La gabardina del pistolero

[Ramón Carballal]

Quizá porque un sol le abandonó,
quizá porque su recuerdo era de lluvia,
quizá solo quería lucir la gabardina del padre
bajo la luz ajada de un tren nocturno.

No sabía, entonces, que el destino es un pájaro caprichoso
que vuela al azar como una cicatriz indescifrable
sobre un azul de sombras.

Yo pensaba en el corazón de la isla,
el mar sin fulgor,
un palmeral, las laderas negras
y un cálido desdén de horas vacías.

Y allí, él,
el pistolero desarmado,
con el costurón del rostro al aire
y aquella risa, sin alma, que conocí tan bien,
insolente como un geiser de espuma.

Madrid ama los eneros,
el frío condensa en una nube de amor
la miseria, los olores fétidos,
la suciedad que antes era líquida
como un miasma de agua.

Había un luto en la desesperación,
hambre de desafío y un terror de mosaicos encendidos
al huir de nosotros, al fingir una estrategia
contra la caída.

Recuerdo que la razón del vino era un aullido en la garganta
y el retorno una bandera de alcohol ensimismado,
recuerdo el silencio de las voces
o, más bien, la huella de las voces en una lengua amortajada
por no saber decir, no.

Rompió el avión la piel del cielo
con su vorágine y su carcasa de metal,
en su interior los códices secretos de la mudez,
los ojos viajando de las sombras a la claridad,
de la raíz insulsa de la tierra
hasta la irracionalidad del océano,
terriblemente calmo en este invierno,
dándome una razón que negara su mito;
algo así como mi vida a contraluz en un adiós disparatado,
en un sin sentido de espejos.

Él murió en un hospital gris,
y yo guardo su gabardina,
porque siempre llueven sobre mí
las horas en que hablamos del mundo y sus enigmas,
de los signos y de la historia,
de mujeres y libertad,
de un porvenir
que nunca llegó a pronunciar su nombre.

[Óscar Distéfano]

Me encantó esta crónica poética, donde la gabardina es el "personaje" central. Una alquimia de sentimientos que nacen de situaciones autobiográficas, como conclusiones de la mente fértil del poeta, parece contar la historia entre lo onírico y la realidad, con un suspenso que nace en el primer verso y continúa hasta el final. El poema es un tanto extenso pero no cansa; al contrario, crea esa curiosidad por saber cómo irá a terminar. Te aplaudo, amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

[Pilar Morte]

Me encantó el poema, desde el primer verso atrapó mi sentimiento. Felicidades, un poema muy hermoso.
Abrazos
Pilar

[J. J. Martínez Ferreiro]

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Yo pensaba en el corazón de la isla,
el mar sin fulgor,
un palmeral, las laderas negras
y un cálido desdén de horas vacías.

Y allí, él,
el pistolero desarmado,
con el costurón del rostro al aire
y aquella risa, sin alma, que conocí tan bien,
insolente como un geiser de espuma.

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Rompió el avión la piel del cielo
con su vorágine y su carcasa de metal,
en su interior los códices secretos de la mudez,
los ojos viajando de las sombras a la claridad,
de la raíz insulsa de la tierra
hasta la irracionalidad del océano,
terriblemente calmo en este invierno,
dándome una razón que negara su mito;
algo así como mi vida a contraluz en un adiós disparatado,
en un sin sentido de espejos.

Él murió en un hospital gris,
y yo guardo su gabardina,
porque siempre llueven sobre mí
las horas en que hablamos del mundo y sus enigmas,
de los signos y de la historia,
de mujeres y libertad,
de un porvenir
que nunca llegó a pronunciar su nombre.

Portentoso, amigo Ramón!!!. Tu poesía es posee voz y luz propia. Un estilo madurado, poema a poema, durante muchos años; podemos decir que es como un whisky de malta añejo, suave y potente a la vez, un lujoso alcohol que embriaga nuestro espíritu serena y plácidamente.

Unha aperta.

[Armilo Brotón]

Como ya te dije amigo Ramón, siempre a la vanguardia con otro hermoso poema.
Eres el Capo di tutti capi , el Padrino.
Un abrazo

[Lunamar Solano]

Lo dicho querido amigo...instantes que graban los silencios y se despliegan luminosos...
Un gusto siempre...aquí o allá...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[José Manuel F. Febles]

No cejas, mi querido amigo Ramón, en mostrarnos, día a día, esa inmensa capacidad de proporcionarnos unos poemas, sinceramente ejemplares. Este es algo largo en su estructura, pero su lectura, una vez leído, por lo menos a mí, se me ha hecho corto. Una vez más recibe mi felicitación y un fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles

[Pablo Ibáñez]

Ramón,

un placer y una lección de poesía, como siempre.

Abrazos.

[C.P. Fernández]

Espléndido, Ramón. Un placer, como siempre.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Me encantó esta crónica poética, donde la gabardina es el "personaje" central. Una alquimia de sentimientos que nacen de situaciones autobiográficas, como conclusiones de la mente fértil del poeta, parece contar la historia entre lo onírico y la realidad, con un suspenso que nace en el primer verso y continúa hasta el final. El poema es un tanto extenso pero no cansa; al contrario, crea esa curiosidad por saber cómo irá a terminar. Te aplaudo, amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

Muchas gracias, Óscar, por tus amables palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Me encantó el poema, desde el primer verso atrapó mi sentimiento. Felicidades, un poema muy hermoso.
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar. Me alegra que te haya gustado este poema. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

..................................................
Yo pensaba en el corazón de la isla,
el mar sin fulgor,
un palmeral, las laderas negras
y un cálido desdén de horas vacías.

Y allí, él,
el pistolero desarmado,
con el costurón del rostro al aire
y aquella risa, sin alma, que conocí tan bien,
insolente como un geiser de espuma.

......................................
......................................

Rompió el avión la piel del cielo
con su vorágine y su carcasa de metal,
en su interior los códices secretos de la mudez,
los ojos viajando de las sombras a la claridad,
de la raíz insulsa de la tierra
hasta la irracionalidad del océano,
terriblemente calmo en este invierno,
dándome una razón que negara su mito;
algo así como mi vida a contraluz en un adiós disparatado,
en un sin sentido de espejos.

Él murió en un hospital gris,
y yo guardo su gabardina,
porque siempre llueven sobre mí
las horas en que hablamos del mundo y sus enigmas,
de los signos y de la historia,
de mujeres y libertad,
de un porvenir
que nunca llegó a pronunciar su nombre.

Portentoso, amigo Ramón!!!. Tu poesía es posee voz y luz propia. Un estilo madurado, poema a poema, durante muchos años; podemos decir que es como un whisky de malta añejo, suave y potente a la vez, un lujoso alcohol que embriaga nuestro espíritu serena y plácidamente.

Unha aperta.

Gracias, J.J., por tus generosas palabras. Unha aperta.

[Ramón Carballal]

Como ya te dije amigo Ramón, siempre a la vanguardia con otro hermoso poema.
Eres el Capo di tutti capi , el Padrino.
Un abrazo

Gracias por esas palabras, Armilo. Abrazos.

[Ramón Carballal]

Lo dicho querido amigo...instantes que graban los silencios y se despliegan luminosos...
Un gusto siempre...aquí o allá...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias,Nancy, por leer y comentar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

No cejas, mi querido amigo Ramón, en mostrarnos, día a día, esa inmensa capacidad de proporcionarnos unos poemas, sinceramente ejemplares. Este es algo largo en su estructura, pero su lectura, una vez leído, por lo menos a mí, se me ha hecho corto. Una vez más recibe mi felicitación y un fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles

Gracias, José Manuel, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo.