Los nudos atornillan mi garganta
y se me seca la boca
de tanto impronunciable atasco…
El silencio se ha encapotado
de una densidad insana,
cobrándose la vida del aire,
perfilando su estadía
en la opresión de la sombra…
Sin salida,
mi lengua se proyecta ensangrentada,
localizada al filo de la gota…
Las líneas
de un sicotrópico beligerante
han abordado mis lacadas superficies,
perforando mis entrañas…
Persigo con afán la voracidad
que me pretende,
pero el suelo se arrastra
en mis rodillas…
La noche sucumbe a la escarcha
y merma el desvelo
en su misterio infinito…
La rueda lunar,
fugitiva de mi carne,
rompe el precipicio…
Sofocan mis palabras
en la ánfora de lo perdido…
y se me seca la boca
de tanto impronunciable atasco…
El silencio se ha encapotado
de una densidad insana,
cobrándose la vida del aire,
perfilando su estadía
en la opresión de la sombra…
Sin salida,
mi lengua se proyecta ensangrentada,
localizada al filo de la gota…
Las líneas
de un sicotrópico beligerante
han abordado mis lacadas superficies,
perforando mis entrañas…
Persigo con afán la voracidad
que me pretende,
pero el suelo se arrastra
en mis rodillas…
La noche sucumbe a la escarcha
y merma el desvelo
en su misterio infinito…
La rueda lunar,
fugitiva de mi carne,
rompe el precipicio…
Sofocan mis palabras
en la ánfora de lo perdido…
