Qualia del olvido

[J. J. Martínez Ferreiro]

Observo en el atardecer el gas de la luz ida,
desaparecido infinito,
piedra profunda e insostenible
golpeando las cercanías del corazón.
Se ve pasar un tigre
una y otra vez, solitario,
apenas sugerido en la sangre del fondo.

Las dudas persistentes son crueles barricadas
para sucumbir en primera línea.

Pesa el silencio. Arde el aire lúbrico.
Llegan a nosotros voces
que rasgan las cortinas como navajas romas;
pasan bajo los hierros, bajo las macetas dolientes.
Por eso tiemblan nuestros pasos,
por esa tempestad en las sentinas.
Toda tu espalda es una herida.
Y hasta se hinchan los muros bajo las aves calcinadas.

No deseo algodones en los ojos
ni el trigo de la ira, ni los ríos
de la murmuración.
Elijo las aguas vacías
de los pozos soñados, las serpientes
en los pastos de primavera.

De ahí este fulgor, cierta sorpresa
de placidez interna,
de estancias suavemente iluminadas
y olor alcanforado.

Mi lengua se enmohece lamiendo la plenitud.

[Hallie Hernández Alfaro]

Es una geografía poética que expansiona heridas, espaldas y lluvia. Hay también escarpados y riscos que deshojan margaritas (de las esenciales y necesarias).

Un placer de lectura.

Abrazo y felicidad, amigo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Es una geografía poética que expansiona heridas, espaldas y lluvia. Hay también escarpados y riscos que deshojan margaritas (de las esenciales y necesarias).

Un placer de lectura.

Abrazo y felicidad, amigo.

Gracias, Hallie, para abrir este tema con tanta generosidad. Celebro que lo hayas disfrutado.

Bicos e saúde.

[Pilar Morte]

No quiero algodones en los ojos
ni el trigo de la ira ni los ríos de la murmuración
prefiero el agua vacía de los pozos soñados
la exaltación de las serpientes en los pastos de primavera

Precioso poema con un final que invita plenitud. Me gustaron tus versos.
Abrazos

[J. J. Martínez Ferreiro]

No quiero algodones en los ojos
ni el trigo de la ira ni los ríos de la murmuración
prefiero el agua vacía de los pozos soñados
la exaltación de las serpientes en los pastos de primavera

Precioso poema con un final que invita plenitud. Me gustaron tus versos.
Abrazos

Gracias, Pilariña, por disfrutar este poema hasta "la plenitud"

Bicos e saúde, querida amiga.

[Francesch Vicent]

He leído varias veces este poema genial y en cada una de mis lecturas siempre he tenido la misma sensación: toda la mierda del mundo ha desaparecido por un instante. Un saludo

[Ulises C.J.]

Me ocurre con tus qualias que siempre me evocan los pensamientos de un guerrero en busca de la paz. El sentir de un montaraz en el descanso del camino.
Y siempre me parecen preciosas.

[E. R. Aristy]

Observo en el atardecer el humo de la luz ida,
desaparecido infinito,
piedra profunda e insostenible
golpeando las cercanías del corazón.

Las dudas persistentes
son hostiles barricadas para sucumbir en primera línea.

Se ve pasar un tigre una y otra vez
lejano
apenas sugerido en la sangre del fondo.

Pesa el silencio ardiente
el aire
lúbrico en los ajados lirios.

Llegan a nosotros voces
que rasgan las cortinas como navajas romas;
pasan bajo los hierros, bajo las macetas tristes.

Toda tu espalda es una herida.
Hasta se hinchan las piedras de los muros
bajo las aves calcinadas en pleno vuelo.

No quiero algodones en los ojos
ni el trigo de la ira, ni los ríos de la murmuración.
Prefiero el agua vacía de los pozos soñados,
la exaltación de las serpientes en los pastos de primavera,

Por eso tiemblan nuestros pasos,
por esa tempestad en los vertederos.

De ahí esta claridad,
cierta sensación de felicidad interna,
de habitaciones lentamente iluminadas
y de vacío olor alcanforado.

Mi lengua se oxida lamiendo la plenitud.

"Toda tu espalda es una herida." Es un poema de gran sensibilidad y belleza, Ferreiro. Todo el poema es ese" pozo soñado", es cierta la plenitud de este poema esperanzador por creer en la vida. Te felicito, Ferreiro. Abrazos, ERA

[Carlos Arufe Rodríguez]

Observo en el atardecer el humo de la luz ida,
desaparecido infinito,
piedra profunda e insostenible
golpeando las cercanías del corazón.

Las dudas persistentes
son hostiles barricadas para sucumbir en primera línea.

Se ve pasar un tigre una y otra vez
lejano
apenas sugerido en la sangre del fondo.

Pesa el silencio ardiente
el aire
lúbrico en los ajados lirios.

Llegan a nosotros voces
que rasgan las cortinas como navajas romas;
pasan bajo los hierros, bajo las macetas tristes.

Toda tu espalda es una herida.
Hasta se hinchan las piedras de los muros
bajo las aves calcinadas en pleno vuelo.

No quiero algodones en los ojos
ni el trigo de la ira, ni los ríos de la murmuración.
Prefiero el agua vacía de los pozos soñados,
la exaltación de las serpientes en los pastos de primavera,

Por eso tiemblan nuestros pasos,
por esa tempestad en los vertederos.

De ahí esta claridad,
cierta sensación de felicidad interna,
de habitaciones lentamente iluminadas
y de vacío olor alcanforado.

Mi lengua se oxida lamiendo la plenitud.

Hola J.J. Martínez Ferreiro

Lo entiendo como abstraerse en palabras y significados, con juegos de imágenes, luces y estados, con técnicas a la hora de escribir, profunda reflexión que tiene cierto desvelo, intensidad y emotivo silencio

Un fuerte abrazo

Carlos

[J. J. Martínez Ferreiro]

He leído varias veces este poema genial y en cada una de mis lecturas siempre he tenido la misma sensación: toda la mierda del mundo ha desaparecido por un instante. Un saludo

Gracias, Francesch, por esa positiva lectura que haces de este poema. Celebro que lo hayas disfrutado.

Abrazos y salud.

[Mirta Elena Tessio]

Observo en el atardecer el humo de la luz ida,
desaparecido infinito,
piedra profunda e insostenible
golpeando las cercanías del corazón.

Las dudas persistentes
son hostiles barricadas para sucumbir en primera línea.

Se ve pasar un tigre una y otra vez
lejano
apenas sugerido en la sangre del fondo.

Pesa el silencio ardiente
el aire
lúbrico en los ajados lirios.

Llegan a nosotros voces
que rasgan las cortinas como navajas romas;
pasan bajo los hierros, bajo las macetas tristes.
Por eso tiemblan nuestros pasos,
por esa tempestad en los vertederos.

Toda tu espalda es una herida.
Hasta se hinchan las piedras de los muros
bajo las aves calcinadas en pleno vuelo.

No quiero algodones en los ojos
ni el trigo de la ira, ni los ríos de la murmuración.
Prefiero el agua vacía de los pozos soñados,
la exaltación de las serpientes en los pastos de primavera,

De ahí esta claridad,
cierta sensación de felicidad interna,
de habitaciones lentamente iluminadas
y de vacío olor alcanforado.

Mi lengua se oxida lamiendo la plenitud.

Gran poema, soberbio y luminoso. También he leído varias veces.
y esta frase, es para quedarsela y hacerla propia.

De ahí esta claridad, cierta sensación de felicidad interna,
de habitaciones lentamente iluminadas .

Creo que la mayoría de los poetas nos abstraemos de la realidad, para escribir con el alma
iluminada.

[Ramón Castro Méndez]

Genial poema, amigo Ferreiro, alabo tu desenvuelto genio con la imaginería que crea paisajes llenos de profundidad en los que te mueves como pez en el agua.

Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me ocurre con tus qualias que siempre me evocan los pensamientos de un guerrero en busca de la paz. El sentir de un montaraz en el descanso del camino.
Y siempre me parecen preciosas.

Gracias, Ulises por tan hermoso comentarios. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.

Abrazos y salud.

[Antonio Justel]

... n, no es el tema en sí, no, sino cómo y con qué alcances el autor lo dignifica, la exalta lo profundiza y le da forma on un encaje poético de cima muy elevada, de ahí, de ahí, estimado J. J. Martínez Ferreiro, estimado poeta y amigo, de ahí estas pocas palabras para felicitarte puramente, sin arabesco alguno...; a. justel/Orión

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo, amigo Ferreiro, que, a mi juicio, significa un gran espaldarazo a la evolución de tu poética. Técnicamente te luces con una sucesión de figuras de gran relevancia literaria, que, lejos de menoscabar el nivel metafórico que te caracteriza, lo transporta a niveles muy considerables, fusionado todo el espectro retórico en una discursiva tan pertinente como altamente evocadora.
Felicidades.
Abrazos.