por encima de complejos
y aunque tú me lo prohíbas
o me condenen por ello.
Te amaré si Dios me deja
siguiendo siempre su ejemplo.
Te amaré como se debe,
como amante y caballero.
En mis sueños de poetas,
en lo malo y en lo bueno,
en la mar y rodeados
por barquitas y veleros.
Frente al rayo que quebraja,
ante la muerte si puedo,
te amaré como a Giulietta
la pudo amar su Romeo.
Como en novelas de amantes
o los más hermosos cuentos,
mis versos serán la voz
que transmitan lo que siento.
Desde la cuna romántico
seguidor de los aedos,
soy el poeta que ama
lo visible y lo secreto.
Te amaré querida mía
incluso después de muerto.