hoy me inspiran las estrellas,
mañana, no sé qué haré;
quizá mis musas se duerman
o se apague mi intelecto
tras una noche de juerga,
borrando con malos vinos
recuerdos que tanto pesan.
Ayer me inspiró una rosa
con aires de aventurera
que mudó su colorido,
vistiendo distintas prendas.
Mañana seré el cautivo,
que arrastre gruesas cadenas
en el rincón más oscuro,
sin candiles ni linternas
que alumbren el llanto mío,
ni testigos que me vean
tembloroso con la pluma
bordando mi amarga pena.
Quiero olvidar el ayer,
los besos y los poemas,
ponerle sombra a la luna
para que también se duerma.
Quiero pedir que mañana
el día nunca amanezca.