Ochenta años

[Ramón Carballal]

En un cuaderno he escrito mi nombre cien veces, para no olvidarme.

Doy de comer a los pájaros en una plaza sin árboles,
me pregunto qué hacen aquí las palomas.

Me tomo seis pastillas diferentes, ordenadas por horas,
como las saetas de un reloj insomne.

Arrastro los pies, no lo puedo evitar.

Me hablan como a un niño, aunque los mire como un padre.

Aún fumo a escondidas, en los retretes,
en mi habitación sin rejas,
cuando es de madrugada.

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.

[E. R. Aristy]

En un cuaderno he escrito mi nombre cien veces, para no olvidarme.

Doy de comer a los pájaros en una plaza sin árboles,
me pregunto qué hacen aquí las palomas.

Me tomo seis pastillas diferentes, ordenadas por horas,
como las saetas de un reloj insomne.

Arrastro los pies, no lo puedo evitar.

Me hablan como a un niño, aunque los mire como un padre.

Aún fumo a escondidas, en los retretes,
en mi habitación sin rejas,
cuando es de madrugada.

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.

Bellísimo, Ramon! Es un poema como una estampa de un anciano sentado al borde de su cama...me conmueve su poder evocativo!

[Marisa Peral]

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.
[/

Expresas con nitidez la decadencia, momentos lúcidos dan paso a una realidad inexplicable.
Es tan cercano y real que duele.
Este final es el broche inmejorable del poema.
Felicidades Ramón.
Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Muy bueno y muy emotivo este poema, donde reflejas perfectamente esa edad a la que se llega con dificultades y en la que las dificultades aumentan.
Te felicito, Ramón, por este hermoso y muy logrado poema.

Un fuerte abrazo

[Pilar Morte]

Se ve al anciano, sus pasos lentos en un poema realista y muy hermoso. Lo has retratado como es.
Me gustó.
Abrazos

[xaime oroza carballo]

En un cuaderno he escrito mi nombre cien veces, para no olvidarme.

Doy de comer a los pájaros en una plaza sin árboles,
me pregunto qué hacen aquí las palomas.

Me tomo seis pastillas diferentes, ordenadas por horas,
como las saetas de un reloj insomne.

Arrastro los pies, no lo puedo evitar.

Me hablan como a un niño, aunque los mire como un padre.

Aún fumo a escondidas, en los retretes,
en mi habitación sin rejas,
cuando es de madrugada.

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.

Encandilante e achegador, meu amigo, ata o estremecemento.

Vaian os meus parabéns cunha fonda aperta.

[Jerónimo Muñoz]

Ay Ramón, ay Ramón.
No tengo aún ochenta años, me faltan quince meses.
No escribo mi nombre en ningún cuaderno, espero recordarlo un rato más.
Doy de comer a los gorriones en una calle con árboles y palomas.
Me tomo nueve pastillas diferentes cada día, ordenadas por horas.
Arrastro los pies y me regañan por ello.
Me hablan como a un niño pero yo les recito poemas. Mi cerebro es joven.
No fumo desde hace nueve meses. No volveré a hacerlo.
Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos. (Hermoso final).

Te felicito por este profundo y humano poema.
Un fuerte abrazo.

Jerónimo

[Israel Liñán]

Es un gran poema, Ramón, conmovedor y con gran fuerza en su mensaje.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

¡Qué manera tan acertada de acercarse al tema de la edad avanzada y denunciar la realidad de la vida convertida en dependencias de toda clase antes de consumirse totalmente! Admirable por el estilo, sin truculencias ni dramatismos inútiles Eres un gran escritor, Ramón. Con mi abrazo. Salud.

[Rafel Calle]

Hermoso trabajo, amigo Ramón, que sin duda nos trae entrañables recuerdos a la mayoría de los mortales.
Felicidades.
Abrazos.

[Ramón Carballal]

En un cuaderno he escrito mi nombre cien veces, para no olvidarme.

Doy de comer a los pájaros en una plaza sin árboles,
me pregunto qué hacen aquí las palomas.

Me tomo seis pastillas diferentes, ordenadas por horas,
como las saetas de un reloj insomne.

Arrastro los pies, no lo puedo evitar.

Me hablan como a un niño, aunque los mire como un padre.

Aún fumo a escondidas, en los retretes,
en mi habitación sin rejas,
cuando es de madrugada.

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.

Bellísimo, Ramon! Es un poema como una estampa de un anciano sentado al borde de su cama...me conmueve su poder evocativo!

Gracias, ERA, por las palabras que dejas. Un abrazo, amiga.

[Ramón Carballal]

Dime que hoy no lloverá otra vez sobre mis recuerdos.
[/

Expresas con nitidez la decadencia, momentos lúcidos dan paso a una realidad inexplicable.
Es tan cercano y real que duele.
Este final es el broche inmejorable del poema.
Felicidades Ramón.
Abrazos.

Gracias, Marisa, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Da igual en el registro que te muevas, estimado Ramón, siempre sacas jugo a lo que te rodea con gran sensibilidad. Has demostrado ello aquí, sin grandes recursos retóricos aparentes pero con un dominio grande de la trasmisión emotiva.

Un abrazo

Gracias, Armilo, por la amabilidad del comentario. Un abrazo.

[Alejandro Costa]

¡Qué maravilla!

Me ha encantado Ramón.

Es precioso y real, muy real.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Muy bueno y muy emotivo este poema, donde reflejas perfectamente esa edad a la que se llega con dificultades y en la que las dificultades aumentan.
Te felicito, Ramón, por este hermoso y muy logrado poema.

Un fuerte abrazo

Gracias, Ramón, por leer y dejar tu comentario. Un abrazo.