Editorial Alaire

Estimado feligrés, no se desanime en su pecado pues hoy tácitamente sabemos que o nos salvamos todos o nos condenamos todos. Otra cosa es su resistencia física. Al tiempo de la penitencia correspondiente, debería haberle hecho, su párroco, una receta de vigorizantes, ¡qué inconsecuente e ingrato! Tomaré medidas oportunas. Lo puedo redimir de las marías, aves ciertamente promiscuas, pero criaturas de Dios también; para preservar sus huevos, necesarios y proteicos, pero no de su Rosario; ya usted sabe que la Curia es defensora ferviente de ese instrumento de redención, pero sí creo oportuno que, dada su edad, lo haga en días alternos, explayándose en el huevo, de forma tranquila, cuando no haya menester de ayuntamiento y así tomar fuerzas.

Mi querido amigo Ricardo gracias por las risas, el buen humor, a pesar de la que cae; gracias por el buen talante, gracias por estos momentos que nos mantienen animados y con fuerzas.

Un abrazo y salud