La alfombra

[Alejandro Costa]

No son las noches un escape,
ni la luz de los días la llamarada de una liberación,
más allá del desasosiego y el terror de la soledad
instalada con la derrota de la vida
y la esclavitud impertinente
de un cuerpo manipulado y adormecido
al que le sobra el tiempo vacío
de un corazón que late obligado.

He visto palidecer al mar de tus lágrimas
mientras la película de tu belleza se reflejaba en las mismas,
y el recuerdo, tan real y sumiso,
impregnaba de aroma la sed de mi demencia.

Veo brillar tus labios color carmín carnoso
y tus dientes de blanco marfil cuando esbozabas una sonrisa.
He visto tantas veces el desfile de tus pasos,
con la serenidad y elegancia
que modelaban esas alargadas piernas.

En mis ruegos, tocabas aún ese piano de cola,
mientras saboreabas la taza de té de las cinco
impregnada de carmesí.
Me hacías un guiño que me aceleraba la sangre,
y me enviabas ese beso silencioso
con el que enmarcaba la felicidad infinita.

A veces te oigo pasear por el salón,
y hasta creo ver el humo de tu cigarrillo,
¡cómo te gustaba fumar mientras leías!
No he movido los libros,
aún conservan el orden tal y como los pusiste,
¿podrías leerme un poquito?
¡Da igual cual sea! ¡Da igual lo que leas!
Quiero oírte, sentir la melodía de tus palabras,
el sereno esplendor con el que entonabas las frases,
la delicadeza con la que iluminabas las imágenes,
la suavidad con la que cerrabas el relato.

Aún conservo tu bata,
la rodeo con mis brazos para darte abrigo,
¡cómo te acurrucabas en mi cuerpo cuando tenías frío!
me decías al oído un te quiero zurcido en seda,
yo,
yo te acomodaba las gafas,
-siempre las llevabas caídas en la punta de la nariz-,
tú,
tú me dabas las gracias con un beso y una sonrisa,
-tan solo los mantengo en el recuerdo-,
mi rostro se arruga por los años,
mi cara envejece de sequedad por los besos perdidos,
mis ojos por la tristeza de no alimentarse de tu encanto.

¿Sabes?
A veces te busco entre las cortinas,
¡cómo jugueteabas escondiéndote tras ellas!
y aún sigo preparando tu desayuno preferido,
tostadas calentitas de mantequilla y zumo de naranja,
pero no tienes apetito,
las retiro una y otra vez cuando se enfrían,
-no te preocupes, lo dejo todo limpio y en su sitio-,
me enseñaste bien,
no está tan ordenado,
pero procuro que no te des cuenta.

Se han secado tus lágrimas,
la alfombra las ha marcado como un monumento,
como un símbolo imperecedero,
he tratado de mantenerlas,
las he protegido,
pero he sido incapaz de alimentarlas para que siguieran brillando.

Ahora, las rodea un río de recuerdos,
un tiempo inusitado,
un cuerpo apagado,
un corazón mutilado,
y las lágrimas de unos ojos, enfermos por tu ausencia.

La alfombra seguirá húmeda
hasta que me hagas un guiño
y me vuelvan a besar tus labios.

[Lunamar Solano]

Un sensible y nostálgico despliegue que desahoga el círculo de ausencia que aprisiona el silencio querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Alejandro Costa]

Mil gracias Nancy.

Es un honor recibirte siempre.

Un besazo.

[Pilar Morte]

Emotivo y hermoso poema en el que se siente la nostalgia de lo amado. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

[Julio Gonzalez Alonso]

He pisado esta alfombra con el afecto que evocan todos tus versos, Alejandro. Un abrazo.
Salud.

[Alejandro Costa]

Emotivo y hermoso poema en el que se siente la nostalgia de lo amado. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Mil gracias.

Espero no se pierda en el tiempo mi respuesta tan tardía.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

He pisado esta alfombra con el afecto que evocan todos tus versos, Alejandro. Un abrazo.
Salud.

Siempre tan amable.

Gracias por tu visita y comentario.

Perdona el tiempo que se perdió en mi bolsillo y retrasó la respuesta.

Un abrazo, compañero.

Salud, paz y felicidad.

[Ana Muela Sopeña]

Un poema precioso, lleno de deliciosos detalles, Alejandro:

La ausencia preside todos los versos.

Lo has escrito con maestría.

Aplausos
Un beso grande
Ana

[Ramón Castro Méndez]

Un maravilloso poema, presidido por la ausencia, lleno de profunda emotividad en cada verso. Lo has bordado, Alejandro.

Mi aplauso y felicitación.

Un fuerte abrazo.

[Alonso Vicent]

Emociona tu poema, compañero; los años nos marcan con sus presencias y sus correspondencias... y las ausencias.
Una gran obra que expone al poeta en primera línea y comunica en cada verso.
Un abrazo, Alejandro.

[Raul Muñoz]

Muy emotivo poema, donde se entrega en cada verso la ausencia más desgarrada, pero con mucho mimo y cariño, es bálsamo de esperanza en el recuerdo. Aprendemos a cada paso a dejar ir lo que más queremos. Me gustó descubrir el brillo apagado en la alfombra. Gracias por compartir, Alejandro.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una narración poética muy bien escrita y de gran intensidad lírica.

Todo un placer de lectura, amigo Alejandro.

Abrazos.

[Alejandro Costa]

Un poema precioso, lleno de deliciosos detalles, Alejandro:

La ausencia preside todos los versos.

Lo has escrito con maestría.

Aplausos
Un beso grande
Ana

Siempre tan atenta y elegante.

Gracias, Ana.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Un maravilloso poema, presidido por la ausencia, lleno de profunda emotividad en cada verso. Lo has bordado, Alejandro.

Mi aplauso y felicitación.

Un fuerte abrazo.

Me alegra que así lo sintieras.

Gracias por tu visita y comentario.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Emociona tu poema, compañero; los años nos marcan con sus presencias y sus correspondencias... y las ausencias.
Una gran obra que expone al poeta en primera línea y comunica en cada verso.
Un abrazo, Alejandro.

Gracias, Alonso.

Es muy emotivo el comentario que me dejas.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.