Editorial Alaire

Has entrado en la ciudad
donde las calles
van perdiendo su nombre,
donde la guerra
ha dejado trincheras,
en la que el tiempo calla
y oculta los momentos tras escudos
de sonrisas, de palabras
que van borrando los nombres.



Supuestos nombres de héroes
que aportaron algo en contrastes
que dejaron su leve huella en mi calle
donde son cenizas, ahora,
de una ciudad muerta.
Una ciudad fantasma
donde sólo hay almas, vagando,
que en su día fueron protagonistas
de una historia no zanjada,
donde mi calle ha perdido su nombre.



En un gigante de niebla dormida la ciudad se recuesta. En ocasiones conviene detenerse o trazar una imagen de lo que pudo ser, de lo que no será.

Ana

estoy aquí y allá
tú ya sabes

me encanta tu poesía

Un gusto saludarte
y darte un abrazo

Original en su formato y lúcido en su contenido. He disfrutado con la lectura. Un abrazo.

El caos, el humo, el olvido, la nada.
Excelente exposición que, a modo de retrato, consigues plasmar de forma magistral.
Enhorabuena.

Un poema de muchos kilates. Siento una sana envidia de cómo has plasmado magistralmente la desolación con un lenguaje preciso y despojado de retóricas en este caso innecesarias por el poder del sustantivo, apenas adjetivos hay.
Me ha llegado, me ha emocionado y la siento una obra compacta con el ritmo preciso.
Mis felicitaciones.
Un besazo

Sí yo sé, Ricardo. Gracias por tu apreciación.
Un abrazo.

Me alegra saber que has disfrutado, Ramón. ¡Gracias por hacérmelo saber!
Un abrazo.

Abrazar esa nada, o bebérsela de un trago, es pasear unas grietas insondables, muy difícil salir de ellas.
Gracias por tu lectura y comentario, Antonio.
Un abrazo.

Me gustó mucho el poema, como has intercalado entre la ciudad fantasma lo personal. Logrados y sentidos versos. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Viniendo de ti, Miguel, es un gran elogio que me anima a seguir sin adjetivos. Sé que no te gusta la desolación en los poemas, pero en la última estrofa apunté a la belleza que levanta el vuelo, aunque esté rodeada de un erial poco agradable, solitario. Igual que la foto que hice a aquel almendro rodeado de basura. Se mantenía hermoso y erguido, con orgullo a pesar del lugar.
Un besazo.

Así es, Pilar. Has captado la doble intención. Cuando lo escribía pensaba en las gárgolas de las catedrales, ya no tienen que esperar las noches para poder salir, tienen toda la calle para ellas.
Gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.

Un poema de desolación con un alarde imaginativo verdaderamente sorprendente.

Todo un placer de lectura, querdida amiga.

Bicos y salud.

Es el segundo poema que te leo con esta estructura, ¿tal vez forman parte de una serie? El caso es que el lenguaje, como en el anterior, es el vestido perfecto de la emoción, y que lo cuentas muy bien, con un orden exquisito y graduando con acierto la intensidad de los versos. Felicitaciones, Ana.
Salud.

La desolación dentro y fuera, ¿verdad, Ferreiro? En estos días la ciudad fantasma, la interior, se agudiza más.
Gracias por tus palabras, Ferreiro.
Salud y un beso.

Es una estructura que uso a menudo, me gusta cuando hay dos voces en el poema, un ritmo distinto dentro. No obstante, llevo cuatro poemas bajo un título general: la foto que nunca me hice. Este es el tercero. Te dejo aquí el primero y el segundo:

http://www.editorialalaire.es/foro/view ... =1&t=35995

http://www.editorialalaire.es/foro/view ... 71#p511971

Agradezco tus palabras, son un acicate para mí.
Salud, Julio.

Memorias del confinamiento del 2020: La foto que nunca me hice: Ciudad Fantasma, de Ana García.

Ana, me gusta mucho cómo escribes, cómo juegas con las imágenes, con los momentos.
Sé que le dedicó poco tiempo a comentar, por diversas razones, pero leo todo lo que se pone a tiro firmado por vos.

Un abrazo, compañera.

Rafel Calle escribió: ↑Sab, 08 Ene 2022 8:43 Memorias del confinamiento del 2020: La foto que nunca me hice: Ciudad Fantasma, de Ana García.

Gracias por este rescate, Rafel.
Se agradece.
Un abrazo.