De mis manos,
brotan en temblor las alboradas,
como mayos ardientes,
treparán mis escarpines la abrupta senda,
un instante,
beso,
sólo,
y caerán los alzapaños del cruel ¿ humano?
- o destino –
Porque mi útero engendra la fuerza de las mareas,
ahora ,
sí, soy yo
quien impulsa la ventisca y transgrede toda norma,
porque mi útero no engendra reciclables palimpsestos,
ahora,
sí,
soy yo,
quien desde la sutil virginidad del cero
rasgará todos los velos mi alarido
cuando el parto se aproxime a las compuertas
hasta anidar en tu torso.
No hay billete de ida y vuelta,
ni peajes,
ni sobornos,
en el viaje a la locura,
LIBERTAD.
23/12/07