Puedes venir

[juan delgado]

Puedes venir. Sí: puedes venir.
Quieres volar mientras caigo
en el fango espeso del vacío de tu cuerpo.
Puedes venir y tocar el violín a la delirante audiencia
de nardos mustios, esos que ya no hueles con deleite,
pero aún alimentan tu pulso de savia cortada .

Ahora te elevan los engranajes, con esfuerzo, chirriando,
impregnando los martillos hidráulicos y las poleas de grasa oscura,
espesa como la que manchaba las rodillas
cuando niños nos asomámos a la fábrica abandonada
y las maquinas desvencijadas giraban nuestros sueños.
El perro ladró y salíamos corriendo a la vida, que esa si que muerde
pero no babea, se relame con la caída de los paños, los platos
y las manos agotadas de abrazar aire y ahondar tierra,
hasta lo profundo, donde me encuentro
mientras vuelas y caigo....

Quieres volar mientras....
Puedes venir, hueco oscuro de tuerca y rama,
que ocupe el breve tiempo de la primavera
tu eterno martilleo que cincela alas
y sagrarios de nácar para las promesas
que mis labios ya no hablan.

Las garzas han fijado una pose en la marisma
de mi anochecida y tu sol de engranajes delicados
que se va ocultando, poco a poco en la altura de tu vuelo
mientras yo caigo....
Puedes venir, que los nardos anhelan tu aliento.

[Ana Muela Sopeña]

Muy hermoso poema, Juan, hecho de recuerdos. Un hermoso lenguaje de evocación.

Felicidades
Un abrazo
Ana

[Carmen Pla]

Precioso poema, Juan, lleno de matices poéticos.
Muy grata lectura.
Un abrazo

[juan delgado]

gracias Ana y Carmen por vuestras palabras.

[Hallie Hernández Alfaro]

Puedes venir. Sí: puedes venir.
Quieres volar mientras caigo
en el fango espeso del vacío de tu cuerpo.
Puedes venir y tocar el violín a la delirante audiencia
de nardos mustios, esos que ya no hueles con deleite,
pero aún alimentan tu pulso de savia cortada .

Ahora te elevan los engranajes, con esfuerzo, chirriando,
impregnando los martillos hidráulicos y las poleas de grasa oscura,
espesa como la que manchaba las rodillas
cuando niños nos asomámos a la fábrica abandonada
y las maquinas desvencijadas giraban nuestros sueños.
El perro ladró y salíamos corriendo a la vida, que esa si que muerde
pero no babea, se relame con la caída de los paños, los platos
y las manos agotadas de abrazar aire y ahondar tierra,
hasta lo profundo, donde me encuentro
mientras vuelas y caigo....

Quieres volar mientras....
Puedes venir, hueco oscuro de tuerca y rama,
que ocupe el breve tiempo de la primavera
tu eterno martilleo que cincela alas
y sagrarios de nácar para las promesas
que mis labios ya no hablan.

Las garzas han fijado una pose en la marisma
de mi anochecida y tu sol de engranajes delicados
que se va ocultando, poco a poco en la altura de tu vuelo
mientras yo caigo....
Puedes venir, que los nardos anhelan tu aliento.

Me ha gustado mucho cómo cubres el camino de vuelta, cómo el fango y la savia conspiran en el llamado.
Se inunda de emoción la sala, amigo.

Un abrazo de los grandes, gracias por estar.

[Simon Abadia]

Es una evocación a la nostalgia que hace que tu poema sea hermoso.
Abrazos
Simon

[Lunamar Solano]

Sensibles versos, cuya desbordante melancolía, conmueve profundamente...
Un gusto leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Julio Gonzalez Alonso]

Puedes venir. Sí: puedes venir.
Quieres volar mientras caigo
en el fango espeso del vacío de tu cuerpo.
Puedes venir y tocar el violín a la delirante audiencia
de nardos mustios, esos que ya no hueles con deleite,
pero aún alimentan tu pulso de savia cortada .

Ahora te elevan los engranajes, con esfuerzo, chirriando,
impregnando los martillos hidráulicos y las poleas de grasa oscura,
espesa como la que manchaba las rodillas
cuando niños nos asomámos a la fábrica abandonada
y las maquinas desvencijadas giraban nuestros sueños.
El perro ladró y salíamos corriendo a la vida, que esa si que muerde
pero no babea, se relame con la caída de los paños, los platos
y las manos agotadas de abrazar aire y ahondar tierra,
hasta lo profundo, donde me encuentro
mientras vuelas y caigo....

Quieres volar mientras....
Puedes venir, hueco oscuro de tuerca y rama,
que ocupe el breve tiempo de la primavera
tu eterno martilleo que cincela alas
y sagrarios de nácar para las promesas
que mis labios ya no hablan.

Las garzas han fijado una pose en la marisma
de mi anochecida y tu sol de engranajes delicados
que se va ocultando, poco a poco en la altura de tu vuelo
mientras yo caigo....
Puedes venir, que los nardos anhelan tu aliento.

Qué cierre de poema tan sugerente... Enhorabuena, Juan.
Salud.

[juan delgado]

Gracias, Simón, Lunamar y Julio por vuestras amables palabras.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Juan.
Abrazos.

[Pablo Ibáñez]

Juan,

me gusta el poema, amigo. Creo que consigues crear un ambiente sugerente y evocador, nostálgico. me gusta la manera cómo afrontas el recuerdo, con esos detalles tan originales.

Un abrazo.

[Just Gafar]

Bello el decir, bello el sentir Juan, de tu poema. Me ha gustado mucho el parrafo final.

Mi abrazo.

[Pilar Morte]

Un poema de recuerdos que sugieren y atrapan. Me gustó leerte
Besos
Pilar

[Ricardo López Castro.]

Me gustó recorrer estas líneas.
Naturaleza, reflexión y nostalgia.
Un abrazo.