y el alma ya surcada por la vida,
se apropian, tras tu estancia consumida,
del arte de tu rima y de tu prosa.
La parca te llegó tan silenciosa
y fue tan lamentable tu partida,
que el mundo atrás dejado no te olvida
ni renuncia a tu pluma prodigiosa.
A poetas amantes de tu ciencia
nos embarga tristeza y agonía
y lloramos la sombra de tu ausencia.
Rendimos gran respeto y pleitesía,
añoramos el don de tu eminencia
y aplaudimos tu enorme maestría.