El santo gris

[Marius Gabureanu]

En mi niñez, había decidido que algunas puertas
merecían nombre de santo:
por cabezonas, por permitir que los gatos sean columpios de la tristeza;
por hacer demasiado ruido en la medianoche
cuando una se da prisa a orinar
para no perder el papel de protagonista en su propia caída
(como el rocío);
y es que somos lo que hay en la punta de la lengua de los sueños,
ese orín de primaveras que atraviesa el color
de un sillón en que apadrinamos sombras sin apellido,
huérfanas a un grado de inercia de los sorbos de café.
Sí, en mi niñez, la puerta de mi habitación era un santo gris.
Pero había otro santo que mantenía cerrado bajo llave.
Me gustaba coger clavos y arañar su rostro.
La sangre de aquella puerta eran círculos.
Mi hermano le pegaba con una pelota desinflada de cuero.
Cuando todos dormían, me iba y arañaba la puerta
con un clavo nuevo, y hacía círculos dentro de los círculos ya golpeados.
Mi hermano tenía puntería de soledad
y siempre golpeaba mis nuevos círculos con su pelota
de cuero desinflada. A veces querría sacarle los ojos,
pero me intrigaba su desinterés por los santos.
Un día encontramos la puerta abierta
y adentro nuestro padre llorando con cara de santo
y a su lado, un sapo gordo, atento al mismísimo momento
cuando se juntaban la pobreza y la amargura.
Padre, nunca vimos el color de tus lágrimas .
Arañábamos tu rostro y lo golpeábamos.
Y tú siempre, padre,
como si nos quisieras hacer saber que las lágrimas y las puertas no existen.

[Luis M]

Triste pero muy hermoso poema, Marius. Me gustaron mucho estos versos:

"...ese orín de primaveras que atraviesa el color
de un sillón en que apadrinamos sombras sin apellido"

"Mi hermano tenía puntería de soledad
y siempre golpeaba mis nuevos círculos con su pelota
de cuero desinflada. A veces querría sacarle los ojos,
pero me intrigaba su desinterés por los santos. "

El final del poema yo lo escribiría así:

"...Arañábamos tu rostro y lo golpeábamos.
Y tu siempre, padre,
como si nos quisieras hacer saber que las lagrimas y las puertas no existen."

Mis felicitaciones, querido amigo. Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Gracias, querido amigo. Voy acomodar el cierre a tu consejo. Te confieso que lo había escrito algo similar al principio, después me pareció que era mejor cambiarlo. A veces, los poemas están en el cierre. Confío en tus gustos. Mis abrazos , Luis.

[Luis M]

Gracias, querido amigo. Voy acomodar el cierre a tu consejo. Te confieso que lo había escrito algo similar al principio, después me pareció que era mejor cambiarlo. A veces, los poemas están en el cierre. Confío en tus gustos. Mis abrazos , Luis.

es que la forma verbal "querías" no era correcta, y la forma de los versos, eso ya queda a la elección del autor. Personalmente así me gusta más pues acorta un poco la extrema longitud del último verso en contraste con el resto del poema. Otro abrazo, Marius.

[Marius Gabureanu]

Sí. Ya me conoces (tantos anos!), que dudo mucho con la gramática, y, generalmente, dudo de la realidad ( por eso escribo). Otro abrazo para ti.

[Ana Muela Sopeña]

Qué bello, Marius:

Necesitamos creer en algo. A veces nos contamos cuentos a nosotros mismos.

La soledad y la tristeza, en muchas ocasiones no encuentran las puertas de salida, pero este poema tuyo es una alucinante y sensacional puerta que nos conduce a la belleza y a la verdad.

Un fuerte abrazo
Ana

[Lunamar Solano]

Muy profundo y emotivo querido amigo... emociones que se clavan y sobrecogen...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[F. Enrique]

Tu poesía, Marius, tiene mucho peso, una densidad necesaria que nos permite viajar con convicción por los caminos del recuerdo. Este poema es un buen ejemplo de ello; la niñez y la tristeza tienen un poder evocador que nos afecta a todos. Muy bueno, emociona.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Otra gran maravilla del corazón Gabureanu.

Impresionante y muy lúcido, querido amigo.

Abrazos.

[Pablo Ibáñez]

Marius,

al leer tu poesía se desvanecen las teorías de calidad. Es la prueba definitiva de que es muy buena. No importa nada: la forma, el orden, la puntuación, la gramática, son irrelevantes. El poder de sugestión de las imágenes, el hilo original del desarrollo, que revela el mismo fluir del cerebro humano, en flashes, atrapan, hipnotizan. El texto parece directamente conectado al pensamiento. El lenguaje, el dispositivo que lo codifica, parece trasparente, la transmisión es directa y abierta.

Claro, así sí se entiende lo de "la forma no importa", "rompamos todo y escribamos lo que salga..."
Pero, claro, para eso hay que ser Marius.

Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Ronald, muchas gracias por leer y hacer sentida tu presencia, que valoro mucho. Me alegro que te ha gustado. Recibe mis abrazos.

[Marius Gabureanu]

Muchas gracias por leer y hacer sentida tu presencia,que valoro mucho, Ana, sí, necesitamos creer en algo, y luchar contra el olvido. Me alegro que te ha gustado. Recibe mis abrazos.

[Marius Gabureanu]

Lunamar, muchas gracias por leer y dejar tu sensible huella, que valoro mucho. Recibe mis abrazos,

[Marius Gabureanu]

Me alegro que así te parezca, Enrique, si emociona este poema es también porque quien lo lee tiene una gran sensibilidad, o le toca parte de la historia que evoca. Recibe mis abrazos, muchas gracias por hacer sentida tu presencia.