A veces

[Ricardo Serna G]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.

[Simon Abadia]

Cada época tiene el sentido de vida. A mi me costó mucho aceptarlo y los pasos eran tormentos
y tan solo veía los distanciamientos entre mi persona y los demás. La poesía fue un remedio que la he valorado ahora en estos momentos agridulces y convalecientes. La edad llega con pasos implacables.
Un buen poema, abrazos

[Pilar Morte]

Que no se escuchó tu canto
en las alturas de los árboles.

Me han encantado estos versos, aunque tido el poema es hermoso.

Espero y deseo tu total recuperación, amigo Ricardo.
Abraźos
Pilar

[Ricardo Serna G]

Cada época tiene el sentido de vida. A mi me costó mucho aceptarlo y los pasos eran tormentos
y tan solo veía los distanciamientos entre mi persona y los demás. La poesía fue un remedio que la he valorado ahora en estos momentos agridulces y convalecientes. La edad llega con pasos implacables.
Un buen poema, abrazos

Gracias, querido amigo


Un abrazo fuerte

[Lunamar Solano]

Vibrante y emotivo el recorrido de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho y buen fin de semana!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Ricardo Serna G]

Que no se escuchó tu canto
en las alturas de los árboles.

Me han encantado estos versos, aunque tido el poema es hermoso.

Espero y deseo tu total recuperación, amigo Ricardo.
Abraźos
Pilar

Gracias, amiga mía
por tu grata presencia, deseo y comentario


Un abrazo fuerte

Felicidad AHORA

[Óscar Distéfano]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.

Impecable reflexión sobre la lucha metapoética, sobre la búsqueda, sobre el triunfo que se aleja y el fracaso que empieza a mostrar su desagradable rostro. Esa sensación de aridez la he sentido muchas veces, por lo cual me siento identificado con la temática. ¿Por qué pega fuerte tu poema? Porque está escrito con sentimiento de verdadera materia existencial, con el plus de la buena escritura, del dominio que has alcanzado en el uso del lenguaje. Celebro tu trabajo.

Un abrazo virtual, amigo.
Óscar

[E. R. Aristy]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.

Oh, este canto ha volado al seno de los sueños, nos amamanta de poesia pura. Bravo, Ricardo! Un abrazo grande! E. R. A.

[Ricardo Serna G]

Vibrante y emotivo el recorrido de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho y buen fin de semana!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, querida amiga

Un abrazo fuerte

[R. M. Alemán]

Me suena a una segunda juventud, entre avatares y cultivo... Emotivo. Un placer estar por acá, Ricardo Serna G.
Un fuerte abrazo, maestro,
beso

[Ricardo Serna G]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.

Impecable reflexión sobre la lucha metapoética, sobre la búsqueda, sobre el triunfo que se aleja y el fracaso que empieza a mostrar su desagradable rostro. Esa sensación de aridez la he sentido muchas veces, por lo cual me siento identificado con la temática. ¿Por qué pega fuerte tu poema? Porque está escrito con sentimiento de verdadera materia existencial, con el plus de la buena escritura, del dominio que has alcanzado en el uso del lenguaje. Celebro tu trabajo.

Un abrazo virtual, amigo.
Óscar

Gracias, querido amigo



por tu grato comentario


Un abrazo fuerte

[Ricardo Serna G]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.

Oh, este canto ha volado al seno de los sueños, nos amamanta de poesia pura. Bravo, Ricardo! Un abrazo grande! E. R. A.

Gracias, querida amiga

por tu grato comentario


Un abrazo fuerte desde mi corazón

[Ricardo Serna G]

Me suena a una segunda juventud, entre avatares y cultivo... Emotivo. Un placer estar por acá, Ricardo Serna G.
Un fuerte abrazo, maestro,
beso

Gracias, querida amiga


Un abrazo fuerte

[javier eguilaz]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.





d

Buen poema Maestro
en esa eterna juventud, pero -sabia- dulce, sin atracarse, y que no empalaga.
Un fuerte abrazo Maestro
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho (tenemos Ricardo pa'rato, y como recién horneado).

[Ricardo Serna G]

A veces



A veces
siento que te has quedado solo,
que nada borra la nieve negra del pasado
que undula violenta en la playa de la impaciencia,
que has demolido con cicuta el amor.
Y es cuando
rememoras la taza limpia del sosiego,
la heroica seducción del buen vivir,
y quieres la doblez de los minutos,
la albura del silencio en plenitud.
Entonces
el labrantío en el que habías sembrado
los colores de la luna y el sol,
son ahora tercamente olvidados por el dolor;
y sientes
péndolas cayendo en tu cara
en señal de tus remordimientos,
que el paraíso de tus años de juventud
son huellas necias en el asfalto de los errores,
que no se escuchó tu canto en las alturas de los árboles,
que el mar taciturno lloró tu ausencia,
que la montaña de los vientos nunca te sintió,
que los pensamientos murieron y crujían en el aire,
que viviste el foco de las ausencias, que no cuelgas
en tu corazón la medalla del triunfo.
Hoy
en los hórridos rugidos de los años
muestran su cara y llueven con esperanza
el regreso del oro soñado.





d

Buen poema Maestro
en esa eterna juventud, pero -sabia- dulce, sin atracarse, y que no empalaga.
Un fuerte abrazo Maestro
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho (tenemos Ricardo pa'rato, y como recién horneado).

Mil gracias
por tus deseos y comentario


Un abrazo fuerte