Estaciones sentimentales XVI – Las iluminaciones

[J. J. Martínez Ferreiro]

En el poblado,
los estrechos caminos enredaban las cabañas vacías.
El trepidar de los tambores
se extendía como las olas en los trigales.
Arriba el cielo azul, límpido y sensorial,
como un mar recién florecido.

Descendían estrellas vivas,
por eso el mundo y todas las criaturas
mostraban su perfil más sanguinario.
Y qué decir de rojo de la tierra, del viento de sus gritos;
la espalda de los montes sostenía tormentos irracionales.

El vacío, el inmenso espacio
sostenido por gigantescos arcos de fuerza.
La impotencia de la perplejidad lo confundía todo.
Visiones que interfieren cualquier explicación.

En el umbral de la clarividencia,
en el presentimiento de lo sentido,
creó Rimbaud las iluminaciones,
convergiendo hacia un punto casi destruido
en el que la naturaleza madura en universos insólitos.

[Lunamar Solano]

Un sensible y revelador recorrido dibujan tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Ramón Castro Méndez]

LXXIII
Descendían estrellas vivas,
por eso el mundo y todas sus criaturas
mostraban el perfil más sanguinario.
Y qué decir de rojo de la tierra,
del viento de sus gritos;
la espalda de los montes sufre tormentos irracionales.

LXXIV
Transito este vado en el frío
que podría ser el perfil indócil
que titila en los ojos de las yeguas.

LXXV
En el poblado,
los estrechos caminos enredaban las cabañas vacías.
El trepidar de los tambores
se extendía como las olas en los trigales.
Arriba el cielo azul, límpido y sensorial,
como un mar recién florecido.

LXXVI
En el umbral de la clarividencia,
en el presentimiento de lo sentido,
creó Rimbaud sus iluminaciones,
convergiendo hacia un punto casi destruido
en el que la naturaleza
madura en creaciones insólitas.

Me gusta lo insólito y lo inesperado y es ese el mundo que van creando tus vigorosas imágenes. Tus poemas se llenan de símbolos que embriagan como himnos. Me ha encantado el poema, amigo Ferreiro y te felicito.

Un fuerte abrazo, amigo.

[Ignacio Mincholed]

Diría que eres, pero diré que tu poesía en este poema es de estribaciones, J.J., de monte y agua, de ancestro tribal tamizado por la senda intelectual, tan importante.

Felicidades y un fuerte abrazo.
Ignacio

[Guillermo Cumar.]

Gratas son estas estaciones que nos presentas, amigo. Todo inspiración transita por ellas ofreciendo umbrales de clarividencia
y caminos a veces transitables.

Un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un sensible y revelador recorrido dibujan tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[J. J. Martínez Ferreiro]

LXXIII
Descendían estrellas vivas,
por eso el mundo y todas sus criaturas
mostraban el perfil más sanguinario.
Y qué decir de rojo de la tierra,
del viento de sus gritos;
la espalda de los montes sufre tormentos irracionales.

LXXIV
Transito este vado en el frío
que podría ser el perfil indócil
que titila en los ojos de las yeguas.

LXXV
En el poblado,
los estrechos caminos enredaban las cabañas vacías.
El trepidar de los tambores
se extendía como las olas en los trigales.
Arriba el cielo azul, límpido y sensorial,
como un mar recién florecido.

LXXVI
En el umbral de la clarividencia,
en el presentimiento de lo sentido,
creó Rimbaud sus iluminaciones,
convergiendo hacia un punto casi destruido
en el que la naturaleza
madura en creaciones insólitas.

Me gusta lo insólito y lo inesperado y es ese el mundo que van creando tus vigorosas imágenes. Tus poemas se llenan de símbolos que embriagan como himnos. Me ha encantado el poema, amigo Ferreiro y te felicito.

Un fuerte abrazo, amigo.

Gracias, Ramón, por pasar y disfrutar. Pues así es, en estas Estaciones voy buscando eso: lo insólito e inesperado.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

LXXIII
Descendían estrellas vivas,
por eso el mundo y todas sus criaturas
mostraban el perfil más sanguinario.
Y qué decir de rojo de la tierra,
del viento de sus gritos;
la espalda de los montes sufre tormentos irracionales.

LXXIV
Transito este vado en el frío
que podría ser el perfil indócil
que titila en los ojos de las yeguas.

LXXV
En el poblado,
los estrechos caminos enredaban las cabañas vacías.
El trepidar de los tambores
se extendía como las olas en los trigales.
Arriba el cielo azul, límpido y sensorial,
como un mar recién florecido.

LXXVI
En el umbral de la clarividencia,
en el presentimiento de lo sentido,
creó Rimbaud sus iluminaciones,
convergiendo hacia un punto casi destruido
en el que la naturaleza
madura en creaciones insólitas.

Excelente poema a la excelencia de Rimbaud. Mi admiración y respetos, Ferreiro por un poema de extraordinaria belleza. ERA

[Armilo Brotón]

Perfectamente muestras aquí parte de la filia de tu poética, no en vano tienes la firma en tales términos. Has masticado, y asimilado, perfectamente esa ensalada en la que sobresalen trozos de tomate simbólico y pepino surrealista; la base de lechuga emocional y estilística que ordena el conjunto es evidente en tu poesía y de admirar.
Un abrazo hermano.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un sensible y revelador recorrido dibujan tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Lunamar, por abrir este poema con tan generosas maneras.

Un biquiño.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me gusta lo insólito y lo inesperado y es ese el mundo que van creando tus vigorosas imágenes. Tus poemas se llenan de símbolos que embriagan como himnos. Me ha encantado el poema, amigo Ferreiro y te felicito.

Un fuerte abrazo, amigo.

Gracias, Ramón, por tu paso y generosos comentarios. Es todo un honor que hayas disfrutado de estos versos.

Un fuerte abrazo.

[Marisa Peral]

I

En el poblado,
los estrechos caminos enredaban las cabañas vacías.
El trepidar de los tambores
se extendía como las olas en los trigales.
Arriba el cielo azul, límpido y sensorial,
como un mar recién florecido.

II
Descendían estrellas vivas,
por eso el mundo y todas las criaturas
mostraban su perfil más sanguinario.
Y qué decir de rojo de la tierra, del viento de sus gritos;
la espalda de los montes sostenía tormentos irracionales.

III
El vacío, el inmenso espacio
sostenido por gigantescos arcos de fuerza
La impotencia de la perplejidad lo confundía todo
Transparentes visiones que interfieren cualquier explicación.

IV
En el umbral de la clarividencia,
en el presentimiento de lo sentido,
creó Rimbaud las iluminaciones,
convergiendo hacia un punto casi destruido
en el que la naturaleza madura en universos insólitas.

Preciosa esta estación que se me había perdido
He señalado los versos que más me han gustado y tranmitido estas iluminaciones insólitas,
Felicidades y un biquiño, compañero.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Ferreiro.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Diría que eres, pero diré que tu poesía en este poema es de estribaciones, J.J., de monte y agua, de ancestro tribal tamizado por la senda intelectual, tan importante.

Felicidades y un fuerte abrazo.
Ignacio

Graciñas, Ignacio. Siempre es un gran honor tenerte por aquí. Sabes que aprecio de especial manera tus comentarios.

Un abrazo. Quedamos para la proxíma "Estación de GAS"

[J. J. Martínez Ferreiro]

Gratas son estas estaciones que nos presentas, amigo. Todo inspiración transita por ellas ofreciendo umbrales de clarividencia
y caminos a veces transitables.

Un abrazo

Gracias, Guillermo, por tu paso y generosos comentarios.

Abrazos y salud.