no sos la sombra de alguno de mis yo?
Car: Soñé que vos y yo estábamos “a un paso del adiós”
Seg: ¿Será verdad?
Car: Si lo dice el tango
Seg:¿Entonces?
Car: Me iré a otro sitio, a cualquier parte. Encontraré otra ciudad, otras calles, otras casas.
Seg: Antes me querías
Pizarnik
Amantes solitarios
que viven buscándose.
Si se encuentran en su dolor
arrastran lentamente
su típico bagaje:
Tus ojos clavados
en el café del vecino
mientras los míos vislumbran
la aurora de tu desviada soga
tú aquí y sin embargo allí
yo aquí y sin embargo aquí.
Son los jóvenes amantes
que esperan la mañana del domingo
para odiar,
—muy juntos—
la semana, el trabajo
y las horas que separan
sus cuerpos del sexo puro y duro.
tan cerca de ti que siento cómo te alejas
con cada dentada en otro pastel,
sentada aquí en otra mesa
otra horchata que no es la mía
otro patín con el que resbalas
Versos que son como las viejas casas,
tan llenas de verdad
y de hombres de manos terrosas,
tan escasas de luz y,
sin embargo,
sus cimientos viven en nuestra infancia:
la suprema ilusión de la aventura.
¿Dónde lanzas las pelotas
de tus ojos desorbitados?
Allí donde mires caigan
mánchate con ellas
en otro negro café.
Tu verdad a mi sed.
Más no siempre eres justo
—rostro desconocido—
novio oscuro.
[BBvideo 560,340][/BBvideo]
Nota: Acabo de recordar que mis hermanos, además de escuchar rock en todas sus modalidades, blues, soul..., adoraban a Gardel. De ahí que suba este tango. Ellos Gardel y yo Pizarnik. ¡Por ellos!