Mujer silencio

[Cecilia Martos]

Tu me creaste ajena,
mujer silencio, alma de piedra,
mi propio corazón en contra mía.

Y me tornaste oscura, aparente calma,
el punto contenido
de una contienda de tiempos.

Tu me trazaste libre, sin regreso, violaste
todas las leyes y yo encontré
las formas para sobrevivirme a solas.

Tu me creaste ambigua
y me encontraste hermosa…

Pero aprendí a quererme
una noche cualquiera,
cuando tragaba a sorbos
mi dignidad a solas.

Ya no conozco la piedad ni el miedo,
tu me fraguaste absurda, incierta
y tan dueña de nada…

Esta mujer que ahora sin complejos de culpa,
te deja.


Cecilia


De mi nuevo libro: De qué me acusa usted
http://editorialbellasletras.com/poema/ ... p8edzj-il/

[Pilar Morte]

Contundente final para un poema que sin complejos se enfrenta a la vida. Hermosos versos.
Abrazos
Pilar

[M. Sánchez]

El ambiente poético, eso tan importante para mí, está conseguido. Las maneras tienen poesía para hacer de la lectura un rato muy agradable. Ha sido un placer leerte.

Un fuerte abrazo.

[Carmen Parra.]

Maravilloso poema Cecilia, rotundo final que me ha atrapado.
cada imagen que dejas en tus versos es extraordinaria
Un abrazo grande
Carmen

[Ramón Castro Méndez]

Magnífico poema, Cecilia. Una mujer que se reivindica en cada verso como un ser humano pleno. Me han encantado tus letras. Mi enhorabuena.
Un abrazo.

[Cecilia Martos]

Contundente final para un poema que sin complejos se enfrenta a la vida. Hermosos versos.
Abrazos
Pilar

Gracias por dejar tu hermosa huella querida Pilar, un fuerte abrazo.

Cecilia

[E. R. Aristy]

Tu me creaste ajena,
mujer silencio, alma de piedra,
mi propio corazón en contra mía.

Y me tornaste oscura, aparente calma,
el punto contenido
de una contienda de tiempos.

Tu me trazaste libre, sin regreso, violaste
todas las leyes y yo encontré
las formas para sobrevivirme a solas.

Tu me creaste ambigua
y me encontraste hermosa…

Pero aprendí a quererme
una noche cualquiera,
cuando tragaba a sorbos
mi dignidad a solas.

Ya no conozco la piedad ni el miedo,
tu me fraguaste absurda, incierta
y tan dueña de nada…

Esta mujer que ahora sin complejos de culpa,
te deja.


Cecilia


De mi nuevo libro: De qué me acusa usted
http://editorialbellasletras.com/poema/ ... p8edzj-il/

Quiza entre las cosas de mayor envergadura es cuando una mujer se percata en sentido emocional que no necesita a un hombre para ser ella misma. Esta individuacion necesaria la veo en el progreso del poema, a medida y penosamente se va llegando a una liberacion muy profunda, Ceilia. Un lujo de lectura. ERA

[Silvia Savall]

Tu me creaste ajena,
mujer silencio, alma de piedra,
mi propio corazón en contra mía.

Y me tornaste oscura, aparente calma,
el punto contenido
de una contienda de tiempos.

Tu me trazaste libre, sin regreso, violaste
todas las leyes y yo encontré
las formas para sobrevivirme a solas.

Tu me creaste ambigua
y me encontraste hermosa…

Pero aprendí a quererme
una noche cualquiera,
cuando tragaba a sorbos
mi dignidad a solas.

Ya no conozco la piedad ni el miedo,
tu me fraguaste absurda, incierta
y tan dueña de nada…

Esta mujer que ahora sin complejos de culpa,
te deja.


Cecilia


De mi nuevo libro: De qué me acusa usted
http://editorialbellasletras.com/poema/ ... p8edzj-il/

Mi querida poeta chapeau cada verso.
No señalo ninguno porque todos me parecen una obra poética.
Me encanta la fuerza del cierre.
Besitos guapa.

[Óscar Distéfano]

Un poema encantador, escrito con mano precisa, sin ambages, donde la conciencia de la manipulación hace que el sentimiento busque decididamente su libertad vital, la recuperación desinhibida de su autoestima y de su libre albedrío. El remate es niquelado, contundente. Y esta estrofa no es menos admirable:

Pero aprendí a quererme
una noche cualquiera,
cuando tragaba a sorbos
mi dignidad a solas.

Albricias.

Un saludo con afecto.
Óscar

[Hallie Hernández Alfaro]

Brillante, Cecilia, brillante. Talento y emotividad enlazados; hermosísimo también.

Abrazo enorme, querida poeta.

[Concha Vidal]

Tu me creaste ajena,
mujer silencio, alma de piedra,
mi propio corazón en contra mía.

Y me tornaste oscura, aparente calma,
el punto contenido
de una contienda de tiempos.

Tu me trazaste libre, sin regreso, violaste
todas las leyes y yo encontré
las formas para sobrevivirme a solas.

Tu me creaste ambigua
y me encontraste hermosa…

Pero aprendí a quererme
una noche cualquiera,
cuando tragaba a sorbos
mi dignidad a solas.

Ya no conozco la piedad ni el miedo,
tu me fraguaste absurda, incierta
y tan dueña de nada…

Esta mujer que ahora sin complejos de culpa,
te deja.


Cecilia


De mi nuevo libro: De qué me acusa usted
http://editorialbellasletras.com/poema/ ... p8edzj-il/

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Fantástico este poema tan íntimo, tiembla la ternura en él, la veracidad y el dominio pasean sin pudor por todo el poema de nuevo y surge la mujer madura, sin temblores ni miedos.
Abrazos Cecy, marinos.

[Guillermo Cumar.]

Buen recado del poema que te ayuda a dar la vuelta entera y a encontrarte a ti misma.

Me gusto tu aporte y decisión postrera.

Un abrazo

[Carmen Pla]

Buen poema, Cecilia.
Hay una firmeza y fuerza en cada verso que me fascina.
Un placer de lectura.
Un fuerte abrazo.

[Cecilia Martos]

El ambiente poético, eso tan importante para mí, está conseguido. Las maneras tienen poesía para hacer de la lectura un rato muy agradable. Ha sido un placer leerte.

Un fuerte abrazo.

Gracias por tu hermoso comentario, me alegra que haya sido placentera la lectura, un fuerte abrazo compañero,

Cecilia

[Cecilia Martos]

Maravilloso poema Cecilia, rotundo final que me ha atrapado.
cada imagen que dejas en tus versos es extraordinaria
Un abrazo grande
Carmen

Gracias mi querida Carmen, es un gustazo encontrarme con tu presencia, un cariñoso abrazo.

Cecilia