Debo ser el extraño (Ideas)

[Ricardo López Castro.]

Sin ser uno, ni todos, lo que debo no es más que lo que hago.
El deber es supervivencia.
No es lo que se hace, ni siquiera cómo me siento.
Ambas son cosas que no existen.

Debo ser el extraño -no uno solo-,
debo ser el extraño en todas partes
-todo esto esto sin sacarme la chola del ombligo-.

No es cuestión, no, de patria, ni de raza,
debo ser el extraño a quien todos le tratan diferente.

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Muchas veces, muchísimas, me he dejado las tripas en mis textos.
Debe ser que se visten las muy putas antes de que las plasme -para mí un descalabre-.
Ricardo, Ricardito, vamos a ver, me digo.
¿Ver el que? no confío en tus palabras. Yo tampoco, menuda novedad.
Os he proporcionado ese libre albedrío que queríais, ¿no?
¿Cuál es, entonces, el puto problema?
Mírate, ni por dentro ni por fuera.
Mierda, ahora la voz de mi poética.

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Abstraído, jodido -sí, pero muy contento-.
Letras, manos, poemas.
Putos pájaros, siempre en mi cabeza.
¿Dónde cagarán?
¿Mis líneas?
No.
Esas son infalibles, las mejores.
Nadie va a confesarlo, tampoco yo soy cura.
Debo ser el extraño.
Y no puedo, joder, dar lo que no tengo.

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Posesiones aparte, me inunda un gran vacío.
No es la típica duda existencial.
Mis textos me recuerdan una cosa:
No puedo complacer a todo el mundo.
Debo ser el extraño.
¿Para quién mis poemas son fruto de una mente perturbada?
Y es entonces, que duele, quema, arde.
Debo ser el extraño.
Cuesta tanto aliviarme como ser uno más.

-----------------------------------------------------------------------------

Sí, claro, me han descrito con cumplidos.
Alguna vez, incluso sin poesía.
Esos años de ruinas, drogas y palizas.
Ya quedaron atr´´as.
En un primer momento, elegí continuar escribiendo hacia dios.
No sentía de veras, calor humano, amor, o una amistad.
Sigo sin verlo, extraño, extraño, extraño.

-----------------------------------------------------------------------------

No echo nada de menos, tampoco desperdicio el chance de escribir.
Puedo hablar, conversar, charlar, decir, lo mismito que el viento se llevó.
No me acuerdo de nada, nada bueno.
¿Quizá tú me hayas hecho cambiar de tema?
Sigue siendo lo mismo, mi escritura, pero con salvedades -o sin ellas-.
No levanto pasiones.
¡Si existieran poemas de -¿sinsentidos?-!

[Lunamar Solano]

Intensos y desgarradores recorridos que desahogan instantes y pensamientos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Marisa Peral]

Debo ser el extraño -no uno solo-,
debo ser el extraño en todas partes

No es cuestión, no, de patria, ni de raza,
debo ser el extraño a quien todos le tratan diferente.

Abstraído, jodido -sí, pero muy contento-.
Letras, manos, poemas.
Putos pájaros, siempre en mi cabeza.
¿Dónde cagarán?
¿Mis líneas?
No.
Esas son infalibles, las mejores.
Nadie va a confesarlo, tampoco yo soy cura.
Debo ser el extraño.

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Mis textos me recuerdan una cosa:
No puedo complacer a todo el mundo.
Debo ser el extraño.

Sí, claro, me han descrito con cumplidos.
Alguna vez, incluso sin poesía.
Esos años de ruinas, drogas y palizas.
Ya quedaron atr´´as.
En un primer momento, elegí continuar escribiendo hacia dios.
No sentía de veras, calor humano, amor, o una amistad.
Sigo sin verlo, extraño, extraño, extraño.

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No echo nada de menos, tampoco desperdicio el chance de escribir.
Puedo hablar, conversar, charlar, decir, lo mismito que el viento se llevó.
No me acuerdo de nada, nada bueno.

Sigue siendo lo mismo, mi escritura, pero con salvedades -o sin ellas-.
No levanto pasiones.
-!

Bueno, Ricardo, no creo que seas "el extraño" aquí todos lo somos pues la mayoría ni nos conocemos.
Y pienso que en este poema dices algo que debes tener claro:

Mis textos me recuerdan una cosa:
No puedo complacer a todo el mundo.
Debo ser el extraño.

A partir de esta frase debes entender que a todos nos pasa lo mismo - no podemos complacer a todo el mundo - pero no nos lamentamos ni intentamos dar pena para que nos lean.

Un abrazo fraterno y lleno de bendiciones.

[Ricardo López Castro.]

Debo ser el extraño -no uno solo-,
debo ser el extraño en todas partes

No es cuestión, no, de patria, ni de raza,
debo ser el extraño a quien todos le tratan diferente.

Abstraído, jodido -sí, pero muy contento-.
Letras, manos, poemas.
Putos pájaros, siempre en mi cabeza.
¿Dónde cagarán?
¿Mis líneas?
No.
Esas son infalibles, las mejores.
Nadie va a confesarlo, tampoco yo soy cura.
Debo ser el extraño.

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Mis textos me recuerdan una cosa:
No puedo complacer a todo el mundo.
Debo ser el extraño.

Sí, claro, me han descrito con cumplidos.
Alguna vez, incluso sin poesía.
Esos años de ruinas, drogas y palizas.
Ya quedaron atr´´as.
En un primer momento, elegí continuar escribiendo hacia dios.
No sentía de veras, calor humano, amor, o una amistad.
Sigo sin verlo, extraño, extraño, extraño.

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No echo nada de menos, tampoco desperdicio el chance de escribir.
Puedo hablar, conversar, charlar, decir, lo mismito que el viento se llevó.
No me acuerdo de nada, nada bueno.

Sigue siendo lo mismo, mi escritura, pero con salvedades -o sin ellas-.
No levanto pasiones.
-!

Bueno, Ricardo, no creo que seas "el extraño" aquí todos lo somos pues la mayoría ni nos conocemos.
Y pienso que en este poema dices algo que debes tener claro:

Mis textos me recuerdan una cosa:
No puedo complacer a todo el mundo.
Debo ser el extraño.

A partir de esta frase debes entender que a todos nos pasa lo mismo - no podemos complacer a todo el mundo - pero no nos lamentamos ni intentamos dar pena para que nos lean.

Un abrazo fraterno y lleno de bendiciones.

Hola Marisa.
Me parece importante aclarar un punto referente a este poema:
No se trata del ser, sino del deber.
En el título, incluso en la introducción va implícito el propósito de este trabajo.
Otro abrazo, con mis mejores deseos y bendiciones.