Estaciones sentimentales XXVI – La rosa de ayer

[J. J. Martínez Ferreiro]

I
Eran ruidos entre las piedras del color
eran clamores dentro del pensamiento.

II
En el fervor después de la arena, en la duna móvil,
la rosa de ayer, que desea ser el indicio
del aroma perdido en el azul de hoy.
la rosa de ayer atravesada por espadas de yeso
ahora rosa del desierto entre los mundos en ruina;
La rosa de ayer
que rememora el tiempo de la visión,
la avaricia de claridad.

III
Buscaba la crudeza, la integridad del color,
en las herrumbres de la arena.
El problema es que a veces las formas escapaban
brillando inaccesibles como insectos en ámbar.

IV
Su extinción se zanjaba con disimulo.
Definitivamente, se sentía intocable
en su lealtad de flor de piedra.

[Lunamar Solano]

Muy bello y reflexivo querido amigo... profunda sensibilidad...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[José Manuel F. Febles]

Un poema, amigo Ferreiro, comprometido con la metáfora y el bello sentido de tus versos. Te felicito. Me han gustado.

Desde mi isla te envío un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles

[Pilar Morte]

Qué hermosos versos para recordar y sentir el ayer. Me han gustado mucho.
Besos
Pilar

[J. J. Martínez Ferreiro]

Muy bello y reflexivo querido amigo... profunda sensibilidad...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, lunamar, por abrir este tema con tan generosas maneras.

Un bico.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Precioso poema de gran sensibilidad, amigo Ferreiro.
Mis felicitaciones.
Un abrazo.

[E. R. Aristy]

CXIII
En el color después de la mirada,
en la espuma después
de la arena, en la duna móvil,
la rosa de ayer,
que quiere ser señal desesperada
del aroma perdido en el azul de hoy.
La rosa de ayer,
que rememora el tiempo de la visión,
el frío objeto de los ojos, la avaricia de claridad.

CXIV
Él buscaba lo crudo de los objetos,
la integridad del blanco en la fachada de una casa.
El problema es que a veces las formas huyen árboles arriba
o se encierran en una roca desnuda
como luciérnagas dentro de una botella.

CXV
Su mirada era sinuosa como un silbido.
En un espacio a punto de la realidad
se movían sus últimas palabras.
La velocidad de su apariencia
se resolvía con disimulo.
Definitivamente se sentía sumamente inspirada
en su tesón de fuego florecido.

CXVI
Esos ruidos que se mueve entre las piedras
son ecos de las voces de una madre gritando
dentro del pensamiento.

Hermoso poema Ferreiro.
ERA

[Guillermo Cumar]

La rosa del ayer no se marchita pues mantiene viva la ilustre imagen y fantasía de la sabia inspiración.

Un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema, amigo Ferreiro, comprometido con la metáfora y el bello sentido de tus versos. Te felicito. Me han gustado.

Desde mi isla te envío un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles

Gracias, querido y viejo amigo. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.

Un abrazo.

[Ara López]

¡Qué hermoso poema J.J.!

Me quedo, sobretodo, con estos versos, repletos de imágenes sublimes que juntas me parecen poderosas.

Su mirada era sinuosa como un silbido.
En un espacio a punto de la realidad
se movían sus últimas palabras.

son ecos de las voces de una madre gritando
dentro del pensamiento.

¡Un abrazo!

[Rafel Calle]

Hermoso y evocador trabajo, amigo Ferreiro, otro más que añadir a la gran colección que estás consiguiendo.
Abrazos.

[Armilo Brotón]

Esta estación contiene una metáfora que se convierte en alegoría formidable en su fuerza: la rosa del desierto que condensa la sangre de las nubes.
¡Qué más se puede pedir!
Recogerlas con pasión cuando las manos de una duna nos las regalan, como tú estos versos.
Me hiciste recordar un paseo por el Sahara, los tambores de los tuareg me recuerdan tu ritmo.

Un abrazo hermano.