La sombra de tus manos

[Marius Gabureanu]

Acaricié, con mis manos, la sombra sorda de las tuyas.
Algo de nosotros quedó en aquel horizonte imaginado
por los amputados.
Tú ya sabes cómo va la vida,
que nunca hay interrogantes
que despierten a un árbol secuestrado.
Sabes, también, que nuestras miradas empapadas
con recuerdos que no tuvimos
son abismo en toda regla.
Y esa manía tan minuciosa de hacer el amor
fue descubrir en ti una laguna llena de cormoranes
y decapitarlos uno a uno
para averiguar si la soledad es capaz de sangrar.
Pero, ¿tú qué descubriste en mí, amor?
Tal vez la osadía de los que moldean veleros de su impotencia.
Recuerdo tu voz de grieta contando mis lunares
mientras la noche cabalgaba frenéticamente debajo de la piel.
Te lo había advertido, amor,
que más tarde o más temprano
habrá un silencio de lobos seniles
conteniendo la sombra de tus manos y de las mías.
Sólo los amputados logran
adivinar la verdadera sombra de sus manos.

[Luis M]

El poema, todo él es hermoso, pero los dos versos finales son absolutamente geniales. Mis felicitaciones, Marius, espero que estés bien, querido amigo. Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Qué decir... lo de siempre.... apabullante ejempo de un tsunami de poesía.

por destacar algo ya que todo debería de ser subrayado:

"fue descubrir en ti una laguna llena de cormoranes
y decapitarlos uno a uno
para averiguar si la soledad es capaz de sangrar"

Un fuerte abrazo, colega Marius.

[Antonia Mauro]

Qué buen poema. Y el cierre sensacional.

Pocas personas pueden decir las cosas de otra forma, tu eres uno de ellos. Hablas incluso cuando no pronuncias ni una sola palabra.

Un abrazo gigante Marius.

[Rosa Marzal]

Una verdadera alegría volver a leerte, Marius. Llegas de nuevo con un poema muy bello y de poderosa simbología. Coincido con mis compañeros, los dos últimos versos son ya un poema en sí mismos. Magníficos.

Mi felicitación y un gran abrazo.

[E. R. Aristy]

Acaricié, con mis manos, la sombra sorda de las tuyas.
Algo de nosotros quedó en aquel horizonte imaginado
por los amputados.
Tú ya sabes cómo va la vida,
que nunca hay interrogantes
que despierten a un árbol secuestrado.
Sabes, también, que nuestras miradas empapadas
con recuerdos que no tuvimos
son abismo en toda regla.
Y esa manía tan minuciosa de hacer el amor
fue descubrir en ti una laguna llena de cormoranes
y decapitarlos uno a uno
para averiguar si la soledad es capaz de sangrar.
Pero, ¿tú qué descubriste en mí, amor?
Tal vez la osadía de los que moldean veleros de su impotencia.
Recuerdo tu voz de grieta contando mis lunares
mientras la noche cabalgaba frenéticamente debajo de la piel.
Te lo había advertido, amor,
que más tarde o más temprano
habrá un silencio de lobos seniles
conteniendo la sombra de tus manos y de las mías.
Sólo los amputados logran
adivinar la verdadera sombra de sus manos.

Todo es futil, inutil sinsentido, todo cobra valor cuando luchamos por la verdad mutua. Poderoso final, Marius. No hay luz si no observamos la gradación de la sombra. Abrazos, Roxane

[Hallie Hernández Alfaro]

Un poema gigante, un roble mojado por las perversiones de la lluvia.
Todo impera, todo suelta, todo retiene.

Compacto, profundamente bello.

Felicitaciones, querido amigo; abrazos.

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo, amigo Marius. Vuelves a estar en forma y que dure.
Abrazos y mucha salud.

[Pilar Morte]

Comienza el poema atrapándote y cada verso te parece mejor que el anterior para terminar con los dos últimos en los que te rindes a la belleza y sentimiento. Genial.
Abrazos
Pilar

[Pablo Ibáñez]

Marius,

un placer volver a verte por aquí, amigo. El poema me gusta mucho, como siempre. Siempre me ha maravillado tu capacidad para las imágenes, super originales y tremendas. Los dos últimos versos del cierre me parecen magníficos.

Abrazos.

[Armilo Brotón]

¡Ostias Marius! Pues menos mal que no tenías inspiración. Esas manos, desde su sombra, nos dejan versos imponentes, plenos de sugerencias y poesía. Sigue sin musas que yo me conformo con tu aridez.
Un abrazo amigo

[Ramón Carballal]

Tu poesía es única, Marius. Todo un deleite adentrarse en tus versos. Un abrazo.

[Ricardo Serna G]

Acaricié, con mis manos, la sombra sorda de las tuyas.
Algo de nosotros quedó en aquel horizonte imaginado
por los amputados.
Tú ya sabes cómo va la vida,
que nunca hay interrogantes
que despierten a un árbol secuestrado.
Sabes, también, que nuestras miradas empapadas
con recuerdos que no tuvimos
son abismo en toda regla.
Y esa manía tan minuciosa de hacer el amor
fue descubrir en ti una laguna llena de cormoranes
y decapitarlos uno a uno
para averiguar si la soledad es capaz de sangrar.
Pero, ¿tú qué descubriste en mí, amor?
Tal vez la osadía de los que moldean veleros de su impotencia.
Recuerdo tu voz de grieta contando mis lunares
mientras la noche cabalgaba frenéticamente debajo de la piel.
Te lo había advertido, amor,
que más tarde o más temprano
habrá un silencio de lobos seniles
conteniendo la sombra de tus manos y de las mías.
Sólo los amputados logran
adivinar la verdadera sombra de sus manos.

Amigo


Magnífico, magnífico


apoyo todo lo que dicen los compañeros



Un abrazo fuerte

[R. M. Alemán]

Poesía.
... es como una oración a la vida, a la sencillez en sí misma... siento a los "amputados" imaginando una vez que dejaron de formar parte de ella... no sé, es de una creatividad muy latente y viva... con estas letras y algo más que leí hoy me respondo a que este es uno de los motivos por el que se multiplican tantos los poemas y sea tan escasa la Poesía.
Felicidades, Marius Gabureanu
Un abrazo.

[Rosario Martín]

Qué maravilla, Marius,un lujo tener al alcance de mis ojos "La sombra de tus manos"
Un abrazo fuerte y cuídate mucho, amigo.