aunque ni comportamiento
rara vez lo demuestre.
(Paul Simon - The boxer)
como hombre estoy acorralado
por las semillas
y el viento del otoño
que azota mis cabellos;
el poeta que fui
la agotó, inútil
mente,
en la madrugada
de su última salida,
no creo en el amor,
maldigo la luz
cuando deja en su herida
una idea de revolución,
cuando ofrece una esperanza
que no aguarda a la espera.
El despistado
que pasa leyendo el periódico
tropezará con las noticias
que hablan de diálogo
y abogan por la reconciliación del bosque
con la muerte y el olvido,
el desencantado que frecuenta una oficina
discutirá con sus programas
informáticos
en el café aromatizado de un lunes adormecido
que despierta en sus labios cuando Pepa lo sirve,
el borracho nostálgico
herido en una fiesta
hablará de la magia de amores que no fueron,
y que recuerda siempre
con ligueros y tangos,
y el hombre sin fe con mi nombre
y mi pesar
seguirá hasta el final con turbias recaídas
porque no le enseñaron a arrojar la toalla.