Te necesito

[Ramón Carballal]

Otra capa de horas, y yo callado.

Como filminas en un velo de agua
las Atlántidas de aquel misterio virgen
de los años sin edad.

El porvenir maquilla la singladura que afirmo,
la luz de un edificio, el mar gentil,
la asimetría de los paisajes
-lo nuevo-
y la mandrágora en la piel
o el cariño vestido de nubes,
quizá el aprecio que finge ser un árbol del paraíso
cuando es roca al trasluz del tiempo.

¿Las llagas?
no, el rosal de tus enaguas,
he ahí la catarata del ensueño
que se vierte en mis ojos
sin el dolor de las mentiras
ni la palidez de los silencios
que han naufragado en tu voz.

Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

Por eso te rondo
y al salpicar de fiesta tu designio,
yo escribo estas palabras contra la huída;
al saberte enciendo el fanal que guía el arrojo
de las noches sin desliz, sin tiempo ni retén,
solo el estallido que ya no recuerda su origen
podría, igual que un pájaro nómada, olvidarte.

[Carmen Parra.]

//Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.//

Es grandioso tu poema Ramón, en ellos encuentro siempre metáforas difíciles de superar, imágenes que traspasan y palabras esculpidas desde una mano maestra, te felicito.
Un abrazo
Carmen

[Carmen Pla]

Siempre sorprende, siempre hay algo nuevo que hace tu poesía diferente.
Un placer leer y pasar un grato momento poético.
Un abrazo, Ramón.

[Marisa Aragón Willner]

Ramón

que no llegue el olvido, es una misión de tus hermosos versos, un vestido de metáforas que trae brillo de estrellas.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

un abrazo desde Argentina
Marisa

[Pilar Morte]

Genial poema, con esas imagenes tuyas tan sorprendentes. Me gusto mucho. Besos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Auténtica marvilla, querido amigo; quedamos irremediablemente dentro de Te necesito; ese primer verso, esas imágenes de la segunda estrofa; todo suma y dignifica un gran trabajo poético.

De pie para los aplausos. Abrazo también.

[Ramón Carballal]

//Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.//

Es grandioso tu poema Ramón, en ellos encuentro siempre metáforas difíciles de superar, imágenes que traspasan y palabras esculpidas desde una mano maestra, te felicito.
Un abrazo
Carmen

Gracias, Carmen, eres muy generosa. Un abrazo.

[Marisa Peral]

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

Por eso te rondo
y al salpicar de fiesta tu designio,
yo escribo estas palabras contra la huída;
al saberte enciendo el fanal que guía el arrojo
de las noches sin desliz, sin tiempo ni retén,
solo el estallido que ya no recuerda su origen
podría, igual que un pájaro nómada, olvidarte.

Gracias Ram´ón, por la belleza de tu poesía que disfruto enormemente.
Felicidades y un abrazo, compañero.

[E. R. Aristy]

Otra capa de horas, y yo callado.

Como filminas en un velo de agua
las Atlántidas de aquel misterio virgen
de los años sin edad.

El porvenir maquilla la singladura que afirmo,
la luz de un edificio, el mar gentil,
la asimetría de los paisajes
-lo nuevo-
y la mandrágora en la piel
o el cariño vestido de nubes,
quizá el aprecio que finge ser un árbol del paraíso
cuando es roca al trasluz del tiempo.

¿Las llagas?
no, el rosal de tus enaguas,
he ahí la catarata del ensueño
que se vierte en mis ojos
sin el dolor de las mentiras
ni la palidez de los silencios
que han naufragado en tu voz.

Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

Por eso te rondo
y al salpicar de fiesta tu designio,
yo escribo estas palabras contra la huída;
al saberte enciendo el fanal que guía el arrojo
de las noches sin desliz, sin tiempo ni retén,
solo el estallido que ya no recuerda su origen
podría, igual que un pájaro nómada, olvidarte.

Precioso poema, Ramon . Un placer leerte. Abrazos, ERA

[Guillermo Cumar.]

A tú necesidad yo vengo pues necesito abrir mis manos y aplaudir un poco la fuerza y gana del poema que presentas misteriosamente
maquillando el porvenir de tu decidida sonda lingüística bien trazada .

Un abrazo

[José Manuel F. Febles]

Querido amigo, Ramón. Todo el poema fluye como es habitual en tu escritura, bajo los signos de las más hermosas figuras personales y extraordinarias , pero estos últimos versos me han parecido enormes. Unos versos brillantes,cómo no. Mi felicitación.

Desde mi isla, un fuerte abrazo, compañero.

José Manuel F. Febles

[Ramón Carballal]

Siempre sorprende, siempre hay algo nuevo que hace tu poesía diferente.
Un placer leer y pasar un grato momento poético.
Un abrazo, Ramón.

Gracias, Carmen, por esas palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Ramón

que no llegue el olvido, es una misión de tus hermosos versos, un vestido de metáforas que trae brillo de estrellas.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

un abrazo desde Argentina
Marisa

Gracias, Marisa, por haberte acercado a este poema y por tu comentario. Un abrazo.

[Felipe Fuentes García]

Otra capa de horas, y yo callado.

Como filminas en un velo de agua
las Atlántidas de aquel misterio virgen
de los años sin edad.

El porvenir maquilla la singladura que afirmo,
la luz de un edificio, el mar gentil,
la asimetría de los paisajes
-lo nuevo-
y la mandrágora en la piel
o el cariño vestido de nubes,
quizá el aprecio que finge ser un árbol del paraíso
cuando es roca al trasluz del tiempo.

¿Las llagas?
no, el rosal de tus enaguas,
he ahí la catarata del ensueño
que se vierte en mis ojos
sin el dolor de las mentiras
ni la palidez de los silencios
que han naufragado en tu voz.

Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

Por eso te rondo
y al salpicar de fiesta tu designio,
yo escribo estas palabras contra la huída;
al saberte enciendo el fanal que guía el arrojo
de las noches sin desliz, sin tiempo ni retén,
solo el estallido que ya no recuerda su origen
podría, igual que un pájaro nómada, olvidarte.

Me ha encantado tu gran poema, Ramón, magnífico, como muchos que te vengo leyendo últimamente.
Recibe un abrazo, compañero.
Felipe.

[Ramón Carballal]

Otra capa de horas, y yo callado.

Como filminas en un velo de agua
las Atlántidas de aquel misterio virgen
de los años sin edad.

El porvenir maquilla la singladura que afirmo,
la luz de un edificio, el mar gentil,
la asimetría de los paisajes
-lo nuevo-
y la mandrágora en la piel
o el cariño vestido de nubes,
quizá el aprecio que finge ser un árbol del paraíso
cuando es roca al trasluz del tiempo.

¿Las llagas?
no, el rosal de tus enaguas,
he ahí la catarata del ensueño
que se vierte en mis ojos
sin el dolor de las mentiras
ni la palidez de los silencios
que han naufragado en tu voz.

Es fácil, yo quiero un ojal
donde mi lengua no roce las esquirlas de un ayer de espinos,
quiero los enjambres que laboran el presente,
la columna en que mi tronco se apacigüe
como un pobre clamor de vida.

No creo en el círculo perfecto de los relojes,
mi sed galopa hacia los mundos invencibles
de tu abrazo.

Por eso te rondo
y al salpicar de fiesta tu designio,
yo escribo estas palabras contra la huída;
al saberte enciendo el fanal que guía el arrojo
de las noches sin desliz, sin tiempo ni retén,
solo el estallido que ya no recuerda su origen
podría, igual que un pájaro nómada, olvidarte.

Precioso poema, Ramon . Un placer leerte. Abrazos, ERA

Gracias, ERA, por leerme y comentar. Un abrazo.