La ciudad ha perdido su color

[Ana Muela Sopeña]

Veo gatos de niebla en las esquinas
y árboles que aguardan a la luna.

La ciudad ha perdido su color
en mitad de la bruma y la tristeza.

Un frío maquiavélico
traspasa mi universo.

Tengo la piel helada,
los párpados con lluvia,
las pestañas de escarcha
y los huesos bañados en el lodo
de la melancolía.

Las tardes de este invierno
ya no serán testigos de la unión
que traspasó las líneas del espacio
y el tiempo sumergido en la nostalgia.

Todo se ha destruido por tu furia.

Ya sólo nos podemos recordar
en estampas de nieve,
en paseos de abril
o en fotos de los álbumes de estío.

El pasado se ha hecho atemporal...
vivirá eternamente en mis escritos.

Da igual que llegue un día
en que ya no recuerdes ni mi nombre
o que los años pasen
y tu rostro se torne casi anónimo.

Mis versos se harán cargo en la memoria
del placer infinito
y de la interminable grieta oscura de la herida.

Como archivo imborrable
viviremos sin cambios
en el milagro eterno del poema
latiendo sin cesar entre las nubes.
Recordando aquel sueño imperturbable
que animó nuestro mundo...


Ana Muela Sopeña

[A. Satír]

Me gusta como transmites ese dolor, con palabras oscuras; lodo, grieta, niebla, pasando a los recuerdos que son el tesoro más grande que podamos tener.
Un abrazo Ana!.

Satír.

[Pilar Morte]

Un poema intimista y triste. Sabes transmitir muy bien el recuerdo y el dolor. Un gusto leerte.
Besos
Pilar

[Rafel Calle]

Bueno, para la protagonista de tus últimos trabajos parece ser que lo peor ha pasado, amiga Ana. Después de una serie de poemas en los que incluso renunciaste al verso en beneficio de la prosa versicular, todos ellos con una carga emocional muy afectada por lo que parecía ser la búsqueda de un desapego, ahora, en "La ciudad...", aparece una protagonista resignada o, mejor dicho, bastante curada de una gran decepción.
Antes de que se me olvide quizá sobre la "a" del segundo verso.
Ay, el amor, por el hombre y la mujer sentimos celos y qué breve la emoción de un nuevo ciclo, y es que el mundo parece más pequeño
cuando cuentas el tiempo no vivido o aquel que has vivido por soñado en los altos andamios de un ensueño.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por la serie de poemas que has escrito últimamente, aunque la protagonista no haya vivido un cuento de hadas precisamente.
Abrazos.

[Pablo Ibáñez]

Ana,

me gusta el poema, amiga. Creo que recreas el ambiente con habilidad descriptiva y poética. Me gusta mucho la dialéctica que estableces entre el exterior, el paisaje invernal, y el interior, los pensamientos nostálgicos, los sentimientos. Me gusta la manera como ambos se realimentan.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar]

Veo gatos de niebla en las esquinas
y árboles que aguardan a la luna.

La ciudad ha perdido su color
en mitad de la bruma y la tristeza.

Un frío maquiavélico
traspasa mi universo.

Tengo la piel helada,
los párpados con lluvia,
las pestañas de escarcha
y los huesos bañados en el lodo
de la melancolía.

Las tardes de este invierno
ya no serán testigos de la unión
que traspasó las líneas del espacio
y el tiempo sumergido en la nostalgia.

Todo se ha destruido por tu furia.

Ya sólo nos podemos recordar
en estampas de nieve,
en paseos de abril
o en fotos de los álbumes de estío.

El pasado se ha hecho atemporal...
vivirá eternamente en mis escritos.

Da igual que llegue un día
en que ya no recuerdes ni mi nombre
o que los años pasen
y tu rostro se torne casi anónimo.

Mis versos se harán cargo en la memoria
del placer infinito
y de la interminable grieta oscura de la herida.

Como archivo imborrable
viviremos sin cambios
en el milagro eterno del poema
latiendo sin cesar entre las nubes.
Recordando aquel sueño imperturbable
que animó nuestro mundo...las tardes y


Ana Muela Sopeña

Dentro del poema la buena inspiración se acopla a tu sentir. Lo leo y el frescor del invierno
llega a mi pero haciéndose calor.

Un abrazo y un saludo con primor.

[E. R. Aristy]

Veo gatos de niebla en las esquinas
y árboles que aguardan a la luna.

La ciudad ha perdido su color
en mitad de la bruma y la tristeza.

Un frío maquiavélico
traspasa mi universo.

Tengo la piel helada,
los párpados con lluvia,
las pestañas de escarcha
y los huesos bañados en el lodo
de la melancolía.

Las tardes de este invierno
ya no serán testigos de la unión
que traspasó las líneas del espacio
y el tiempo sumergido en la nostalgia.

Todo se ha destruido por tu furia.

Ya sólo nos podemos recordar
en estampas de nieve,
en paseos de abril
o en fotos de los álbumes de estío.

El pasado se ha hecho atemporal...
vivirá eternamente en mis escritos.

Da igual que llegue un día
en que ya no recuerdes ni mi nombre
o que los años pasen
y tu rostro se torne casi anónimo.

Mis versos se harán cargo en la memoria
del placer infinito
y de la interminable grieta oscura de la herida.

Como archivo imborrable
viviremos sin cambios
en el milagro eterno del poema
latiendo sin cesar entre las nubes.
Recordando aquel sueño imperturbable
que animó nuestro mundo...


Ana Muela Sopeña

Maravilloso poema, Ana! Un lenguaje elocuente que nos lleva a tener acceso a ese sueño imperturbable del poema cuyas luces no cesan, y se vive por siempre! Abrazos, ERA

[Marisa Peral]

Como archivo imborrable
viviremos sin cambios
en el milagro eterno del poema
latiendo sin cesar entre las nubes.
Recordando aquel sueño imperturbable
que animó nuestro mundo...


Ana Muela Sopeña

Felicidades Ana, por este poema bellísimo que, aunque pesimista, tiene un esperanzador final.
Un fuerte abrazo, compañera, estás que rebosas poesía y me alegra.

[Antonia Mauro]

"Todo se ha destruido por tu furia."

Es muy significativo este verso, si no fuera por esto, bien podrías estar hablando de alguien que está perdiendo su memoria.

Eso debería de pasarnos, memoria selectiva sólo en algunos casos, en los que nosotros quisiéramos,
y no acordarnos jamás, jamás, de algunos rostros, de algunos nombres,
de algunos palabras, de algunos golpes, de la furia, ...

un abrazo.

[José Manuel F. Febles]

Ana, permíteme decirte unas palabras que pueden servir de semejanza nada alegre o feliz. Sé muchas cosas de la vida, donde la cicatriz duele más de lo justo...Tus versos caen, Ana, de un firmamento desconocido, como una llovizna fría de tristeza; lo eterno está en fugarse del camino. Trémulo este paisaje que tanto conozco. Has escrito un poema de los que llamamos sobresaliente. Felicidades.

Desde la tristeza de mi isla, un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amiga Ana, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "La ciudad ha perdido su color".
Un cordial abrazo.

[Rosario Martín]

Un placer de lectura, compañera,enhorabuena por el reconocimiento.
Que este nuevo año te llene de color, Ana, en lo personal y en lo poético.
Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Te felicito por la distinción a este bello y melancólico poema. Saludos cordiales.

[Luis M]

Merecido reconocimiento a este hermoso poema, Ana. Mis sinceras felicitaciones, amiga. Un gran abrazo.