en el parque desierto una mañana..."
los muelles, los estadios, las caricias, los rostros
se agolpan a lo lejos,
se yerguen en un paisaje turbio e infranqueable
que se ha hecho extraño para aquellos ojos nuestros
que marcaron los pasos, las aceras, las palabras
en algún lugar arrinconado por la ausencia y el olvido,
los bares que conocimos han cerrado,
queda en el aire un regusto frío
que nos remite al miedo y a las sombras
y el azul se oscurece como si hubiera muerto
un antiguo resplandor sobre las calles silenciosas,
un himno a la noche se apodera de los días
y agrieta los recuerdos,
ruge el levante y vuelve a la playa sombría
del otoño que gime sobre un sueño dormido,
pero sigues ahí,
tu corazón que lucha, el perfume de tu aliento,
la inquietud de tus manos en rebelión constante
contra una ciudad que no conoce tu elegancia,
que no siente tu calor,
que late con la frialdad de un pulso que se apaga
y nunca sabrá que te viví cuando eras un delirio
en el parque, en los puentes,
en un poema
sin destino que derribaba los muros
con una esperanza errante que se perdió en el agua.