El lobo en ti

[Ramón Carballal]

A veces sientes que todo está hecho para ti.
La luz del día, el mar insondable, las palabras
que engarzan una nube con otra, el sol en la piel,
el amor que baña tu amor. Nunca miras dentro de ti,
en ese pozo oscuro al que regresas cuando la bola
de cristal se rompe. Está bien, los relojes son el consuelo
porque navegan hacia atrás como ríos locos, a ti te gusta
nadar contracorriente y desnudarte en la orilla. Crees
que todo es superficie, sentidos poblados por flores
en la nieve, lamentos que pasaran como hojas caducas.
No sabes que alimentas a tu lobo, en el agua gris
espera su noche de azabache desde el tiempo
inmemorial de tu nacimiento, procura que el rocío
de la vida moje tu edad con serpentinas que vuelen
sobre canciones sin memoria. Acecha el lobo tu caída,
sin horror, con la paciencia de un dios que retarda
el festín hasta la hora en que los murciélagos
se aposentan bajo el olvido que serás, ya
escucho tu voz y el aullido que un cuerpo
deja cuando las fauces del lobo muerden
el secreto de su inocencia.

[Hallie Hernández Alfaro]

Está allí desde antes de nuestro primer vis a vis con la felicidad, querido amigo; es olfato y fuerza, es instinto y verdad.

Me ha encantado esta visión del otro yo licántropo.

Abrazos.

[Ricardo Serna G]

Ramón


He entrado a tu poema varias
veces y me parece fantástico....


te felicito




Un abrazo fuerte, querido amigo

[Israel Liñán]

El pozo oscuro, el lobo, por un instante me vi transportado a "La Historia Interminable", y recordé lo que sentía de niño al leer sobre la nada, al seguir a Gmork como la la antítesis de la esperanza, ya adulto no me dan menos miedo, la verdad.
Al final aparece la esperanza, vuelve la luz.
No siempre es así, a veces los pozos son insondables.

Me encantó el poema, Ramón, y perdona por la divagación.

Un abrazo, compañero.

[javier eguilaz]

A veces sientes que todo está hecho para ti.
La luz del día, el mar insondable, las palabras
que engarzan una nube con otra, el sol en la piel,
el amor que baña tu amor. Nunca miras dentro de ti,
en ese pozo oscuro al que regresas cuando la bola
de cristal se rompe. Está bien, los relojes son el consuelo
porque navegan hacia atrás como ríos locos, a ti te gusta
nadar contracorriente y desnudarte en la orilla. Crees
que todo es superficie, sentidos poblados por flores
en la nieve, lamentos que pasaran como hojas caducas.
No sabes que alimentas a tu lobo, en el agua gris
espera su noche de azabache desde el tiempo
inmemorial de tu nacimiento, procura que el rocío
de la vida moje tu edad con serpentinas que vuelen
sobre canciones sin memoria. Acecha el lobo tu caída,
sin horror, con la paciencia de un dios que retarda
el festín hasta la hora en que los murciélagos
se aposentan bajo el olvido que serás, ya
escucho tu voz y el aullido que un cuerpo
deja cuando las fauces del lobo muerden
el secreto de su inocencia.

Ramón, muy sorprendido por tu extraordinario poema.
Esa sensibilidad empática que demuestras sin tregua en él, es para airearla.
Está alegoría que usas en la variedad de sus simbolismos, es de valorar, y agradecer. Por eso de que soy un amante, enamorado de la vida, y de La Poesía. Y además me encantan los lobos (siempre me acuerdo del Dr. Rodríguez De la Fuente).
El lobo es sabedor de su poder, y fortaleza. Y es altivo, e indolente ante las encrucijadas. Y también, sabedor de su destino.
Un fuerte abrazo Poeta
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho

[R. M. Alemán]

Cómo suena el primer verso... y qué envolvente en sus zigzags, y al final me quedé ahí… zas!
De fortaleza.
Me encantó, Ramón Carballal
Un abrazo

[Ramón Carballal]

Está allí desde antes de nuestro primer vis a vis con la felicidad, querido amigo; es olfato y fuerza, es instinto y verdad.

Me ha encantado esta visión del otro yo licántropo.

Abrazos.

Gracias, Hallie, por la lectura y el comentario. Un abrazo.

[Pilar Morte]

Buen poema, Ramón, volveré para disfrutarlo lentamente.
De momento, felicidades
Abrazos
Pilar

[Ramón Carballal]

Ramón


He entrado a tu poema varias
veces y me parece fantástico....


te felicito




Un abrazo fuerte, querido amigo

Gracias por tu generosidad, Ricardo. Un abrazo.

[Víctor F. Mallada]

No se si será el lobo, Ramón, pero has dao suelta a un torrente de hermosura: historia en versos cortados a tu aire y uncidos en un ritmo medible, cadencioso.

Enhorabuena,

Víctor

[Àlex Gállego]

Disfruté mucho de la lectura Ramón. El poema en sí es esa travesía hacia el trance, hacia adentro, en la que a menudo hacemos equilibrios para no perdernos. Muchas gracias por compartir.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

El pozo oscuro, el lobo, por un instante me vi transportado a "La Historia Interminable", y recordé lo que sentía de niño al leer sobre la nada, al seguir a Gmork como la la antítesis de la esperanza, ya adulto no me dan menos miedo, la verdad.
Al final aparece la esperanza, vuelve la luz.
No siempre es así, a veces los pozos son insondables.

Me encantó el poema, Ramón, y perdona por la divagación.

Un abrazo, compañero.

Gracias, Israel, por contarme lo que te sugirió el poema. Un abrazo.

[F. Enrique]

Sabes crear un ambiente poético, Ramón, y lo bordas cuando hablas en las distancias cortas, quizás porque tienes asumido el hecho de mirarse hacia dentro.

[Ramón Carballal]

A veces sientes que todo está hecho para ti.
La luz del día, el mar insondable, las palabras
que engarzan una nube con otra, el sol en la piel,
el amor que baña tu amor. Nunca miras dentro de ti,
en ese pozo oscuro al que regresas cuando la bola
de cristal se rompe. Está bien, los relojes son el consuelo
porque navegan hacia atrás como ríos locos, a ti te gusta
nadar contracorriente y desnudarte en la orilla. Crees
que todo es superficie, sentidos poblados por flores
en la nieve, lamentos que pasaran como hojas caducas.
No sabes que alimentas a tu lobo, en el agua gris
espera su noche de azabache desde el tiempo
inmemorial de tu nacimiento, procura que el rocío
de la vida moje tu edad con serpentinas que vuelen
sobre canciones sin memoria. Acecha el lobo tu caída,
sin horror, con la paciencia de un dios que retarda
el festín hasta la hora en que los murciélagos
se aposentan bajo el olvido que serás, ya
escucho tu voz y el aullido que un cuerpo
deja cuando las fauces del lobo muerden
el secreto de su inocencia.

Ramón, muy sorprendido por tu extraordinario poema.
Esa sensibilidad empática que demuestras sin tregua en él, es para airearla.
Está alegoría que usas en la variedad de sus simbolismos, es de valorar, y agradecer. Por eso de que soy un amante, enamorado de la vida, y de La Poesía. Y además me encantan los lobos (siempre me acuerdo del Dr. Rodríguez De la Fuente).
El lobo es sabedor de su poder, y fortaleza. Y es altivo, e indolente ante las encrucijadas. Y también, sabedor de su destino.
Un fuerte abrazo Poeta
salud!
suerte
y sé feliz
cuídate mucho

Gracias, javier, por la lectura y por el interesante comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Cómo suena el primer verso... y qué envolvente en sus zigzags, y al final me quedé ahí… zas!
De fortaleza.
Me encantó, Ramón Carballal
Un abrazo

Gracias, Rosa, por leer y por el amable comentario. Abrazos.