Editorial Alaire

No hay duda : alejas mi presencia,
no hay congoja que justifique el hueco y niegue la palabra.

Es el viento quien se adueña del instante
y vuela la magia de los cuentos,
despeina las palmeras
y deja al descubierto el hondo de las rocas,
la espuma,
el momento del vis a vis sin dueño,
sufrimiento

Hay dolo en el torso de los pájaros,
abril ya ronronea de pólenes y albérchigos
¿harán nido los cucos?
¿podrá mamá ciempesa calzar doscientos calcetines?

Son temas importantes,
no creas,
que ayudan los trances más severos,
… yo creo.

Lo siento, no entiendo por qué se vino a pique el barco de papel,
ya tiempo
(intuyo),
ya tiempo
(¡lo sé tan cierto…¡),
quizá descuelgue del perchero las alas que plegué
y vuele…

… y vuele a cielo abierto queriendo ser gaviota.






(Y es que veces suceden estas cosas, respeto el silencio de los vivos, y no entiendo ni hoy , septiembre casi, al menos en Alicante, ni casi nunca, la vida, las gentes ni los pasos que llevan a las distancias)

Me identifico completamente con tu poema, con la distancia no querida, con las alas para alejarse de la tristeza. Precioso poema.
Besos
Pilar

En ese vuelo de altura que toman tus versos, solo verás la luz sin sombras, me encanta leerte querida Concha
Un abrazo grande
Carmen

En el desbarajuste lúcido y loable se mueve cauteloso el paradigma errante que busca darse a conocer y a
cerciorarse de que existe un ínclito lugar inimaginable que pone a buen recaudo tu presencia.
No dudes que es cierto lo que escribes y que no hay duda de que vuelas como pájaro en todo lo alto
del sistema.

Mar mediterraneo, mueve lo que añoras.


Un abrazo

Pilar Morte escribió:Me identifico completamente con tu poema, con la distancia no querida, con las alas para alejarse de la tristeza. Precioso poema.
Besos
Pilar

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Pilar, ya ves... a veces suceden estas cosas y te quedas como así, verdad?
Abrazos marinos y gracias.

Qué buen poema Concha! Con esos diálogos internos... Me ha encantado.
Un fuerte abrazo, amiga.
J. Manuel

… y vuele a cielo abierto queriendo ser gaviota.

Tú siempre fuiste gaviota, querida Concha. ¿Qué otra cosa podías ser tan cerca de la espuma de tu mar?
Un poema que, como siempre, me ha llenado de luz y paz interior. Gracias y un abrazo.

Mario

Muy bello trabajo de Concha.