Consciente

[Pilar Morte]

Cumplimos dieciocho,
colgamos uniformes y amontonamos los sueños.
La nueva vida estaba por vivir,
otra música por cantar,
y había que pintar de color el mundo.

Tuvimos dieciocho años,
las manos tersas y ágiles
para asir
las lianas que lanzaban nuestra mente
a velocidad de la luz.
El ingenuo escuchar no advertía el engaño
ni los pasillos de doble tabique en la palabra.
Eran interminables los encuentros,
¡había tanto para descifrar
que los relojes no daban las horas necesarias!

ll
Me bebo la nostalgia con una taza de té,
las palabras de doble sentido
que acumularon los años.
El líquido caliente reconforta,
y un rictus de media sonrisa me hace presentir
un final que, insistente, se va acercando a saludar.
Traen los recuerdos, hojas secas de todos los otoños,
trenes de ida y vuelta que ahora
descansan en piezas de recambio.

Es la hora de las pastillas,
se han hecho amigas de los dolores
y ahora son coro de los años.
Cojo el periódico,
me entristece saber que el último ángulo
no doblará por la paz.

[José Manuel F. Febles]

Son las tres de la madrugada, no puedo dormir, y acudo a leer este gran poema descriptivo de toda una vida en que, los dieciocho años benditos y sucesivos eran la gloria de la juventud, hasta que las hojas secas del otoño caen sin pedir permiso, y llegan luego las pastillas que calman los dolores del cuerpo, que ha cruzado toda una vida pero, no la nostalgia que siempre perdura. Un final, sinceramente hermoso, Pilar, es excelente tu poema, tal como lo entiendo.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

P.D. Se me pasaba felicitarte cosas del sueño.

[Lunamar Solano]

Muy hermoso y vibrante querida amiga... conmueve su dulzura...
Un gusto leerte...
Felices fiestas de fin de año!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Pilar Morte]

Son las tres de la madrugada, no puedo dormir, y acudo a leer este gran poema descriptivo de toda una vida en que, los dieciocho años benditos y sucesivos eran la gloria de la juventud, hasta que las hojas secas del otoño caen sin pedir permiso, y llegan luego las pastillas que calman los dolores del cuerpo, que ha cruzado toda una vida pero, no la nostalgia que siempre perdura. Un final, sinceramente hermoso, Pilar, es excelente tu poema, tal como lo entiendo.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

P.D. Se me pasaba felicitarte cosas del sueño.

Si te sirvió para entretener el insomnio me doy por satisfecha .Gracias por leer y comentar.
Besos
Pilar

[Luis M]

Y casi parece que fue ayer...Un bello y realista poema, Pilar. Felices fiestas, amiga. Un abrazo.

[Pilar Morte]

Muy hermoso y vibrante querida amiga... conmueve su dulzura...
Un gusto leerte...
Felices fiestas de fin de año!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Lunamar, por acercarte con tu cálida palabra
Besos
Pilar

[Simon Abadia]

Estupendo rearmar la nostalgia. Hoy como ayer me cuesta coger el sueño.
Pero tambien he disfrutado de tu bello poema .
Feliz año 2019 y besos.

Simón

[Guillermo Cumar]

Aquellos dieciocho se pegan al recuerdo y abren la plataforma del futuro incierto.

Buen poema abandonado a la edad común de los más mayores.

Un abrazo

[Rafael Valdemar]

Cargado de bella nostalgia me llega el mensaje de este poema que nos dejas Pilar. Lo disfruté leyendo

saludos

rafael

[Ventura Morón]

Hermoso Pilar, no exento de una tristeza que lo cubre, pero la búsqueda de la belleza sigue inherente a las dos partes del poema, el espíritu perdura, la magia es posible.
Besos querida amiga, Feliz 2019

[E. R. Aristy]

Cumplimos dieciocho,
colgamos uniformes y amontonamos los sueños.
La nueva vida estaba por vivir,
otra música por cantar,
y había que pintar de color el mundo.

Tuvimos dieciocho años,
las manos tersas y ágiles
para asir
las lianas que lanzaban nuestra mente
a velocidad de la luz.
El ingenuo escuchar no advertía el engaño
ni los pasillos de doble tabique en la palabra.
Eran interminables los encuentros,
¡había tanto para descifrar
que los relojes no daban las horas necesarias!.
ll
Me bebo la nostalgia con una taza de té,
las palabras de doble sentido
que acumularon los años.
El líquido caliente reconforta,
y un rictus, de media sonrisa, me hace presentir
un final que, insistente, se va acercando a saludar.
Traen los recuerdos, hojas secas de todos los otoños,
trenes de ida y vuelta que ahora
descansan en piezas de recambio.

Es la hora de las pastillas,
se han hecho amigas de los dolores
y ahora son coro de los años.
Cojo el periódico,
me entristece saber que el último ángulo
no doblará por la paz.

Recuerdo un poema que mi madre solía recitar de vez en cuando:

Juventud, divino tesoro,
te vas para no volver,
cuando quiero llorar no lloro
y a veces lloro sin querer.


La realidad es que envejecemos,Pilar, pero la pregunta que arde en nuestro interior sigue siendo de vida. Abrazos, ERA

[Pilar Morte]

Y casi parece que fue ayer...Un bello y realista poema, Pilar. Felices fiestas, amiga. Un abrazo.

Gracias, amigo Luis, por venir y dejar tu amable palabra.
Besos
Pilar

[Jerónimo Muñoz]

Un gran poema, Pilar. Como todos los tuyos. Ya en el primer verso, presagié la nostalgia. ¡Ay! ¡Qué bellamente la expresas! Pero, óyeme bien: quiero leerte versos de esperanza, de júbilo; quiero ver cómo entierras la melancolía y haces florecer en tu jardín el frondoso árbol de la ilusión. Que tienes muchos motivos para ilusionarte. Abona ese árbol con tu poesía que es la mejor lluvia para nosotros.
Besos.
Jerónimo

[Cecilia Martos]

Cumplimos dieciocho,
colgamos uniformes y amontonamos los sueños.
La nueva vida estaba por vivir,
otra música por cantar,
y había que pintar de color el mundo.

Tuvimos dieciocho años,
las manos tersas y ágiles
para asir
las lianas que lanzaban nuestra mente
a velocidad de la luz.
El ingenuo escuchar no advertía el engaño
ni los pasillos de doble tabique en la palabra.
Eran interminables los encuentros,
¡había tanto para descifrar
que los relojes no daban las horas necesarias!.
ll
Me bebo la nostalgia con una taza de té,
las palabras de doble sentido
que acumularon los años.
El líquido caliente reconforta,
y un rictus, de media sonrisa, me hace presentir
un final que, insistente, se va acercando a saludar.
Traen los recuerdos, hojas secas de todos los otoños,
trenes de ida y vuelta que ahora
descansan en piezas de recambio.

Es la hora de las pastillas,
se han hecho amigas de los dolores
y ahora son coro de los años.
Cojo el periódico,
me entristece saber que el último ángulo
no doblará por la paz.

Un gran poema querida Pilar, estamos llenos de nostalgias y despedidas, pero estamos, y mientras haya vida, habrá poesía. Me encantó, un poema del alma y para el alma, gracias por compartir, un gran abrazo Poeta.

Cecilia

[Óscar Distéfano]

Un poema sobrecogedor, sincero, humanamente crudo. Has descrito el destino del hombre con la pluma de la verdad incuestionable. Precioso ritmo de pensamiento. Me ha gustado mucho.

Un abrazo.
Óscar