niño de arena,
ahuécame en tu sonrisa,
préndeme en ella
para reír horizontes…
… sin las pateras.
A la nana nanita...
madre sin teta,
acúname en tu regazo,
apréndeme la modestia
de tu sonrisa sin tregua,
la dignidad del que sufre…
… la ignominia de las guerras.
A la nana nanita...
pueblo de bruma,
pueblo sin lunas que lloras albas,
sin sol poniente,
sin sol naciente ni tan siquiera,
déjame un beso que se asemeje a Madrugada que se avecina..
que ya se arrima como la pausa...
... como la yedra...
... como los juncos trenzando aguas.

(Si el caso es que no importa el término “patera”, o “cayuco” o caracol. Lo que importa es el niño que no entiende, la madre que pare sin cesar y no le enseñan a decir NO (ni podría hacerlo siquiera), el sometimiento del ser humano al of course, ni humano. Hoy mi mar y yo nos hemos dado un besote)