Aquí, lo que de mí queda
lo salvaron los rastrojos,
El cabello a la deriva desviste a los cormoranes
de rubio, de rubio trigo
y en ciernes, los humedales,
van sirviéndome un rocío que anhelo,
como el mendigo reclama hospedo en la roca.
Digo voy y soy, de Fénix, sosías de las cenizas,
gaviota que a la greña exige peces al marinero,
porque suya es la cosecha ;
digo pan y se vertebra mi espalda erguida
y erguida vivo,
soy la reina,
reclamo mi acantilado mientras la falda,
a su aire,
se ciñe en desacato al cuerpo que se des-onda
en brazos, piernas y talle.
Aquí, lo que de mí nazco,
porque, mía, es la esperanza
por ella
y en ella,
yazgo.
(Noviembre en Alicante, una fecha magnifica como pudo serlo hace cinco años, por ejemplo, pero hoy más mia es la Esperanza, por ella y en ella yazgo)