Déjame abarcarte

[Ricardo López Castro.]

Una historia de amor tallada en una hoguera,
tanto prende o disuelve su energía,
permanece en el sueño su amarga sensación,
como un cuchillo untado de promesas,
porcelanosa imagen arrastrando pinceles,
en el libro que siempre se emborrona.

Fuerza de los refugios, asistencia del tiempo,
con mirada aguzada, desenmascaramiento
del sublime, superfluo entramado de cepos
-Árboles que se anudan, siempre son los que dejan ver los bosques-,
aves que modifican su lenguaje, cataratas con alas,
páginas de un silencio ataviado, espejos
de poesía donde la pluma anida,
mientras el cielo cubre la tierra y el desierto,
y los polos se abren
-Polos entre tú y yo, desmesuradamente
un beso.-.

[F. Enrique]

Siempre nos queda un lugar para escribir un poema de amor, Ricardo. He pasado por la tuya y he quedado satisfecho, me gustan estos poemas en los que el amor prevalece por encima de todo.

Un abrazo. Me ha gustado mucho tu poema

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