Yo sólo estaba bailando.
Tu pasión dormida
juega caricias del calibre 38.
— lo sabes ¿verdad?—
Tus palabras: danzas rituales
de vida... de muerte.
He bailado entre tumbas
para morir lo justo.
He sobrevivido entre versos
—Menudo vicio el mío—
mientras Beliahl se revolcaba ebria
y Baal cubría mi desnudez.
Dime el cómo
Cómo bailar sobre tu mundo minado
si somos siluetas deslizantes
entre tumbas necias y sinceras.
Una llaga en el recuerdo supura
Y el vino de Rueda ayuda
—Dios es un nuevo cadáver—
a olvidar la risa de los secos.
Hendrix bebe con la Joplin
y las rayas mueven el abono
para disfrutar
de un sueño húmedo
con maniquíes de vinilo.
¿No sabes, Miguel
que a los suicidas les roban sus muertos?
Y en Orihuela los reyes y reinas
siembran muertos del alma
como si fuera algo contagioso
o la paranoia del Mediterráneo
se convirtiese en el lagar de la rueda.
Guardo tanto cielo dentro de mis párpados
—me oyes, perro—
que incluso muerta tengo suficiente hueso.
Tigana.
En respuesta al maravilloso poema de La Corpo:
http://www.editorialalaire.es/foro/view ... =1&t=33549