Dignidad
Publicado: Jue, 14 Ago 2008 17:42
Dignidad
¿Qué opinas de mí Ernest Hemingway?
¿He llegado a esccribir como si fuera mi grafismo la caminata de un cuervo en la luna?
¿Huelen mis herrajes textuales a cuello de rosa?
¿Son oscuros como movimientos, secos como el chasquido de las palomas alrededor de los relojes? ¿Pesan como ladrillos mojados?
Si sacudes mis textos cabeza abajo al borde del muladar, ¿cae un huevo africano,brillando como un satélite a tus pies?
¿Son mis frases imperativas como piernas, abanicosas cual espantos de gallina, tropicales como el aguacero?
¿Piensas tú Ernest Hemingway que mis adjetivos son herméticos como elefantes de ónix? ¿Sientes que son capaces de ahorcar a un monje en medio de un trigal?
A veces, siento las pisadas de los osos que pasan sobre la carilla en pos de los panales muertos, escucho disparos que dan en los abedules y los abren, huelo el cuero de los zapatos que duremen en lo umbrío, a veces te veo domando un pavo rojo a pleno sol entre mis hojas
Cuando escribo derramo sangre de toro sobre jengibre rubio e incipiente, vuelco tubos de gas a pechadas, meto los pies en el petróleo, y río
Tus párrafos se mecen como apriscos, rompen espejos anaranjados en el barranco con la nostalgia de los indios
¿Lo ves? Ya estamos hablando de ti y no de mí, ya traemos cubos con agua para lavar carnes sacrificiales, ya olemos a vodka, tenemos el pelo con arena sucia, atamos palos con mimbre, usamos sombreros calientes como nidos
Dime Ernest, cuándo llegará la hora de mis letras, ¿será un arribo pacífico como la caída gorda y sanguinaria de la lluvia en una isla?
¿A qué raza y a qué vegetación saben mis versos?
Mis textos son como ruedas inútiles, menudas, ganchillos que formaron parte de propósitos mecánicos insondables, pero nunca son colas de mono ni azotan como colas de mono, nunca
Hasta diríase que los papeles donde escribo son inmaduros, apenas detenidos en una forma, apenas en tregua con el vértigo y la consistencia, papeles que son luces, perfumes de una cultura echada a la muerte
¿Qué opinas tú Ernest Hemingway?
Te veo llevando barriles de pólvora al ruedo, cociendo celulosas que expelen humo en columnatas evidentemente desproporcionadas, dionisíacas, te veo olfateando balas húmedas en una bodega, matando patos con un martillo, te veo venciendo al agua desnudo, y besando hasta las lágrimas
Mas no me veo allí contigo
¿Soy fatal como una nuca, cognitivo como las llaves, universal cual la campana?
¿Tú que opinas de mi cuerpo Ernest Hemingway? ¿Es mi alma? ¿Es ajeno a mi alma? ¿Es otro? ¿Es el mismo?
¿Ha de morir como las flores? ¿Le pertenece a los buitres?
¿Es como la luz que hay en las iglesias vacías?
¿Será mayor que mis papeles?
¿Serán mis papeles dignos de mi alma?
Rafael Teicher
¿Qué opinas de mí Ernest Hemingway?
¿He llegado a esccribir como si fuera mi grafismo la caminata de un cuervo en la luna?
¿Huelen mis herrajes textuales a cuello de rosa?
¿Son oscuros como movimientos, secos como el chasquido de las palomas alrededor de los relojes? ¿Pesan como ladrillos mojados?
Si sacudes mis textos cabeza abajo al borde del muladar, ¿cae un huevo africano,brillando como un satélite a tus pies?
¿Son mis frases imperativas como piernas, abanicosas cual espantos de gallina, tropicales como el aguacero?
¿Piensas tú Ernest Hemingway que mis adjetivos son herméticos como elefantes de ónix? ¿Sientes que son capaces de ahorcar a un monje en medio de un trigal?
A veces, siento las pisadas de los osos que pasan sobre la carilla en pos de los panales muertos, escucho disparos que dan en los abedules y los abren, huelo el cuero de los zapatos que duremen en lo umbrío, a veces te veo domando un pavo rojo a pleno sol entre mis hojas
Cuando escribo derramo sangre de toro sobre jengibre rubio e incipiente, vuelco tubos de gas a pechadas, meto los pies en el petróleo, y río
Tus párrafos se mecen como apriscos, rompen espejos anaranjados en el barranco con la nostalgia de los indios
¿Lo ves? Ya estamos hablando de ti y no de mí, ya traemos cubos con agua para lavar carnes sacrificiales, ya olemos a vodka, tenemos el pelo con arena sucia, atamos palos con mimbre, usamos sombreros calientes como nidos
Dime Ernest, cuándo llegará la hora de mis letras, ¿será un arribo pacífico como la caída gorda y sanguinaria de la lluvia en una isla?
¿A qué raza y a qué vegetación saben mis versos?
Mis textos son como ruedas inútiles, menudas, ganchillos que formaron parte de propósitos mecánicos insondables, pero nunca son colas de mono ni azotan como colas de mono, nunca
Hasta diríase que los papeles donde escribo son inmaduros, apenas detenidos en una forma, apenas en tregua con el vértigo y la consistencia, papeles que son luces, perfumes de una cultura echada a la muerte
¿Qué opinas tú Ernest Hemingway?
Te veo llevando barriles de pólvora al ruedo, cociendo celulosas que expelen humo en columnatas evidentemente desproporcionadas, dionisíacas, te veo olfateando balas húmedas en una bodega, matando patos con un martillo, te veo venciendo al agua desnudo, y besando hasta las lágrimas
Mas no me veo allí contigo
¿Soy fatal como una nuca, cognitivo como las llaves, universal cual la campana?
¿Tú que opinas de mi cuerpo Ernest Hemingway? ¿Es mi alma? ¿Es ajeno a mi alma? ¿Es otro? ¿Es el mismo?
¿Ha de morir como las flores? ¿Le pertenece a los buitres?
¿Es como la luz que hay en las iglesias vacías?
¿Será mayor que mis papeles?
¿Serán mis papeles dignos de mi alma?
Rafael Teicher