. Amén
Mi admiración y respeto, Francesch. Nos dejas un poema desnudo y meditativo (Amén). Un poema con la voz fresca de la confesión y la madurez de la franqueza. Tu arte poético bucea a los sin fondos de las cosas y vuela traspasando el cielo. Y sin embargo, es un hombre con los pies sobre la Tierra. E. R. Aristy
Saludos afectuosos.