Editorial Alaire

Rafel Calle escribió: ↑Dom, 06 Mar 2022 8:49 A vueltas con los clásico y vanguardista, no creo que sean determinantes a la hora de lograr un poema de calidad. El poema cobra vida cuando es leído; un poema, para que exista, debe ser leído. Quiero decir que la forma de leer un poema es crucial para transmitir lo que ha querido decir el poeta. Por lo tanto, un poema debe circunscribirse a las reglas generales de la gramática y, en ellas, dentro de ellas, tiene que desarrollar el lenguaje rítmico-literario propio de la poesía. Puedes hacer poesía visual o cualquier otra innovación en el campo del poema, pero si hablamos de poesía escrita y dentro de ella, el poema en verso, la clave es la versificación, una buena versificación.

En fin, la clave no es la métrica, sino la manera en la que se muestra el acto creacional. El poema es una creación literaria que se debe a una inevitable condición eufónica, a partir de ahí, la mejor forma de conseguirla es por medio de la rima, pero hay otras maneras de llegar a ella, en este punto, la técnica literaria es fundamental. Poesía monométrica, sí; poesía multimétrica, sí, pero, por favor, que digan o transmitan algo y que lo hagan bien. Es el caso de Cáceres, del amigo Javier Bustamante.

A todo esto, a veces leo poemas monométricos, por ejemplo, sonetos, que me sorprenden por lo mal construidos que están, muestran todos los rasgos de la versificación (anómala) impuesta por el modelo clásico, lo cual, a estas alturas, no tiene justificación, ya que nadie nos obliga a escribir un poema con todos los versos de la misma medida.

Abrazos, compañeros.

Marisa Peral escribió: ↑Lun, 07 Mar 2022 23:36 Nunca es tarde para celebrar el encuentro de un buen poema y el recorrido por una ciudad llena de belleza e historia.
Felicidades Javier.

Un abrazo.

Francisco Lobo escribió: ↑Mar, 08 Mar 2022 9:46 Excelente poema, amigo. Un cordial saludo. Paco

F. Enrique escribió: ↑Vie, 10 Jun 2022 10:54

Esas calladas voces de concreto
que miran con nostalgia hacia la historia,
con sus ojos de bardo y de juglar,
elevan con el viento tus memorias.
Y duermes al arrullo de la noche,
atalaya discreta y soñadora,
con tus pieles de muros abatidos,
que beben siglos y nos dan las horas
en el viñedo de tu pueblo viejo,
que canta, que hipnotiza y que te nombra.

Hermosísimo, Javier, y muy bien escrito.