El hombre pintando la marrana
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Ricardo López Castro.
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- Ricardo López Castro.
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Re: El hombre pintando la marrana
del norte
centro
mi mirada
y mi cosmovisión
a una:
no soy predicador
ni sujeto
soy ateo
creo en no creer
y eso se deja ver en mis poemas
se contagia
mi inteligencia
reposa
porque ya ha rebosado
no me merman las inquietudes
tampoco los vacíos
los lleno
con mis lobotomías
y no llevo un estigma
mis versos recurrentes
han doblegado a mi trastorno
mis versos encriptados
no son casualidad.
Ha llegado el momento para cambiar de rol
les digo que no hay mente que no esté controlada.
Su inconsciente maneja
fuentes sin cotejarlas.
Mi mente ha renunciado
a sus responsabilidades.
Esto no es una nota de suicidio,
esto es lo que no han visto
de mi prudencia.
Mi poesía posee virtudes capitales.
No me aplico ninguno de sus cuentos.
La evolución humana no es selecta.
Se ha topado conmigo.
Con mis ideas fijas
no hay quien pueda apretarme las clavijas.
El hombre ha colapsado
la comunicación hace ya mucho.
La reduce a banales
creencias.
Mi historia se repite cada día.
La suya se compone de codicia
el saber
el dinero
los vicios
para mí resulta inmaterial
todo lo que he vivido.
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Lejos, lejos del ente coloquial
dentro del mundanal sentido de mis versos
adoctrino a calamidades.
No me pregunten cómo.
Quiero evitar daños mayores.
El hombre terco
meticuloso
no se afinca en ideas ni en el conocimiento.
La verdad nunca atiende a conclusiones
obvio que ella no existe,
sería catastrófico
cambiar el pensamiento.
Mis versos lo traducen.
- Ricardo López Castro.
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Re: El hombre pintando la marrana
Y con el agua al cuello el hombre piensa, al fin, en algo diferente.
Yo he tejido mi soga hace ya tiempo.
No reconocería lo oculto de no ser por el caos.
¿Cuántas veces hallé calma tras mis textos?
Ni pensar al revés me garantiza
que nadie me controle.
No tengo puntos flacos en verdad.
Pienso día tras día en el fin de mis días.
No concedo ni transijo.
Jamás repetiré mis ideas, principios.
Al fin y al cabo, ¿Quién sabe si una muerte es mejor que una vida?