...
Hace tiempo fue verano.
Quizás fuera ayer
o el mes pasado.
Quizás no llegó a serlo
y tarde aún en llegar.
Recuerdo aquel verano,
el aire corría ligero por las calles
en la madrugada, cayendo poco a poco
sobre los hombros y la conciencia
al cruzar el día.
Era verano, y no había
rastro de frialdad, los grises
eclipsados
por aquella calidez
quedaron ausentes de cualquier estampa,
solo cuerpos en luz como un banco de peces
danzando en un rumor de olas y risas
centelleando mezclados.
Fue verano, llegó de alguna parte,
y se fue de improviso
en algún momento, dejando
un anhelo de salitre y de regreso
como de pies de agua.
Cuando llegue de nuevo,
me quedaré dormido en medio de su piel
tan encendida,
como un pájaro hilvanado, para siempre,
en el mantel del horizonte.
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