Octava estación: Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la cruz
(Miguel Hernández, El rayo que no cesa)
pandemonio de lúbricos rapsodas;
ávido de escuchar las voces todas
en una inabarcable sinfonía,
es tanto el resistir que tu energía
se anula. Anacrusis. Cuerpo. Codas
y cadencias. Plegados a las modas
o forma sin auténtica poesía.
No se puede cubrir todo el camino,
forzado o voluntario, sin alguno
que acompañante empuje o que preceda.
Manzanas robarás del cruel destino
mientras hombre y titán van de consuno
portando tu final por la vereda.