autovía 1

[Marius Gabureanu]

Lo que mantiene intacto a mi ser primero
es saber que hay dígitos de ausencia que nadie averigua
y así puedo abrazar los martes despelucados
y decir que son míos y que yo era un árbol sin fortuna
al margen de mí mismo con sus frutas que no llegaban a madurar
porque hubo niños que a veces cruzaban la autovía
y a cualquiera se le ocurría preguntar
de quiénes son esos niños
tan descalzos, tan ilógicos,
que se atreven a enfrentar un bólido
para comer una manzana agria?
Tal vez irrumpe de nosotros
más infancia de la que merecemos
y queremos atropellarla con un gesto
atado a un absurdo cielo de rímel.
Ahora no me preguntes si las sanguijuelas se besan en octubre
porque dije dos veces no por cada dos veces
que hubo sanguijuelas besándose en tus pupilas
contemplando a otras mujeres que se hacían dueñas
de mi pantano de cartas de amor,
éramos el lugar donde no llegan las cartas,
éramos el amor que las sanguijuelas tratan de olvidar.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,
pero bien pudieran ser mías
esas faldas de cuervos envejecidos
que dios está probando
cuando la lluvia se deja acariciar.

Se nota, se nota que, antes que dios,
hubo unas manzanas agrias
como tu pezón izquierdo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Esos niños tan ilógicos, tan descalzos, capaces de enfrentar un bólido para comer una manzana agria.
Este hilo del poema es oro puro.
La infancia, el amor, los recuerdos asombrados de su poder, el pezón amado a la izquierda de la amargura. La mujer que ha sido, la única desde cualquier ángulo decidido a no morir.

El vicio de volver a tu viente: una imagen tatuada en la piel del universo Gabureanu, que sigue desandando la autovía, temblando sobre sus orígenes.

Hermoso, amigo; abrazo y felicitaciones.

[Marius Gabureanu]

Gracias por hacer sentida tu valiosa presencia, querida amiga. Muchos abrazos, Hallie.

[Antonia Mauro]

Me gustan los árboles. Y los frutales mucho. Y las manzanas.

Me has recordado a mi abuela. Se pasaba el día en su huerta, sobretodo en verano. Teníamos que llevarle la comida tofoys los días, o se quedaba sin comer, enredando entre árboles y plantas y gallinas y perros.

Tenía árboles frutales. Y el suelo estaba casi siempre cubierto por manzanas, nadie las comía.

Y allí sigue una higuera enorme. Mi abuela ya no está, ni mi madre, pero la higuera sigue allí.

Gracias por haber hecho que recuerde esa escena, me encanta acordarme de ella.
La Lola, la llamaban, como a la flores.

Unabrazo.

[Óscar Distéfano]

Lo que mantiene intacto a mi ser primero
es saber que hay dígitos de ausencia que nadie averigua
y así puedo abrazar los martes despelucados
y decir que son míos y que yo era un árbol sin fortuna
al margen de mí mismo con sus frutas que no llegaban a madurar
porque hubo niños que a veces cruzaban la autovía
y a cualquiera se le ocurría preguntar
de quiénes son esos niños
tan descalzos, tan ilógicos,
que se atreven a enfrentar un bólido
para comer una manzana agria?
Tal vez irrumpe de nosotros
más infancia de la que merecemos
y queremos atropellarla con un gesto
atado a un absurdo cielo de rímel.
Ahora no me preguntes si las sanguijuelas se besan en octubre
porque dije dos veces no por cada dos veces
que hubo sanguijuelas besándose en tus pupilas
contemplando a otras mujeres que se hacían dueñas
de mi pantano de cartas de amor,
éramos el lugar donde no llegan las cartas,
éramos el amor que las sanguijuelas tratan de olvidar.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,
pero bien pudieran ser mías
esas faldas de cuervos envejecidos
que dios está probando
cuando la lluvia se deja acariciar.

Se nota, se nota que, antes que dios,
hubo unas manzanas agrias
como tu pezón izquierdo.

Sinceridad por sinceridad: ¿Cuándo vas a dejar de jugar con fuegos artificiales? Si no estás enterado, te comunico que el surrealismo ortodoxo cumplirá cien años en 2020 (falta tan solo un año). ¡Basta ya de perderte en explosiones de colores sin sentido, a puro deleite de metáforas inconexas. Sé que tienes talento, amigo; pero te falta trampa de ratones en tu madriguera. Te aprecio.

Obs: no te dejes engañar por los lameculos que te tamborilean.

Un abrazo grande.
Óscar

[Pilar Morte]

Lo que mantiene intacto a mi ser primero
es saber que hay dígitos de ausencia que nadie averigua
y así puedo abrazar los martes despelucados
y decir que son míos y que yo era un árbol sin fortuna
al margen de mí mismo con sus frutas que no llegaban a madurar
porque hubo niños que a veces cruzaban la autovía
y a cualquiera se le ocurría preguntar
de quiénes son esos niños
tan descalzos, tan ilógicos,
que se atreven a enfrentar un bólido
para comer una manzana agria?
Tal vez irrumpe de nosotros
más infancia de la que merecemos
y queremos atropellarla con un gesto
atado a un absurdo cielo de rímel.
Ahora no me preguntes si las sanguijuelas se besan en octubre
porque dije dos veces no por cada dos veces
que hubo sanguijuelas besándose en tus pupilas
contemplando a otras mujeres que se hacían dueñas
de mi pantano de cartas de amor,
éramos el lugar donde no llegan las cartas,
éramos el amor que las sanguijuelas tratan de olvidar.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,
pero bien pudieran ser mías
esas faldas de cuervos envejecidos
que dios está probando
cuando la lluvia se deja acariciar.

Se nota, se nota que, antes que dios,
hubo unas manzanas agrias
como tu pezón izquierdo.

Sinceridad por sinceridad: ¿Cuándo vas a dejar de jugar con fuegos artificiales? Si no estás enterado, te comunico que el surrealismo ortodoxo cumplirá cien años en 2020 (falta tan solo un año). ¡Basta ya de perderte en explosiones de colores sin sentido, a puro deleite de metáforas inconexas. Sé que tienes talento, amigo; pero te falta trampa de ratones en tu madriguera. Te aprecio.

Obs: no te dejes engañar por los lameculos que te tamborilean.

Un abrazo grande.
Óscar

Querido amigo, creo que la sinceridad no está reñida con la delicadeza y se puede valorar un escrito teniéndola en cuenta. No me gustó como descalificaste el trabajo de Marius. Me incluyo en los lameculos , y la verdad es que me parece un tono demasiado agresivo para un foro de poesía.
Tú escribes bien, y tienes conocimientos para valorar un trabajo pero te agradecería que cuidases la forma de hacerlo.
Abrazos
PIlar

[Antonia Mauro]

A mí tampoco me parece una crítica constructiva en absoluto, me parece hecha con inquina,
no es justa la crítica. Carente de rigor, de sentido común ni de ningún otro sentido,
fuera de lugar. Es como una pataleta de niño pequeño.

A estas alturas, creo que no es necesario puesto que ya todos los sabemos,
hablar sobre sobre sus grandes virtudes como poeta, de su gran talento,
como tú mismo reconoces.

Muestro mi desacuerdo (díria más: rechazo), con tu comentario, tanto injusto como innecesario.

No sé si como lameculos o como ratona de la madriguera,
o como amiga de Marius,
y porque además, es uno de mis poetas preferidos, entre famosos y no famosos.

Pero en todo caso si ser una lameculos es rendirse ante su genio e ingenio y babear de placer con sus letras,
me confieso: soy una lameculos.

Partiendo de que todos nos merecemos respeto, algunos creo que en ciertos asuntos, como es el caso,
ya tienen su sitio bien conseguido por méritos propios, y no tienen que demostrar nada, se han ganado ese respeto y su puesto a pulso. Y su talento ya está sobradamente demostrado: incuestionable e indiscutible.

Nombre propio: Marius Gabureanu..

Saludos.

[Lunamar Solano]

Hermoso recorrido que desnuda escenas y palpitares querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Rafel Calle]

Las chicas al rescate. En cuanto me sea posible os apoyaré con mi opinión del comentario de Óscar. Todos nos podemos equivocar, pero creo que es difícil escribir algo menos afortunado. ¿Lameculos? Pues no sé, pero manipuladores (foristas que utilizan sus comentarios para manipular relaciones, voluntades, etc.) sí que los hay y, desde luego, son bien conocidos.
Abrazos.

[Luis M]

Sinceridad por sinceridad: ¿Cuándo vas a dejar de jugar con fuegos artificiales? Si no estás enterado, te comunico que el surrealismo ortodoxo cumplirá cien años en 2020 (falta tan solo un año). ¡Basta ya de perderte en explosiones de colores sin sentido, a puro deleite de metáforas inconexas. Sé que tienes talento, amigo; pero te falta trampa de ratones en tu madriguera. Te aprecio.

Obs: no te dejes engañar por los lameculos que te tamborilean.

Un abrazo grande.
Óscar

El mayor problema que veo en tu comentario, Óscar, es que es básicamente erróneo. Esas "explosiones de colores" (para ti sin sentido) de Marius son las que han aportado al foro varios de los mejores poemas publicados jamás en Alaire.
No estás juzgando este poema, sino la obra entera de uno de los mejores poetas que muchos hemos leído en los foros (y posiblemente de fuera de ellos)

A mí personalmente no me molesta la crítica dura, pero sí la sesgada. ¿Por qué te "vuelcas" en este poema, que seguramente no sea el mejor trabajo de Marius, pero no has comentado (o atacado), por ejemplo, su reciente "Mi perro"..?

¿...Quizás por que es más fácil efectuar un ataque generalizado desde un poema más flojo que desde uno genial del mismo autor...?

A mí también me gusta más la poesía de Marius cuando es más realista que cuando es muy surrealista y/o simbólica, pero solo es mi gusto, y sería un idiota si atacara la obra y la manera de escribir de un autor que ha escrito un buen puñado de genialidades (cosa al alcance de muy pocos poetas)

En cuanto a lo de los "lameculos", pues en fin, creo que es un término demasiado despectivo y sobre todo muy arriesgado, pues para poder emplearlo habría que estar muy seguro que uno mismo no lo ha sido nunca también...

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Lo que mantiene intacto a mi ser primero
es saber que hay dígitos de ausencia que nadie averigua
y así puedo abrazar los martes despelucados
y decir que son míos y que yo era un árbol sin fortuna
al margen de mí mismo con sus frutas que no llegaban a madurar
porque hubo niños que a veces cruzaban la autovía
y a cualquiera se le ocurría preguntar
de quiénes son esos niños
tan descalzos, tan ilógicos,
que se atreven a enfrentar un bólido
para comer una manzana agria?
Tal vez irrumpe de nosotros
más infancia de la que merecemos
y queremos atropellarla con un gesto
atado a un absurdo cielo de rímel.
Ahora no me preguntes si las sanguijuelas se besan en octubre
porque dije dos veces no por cada dos veces
que hubo sanguijuelas besándose en tus pupilas
contemplando a otras mujeres que se hacían dueñas
de mi pantano de cartas de amor,
éramos el lugar donde no llegan las cartas,
éramos el amor que las sanguijuelas tratan de olvidar.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,
pero bien pudieran ser mías
esas faldas de cuervos envejecidos
que dios está probando
cuando la lluvia se deja acariciar.

Se nota, se nota que, antes que dios,
hubo unas manzanas agrias
como tu pezón izquierdo.

Sinceridad por sinceridad: ¿Cuándo vas a dejar de jugar con fuegos artificiales? Si no estás enterado, te comunico que el surrealismo ortodoxo cumplirá cien años en 2020 (falta tan solo un año). ¡Basta ya de perderte en explosiones de colores sin sentido, a puro deleite de metáforas inconexas. Sé que tienes talento, amigo; pero te falta trampa de ratones en tu madriguera. Te aprecio.

Obs: no te dejes engañar por los lameculos que te tamborilean.

Un abrazo grande.
Óscar

Buenos días, Óscar. Leo con sorpresa y bastante pena tu reflejo. Comprendo que pueda agradarnos o no un estilo, que tengamos preferencias y que ciertas maneras de hacer poesía no resuenen para nada con nuestro interior, mientras que otro tipo de inspiración poética, nos llene la piel de lágrimas. Todo esto es muy válido y comprensible, pero criticar con tan poca delicadeza un poema (como ha sido el caso) es un gran desatino, en mi humilde opinión.
Por alusiones has ofendido a Pilar Morte, Antonia Mauro y a mí misma. Las tres coincidimos en lo que nos emocionó el poema, sin ningún ánimo de adulación o falsedad.

Saludos y felicidad, amigo poeta.

[Rafel Calle]

Queridos amigos:
"si te paras de escribir, nunca conseguirás un buen poema"
Ciertamente, a ningún poeta le ha sido posible mantener un nivel alto en todas sus obras. La mayoría de trabajos de cualquier autor no se recordarán por ser buenos poemas, así, los autores se recuerdan por algunos poemas que han logrado crear a lo largo de toda una vida dedicada a la poesía. Bueno, pues en Alaire ocurre lo mismo. La mayoría de trabajos son prescindibles. Como suelen ser prescindibles la mayoría de partidos de una gran competición en cualquier ámbito, en poesía ocurre lo mismo. El poeta se halla inmerso en un gran desafío contra sí. El punto de partida siempre son sus mejores obras, es decir, los partidos que ha ganado por goleada, con lo cual está obligado, se obliga constantemente a realizar una proeza tras otra. Cuanto mayor es la goleada o mejor es el último poema, más grande es el reto de escribir el siguiente poema. Es por ello que el poeta cae en muchos momentos de depresión literaria que incluso pueden incidir en la persona que lo alberga.

No es difícil llegar a la conclusión de que las proezas ocurren muy de vez en cuando y, desde luego, están reservadas a los mejores en cualquier disciplina. Es decir, los poetas que consiguen escribir poemas que aportan, que suman, que se prestan a ser recordados, esos poetas se pueden considerar muy afortunados.

Por otra parte, estamos en un foro de poesía, un lugar que nos tiene enganchados con un buen pedazo de nuestra vida. ¿Qué hacemos aquí? No puede ser que estemos en un lugar, invirtiendo mucho tiempo de nuestra vida, quitándoselo a los seres queridos, a nuestras obligaciones, a tantos y tantos aspectos…, solo y exclusivamente para decirnos los unos a los otros lo preciosa que es nuestra poesía. Pues no, nuestra poesía, la de todos y cada uno de nosotros, puede y debe evolucionar, porque sabemos que escribir un poema que esté a la altura de nuestras mejores obras, representa una auténtica proeza. Podemos escribir un gran poema en un santiamén, pero ello no significa que desde el anterior gran poema que escribimos, no hayan pasado muchos trabajos, digamos, “de relleno”; necesarios, porque si te paras de escribir, nunca conseguirás un buen poema. Es aquello de que la inspiración te tiene que hallar en el tajo.

En el caso de Marius y Óscar, creo que son de los autores que tienen muy buenos poemas y, desde luego, tal cosa significa un auténtico privilegio.

En fin, no hay que utilizar un poema que, por lo que sea, no es un gran poema, para reivindicar un estilo. Como bien dice Luis, para eso están los mejores poemas del autor de turno; lo contrario es oportunismo de mal gusto.

Y sí que se deberían comentar, de buenas maneras, positivamente, los trabajos de los compañeros, tratando de ser lo más honestos y educados que nos fuera posible. A veces, leo comentarios muy elogiosos a poemas de bajo nivel, hablando de un autor determinado y partiendo de sus mejores poemas (cada cual tiene su nivel). Pues bien, eso no creo que sea bueno para los compañeros. Con todo, no critico a nadie, porque sé que no se pueden pedir peras al olmo. Cada cual hace lo que puede. Y con esto pienso que basta.

Y, bueno, os animo a todos a seguir escribiendo aun cuando nos encontremos en una época de vacas flacas creativas. Si no escribes significa que te has rendido. Y no, nada de rendiciones. Un guerrero del poema no se rinde jamás.

Abrazos.

[E. R. Aristy]

Lo que mantiene intacto a mi ser primero
es saber que hay dígitos de ausencia que nadie averigua
y así puedo abrazar los martes despelucados
y decir que son míos y que yo era un árbol sin fortuna
al margen de mí mismo con sus frutas que no llegaban a madurar
porque hubo niños que a veces cruzaban la autovía
y a cualquiera se le ocurría preguntar
de quiénes son esos niños
tan descalzos, tan ilógicos,
que se atreven a enfrentar un bólido
para comer una manzana agria?
Tal vez irrumpe de nosotros
más infancia de la que merecemos
y queremos atropellarla con un gesto
atado a un absurdo cielo de rímel.
Ahora no me preguntes si las sanguijuelas se besan en octubre
porque dije dos veces no por cada dos veces
que hubo sanguijuelas besándose en tus pupilas
contemplando a otras mujeres que se hacían dueñas
de mi pantano de cartas de amor,
éramos el lugar donde no llegan las cartas,
éramos el amor que las sanguijuelas tratan de olvidar.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,
pero bien pudieran ser mías
esas faldas de cuervos envejecidos
que dios está probando
cuando la lluvia se deja acariciar.

Se nota, se nota que, antes que dios,
hubo unas manzanas agrias
como tu pezón izquierdo.

Todo poema, me parece, es un ejercicio. Algunos ejercicios son más felices que otros.
Mi estimado y respetado Pablo Ibañez me hizo varias veces criticas constructivas. Me dijo lo que te voy a decir: a veces usamos demasiados frentes y hacemos sin querer que el poema desfallezca para el lector por haber creado confusión en el hilo a seguir. Balance, esa es la goma que pega nuestro collage poético y su significado. Cuando no lo conseguimos, esta bien, seguimos la inacabada tarea del escritor. Todo nos sirve, absolutamente todo. El autor se debe a sí ser su más brutal critico. Las palabras floreadas no nos dejan crecer. Las duras, vienen de los maestros que nos empujan a sacar la danza más alla de toda técnica. Tenemos que ser nuestros más estrictos maestros también. Creo que estamos frente al poeta moderno y el lector moderno , un fenómeno de la edad digital. Todos estos comentarios dichos en persona, en la oreja, mirandonos de frente acompañado de gestos, tono de voz, en fin, todos estos comentarios son bien intencionados pero todos tenemos que admtir que comunicarnos por texto requiere in nuevo protocolo. Es un fenómeno de este siglo que seamos testigos de lo que en el pasado se llamara manuscrito. Un cuaderno de ejercicios, de reflexiones, ideas prácticamente en cocción. Adelante con tu brillantez, tu material original, tu obra, Marius.


Porque no me sirvió
el vicio de volver a tu vientre
que vocifera entre fechas heladas;
y guardé tu ropa íntima
junto a los versos de la noche
en el cajón dorado de la desesperación
y, con una cerveza
enciendí mis luces de niebla
y a toda velocidad atropellé los niños con manzanas agrias
que susurraban himnos de sangre coagulada;
No, no me sirvió el vicio de volver a tu vientre,


Abrazos, amigo poeta. ERA

[Armilo Brotón]

Tengo la suerte de leer las obras de Marius, al que quiero mucho, hace bastante tiempo; he vivido su evolución poética y puedo asegurar que no es un impostor. La forma que tiene de presentar su universo poético es comestible, con esto quiero decir que la linealidad no existe en su poesía, que la manera de afrontar sus obras es dejarse embriagar por el impacto de la palabra, que utiliza como un ingrediente culinario más. El surrealismo en su poesía es una necesidad y totalmente circunstancial, no es un adscripción política. Es denso en metá´foras porque no tiene, hoy, otra forma de ofrecer sus vivencias, de hacerlas tangibles al lector.
´Óscar es otro poeta al que admiro con otra forma de entender la lírica, más lineal y medida; más cartesiana por decirlo de alguna forma lírica. Fantástica. La música que nos regala responde al esquema rítmico al que estamos más habituados. Son dos mundos distintos que chocan. Su reacción es comprensible pues es visceral como buen poeta. En ningún momento he sentido que quiera ofender a Marius, más bien sabiendo el caudal creativo que tiene le gustaría saborearlo a su medida, pero eso es imposible.
Como bien dice Rafel, dos personas comprometidas con la poesía y entre los poetas siempre hay rifirafes, se busca la emoción: queremos encontrar el verso que nos deleite en el otro. No se molestaría ´Óscar en decir lo que dice si sólo mirara su ombligo.
Atacarlo por la palabra lameculos me parece insustancial y oportunista. En la geografía del mundo donde se habla el castellano las palabras tienen potencia y connotaciones distintas y las personas que hemos tenido la oportunidad de visitar muchos países latinos nos hemos llevado muchas sorpresas de lo grande que es nuestro idioma. Nadie ha visto la parte positiva, sólo nos quedamos, de todo lo que argumenta, con una palabra.
Creo que detrás de sus indicaciones lo que quiere apuntar, y yo apoyo, es que hay demasiada manipulación, también Rafel lo deja caer no tan sutilmente, de personas que sin criterio hacen un flaco favor, con sus comentarios al vuelo de la complacencia, al desarrollo del poeta. Prefiero mil veces la rudeza al dulzor vomitivo, al rollo seudointelectual de algunas: más claro el agua y aplausos y aplausos.
Un abrazo compañeros

[J. J. Martínez Ferreiro]

Revindico tu voz propia, invencible y brillante... inalcanzable. Eres grande Marius. Es un honor compartir contigo en estos foros y en estos años que serán inolvidables en todos nosotros.

Un fuerte abrazo, POETA.