El hombre de caucho

[Marius Gabureanu]

He moldeado un escalpe de rosas
para definir el frágil acercamiento
de un violín a la tarde.
En el baúl hecho de puertas que, una vez cerradas,
atragantan la mística de mis huesos,
caben momentos así.
¡Hay tanto cielo para disentir de las cosas!
A mi calendario de huidas le apunto un día más.
El violín ha olvidado su melodía
y su quejido prolongando se adentra en el vecindario,
traspasa los cristales y hace que la gente abrace a sus perros.
Con ojos de perro miro tu cuerpo en una espontánea cárcel del agua.
¿Cuántos vasos de vino hacen falta
para saber si las sombras se desnudan de ti?
Sumisa, epopeya de silencios, dejas que moldee tu sonrisa
los pocos rayos de sol que refracta una porcelana.
Nadie detiene el fervor de los moribundos.
Ahora que los binoculares de los dioses son ramas de roble
vístete de látex y corrobora que la noche sea larga,
larga como un pasillo de una galería de arte
donde las piedras aún aprenden su nombre.
El violín ha olvidado su melodía
y las manos que lo sostienen descienden otra vez
en el canal del hambre
y escogen, arbitrariamente, al hombre de caucho.

nota: la palabra escalpe no la encuentro en RAE, sin embargo en Google veo que está en uso, por eso decidí dejarla en su sitio.

[Hallie Hernández Alfaro]

el frágil acercamiento
de un violín a la tarde.


En el baúl hecho de puertas que, una vez cerradas,
atragantan la mística de mis huesos,
caben momentos así.


Con ojos de perro miro tu cuerpo en una espontánea cárcel del agua.


El hombre de caucho se coloca frente a la descarga de mil balas poderosas. Muy hermoso, muy lleno de imágenes sustanciales, querido amigo.

Abrazos y felicitaciones.

[Armilo Brotón]

Hombre de caucho y mujer de latex. Una recopilación apasionante de sugerencias y simbologías las que se despliegan en este poema. Puertas que se abren que se cierran. Búsquedas, escondites en ese castillo de tu imaginación en el que nos adentras.
Un abrazo grande.

[Luis M]

En el baúl hecho de puertas que, una vez cerradas,
atragantan la mística de mis huesos,
caben momentos así.
¡Hay tanto cielo para disentir de las cosas!
A mi calendario de huidas le apunto un día más.
El violín ha olvidado su melodía
y su quejido prolongando se adentra en el vecindario,
traspasa los cristales y hace que la gente abrace a sus perros.
Con ojos de perro miro tu cuerpo en una espontánea cárcel del agua.
¿Cuántos vasos de vino hacen falta
para saber si las sombras se desnudan de ti?

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Precioso poema, Marius, estos versos que destaco me encantaron de manera especial. Mis felicitaciones, querido amigo. Un fuerte abrazo,

[J. J. Martínez Ferreiro]

Tienes el don de la palabra poética, amigo Marius. Fuerte, "dicente", imaginativa, simbólica... ritmo de la mano maestra.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

El poema suena a madreselva y a contagio musical. Bien esmerilado el tema para dar a conocer el inventado sentido
de las necesidades de las cosas.

Un abrazo

[Rafel Calle]

Un poema poco conocido, pero indudablemente de la marca Marius Gabureanu.

[Pilar Morte]

Con imaginación y sensibilidad llega este hermosísimo poema. Felicidades.
Abrazos
Pilar

[Julio Gonzalez Alonso]

¿Cuántos vasos de vino hacen falta
para saber si las sombras se desnudan de ti?

La pregunta no sé si exige realmente una respuesta; yo creo que es retórica e impactante, como todo el poema. Un abrazo y felicitaciones, Marius.
Salud.

[E. R. Aristy]

He moldeado un escalpe de rosas
para definir el frágil acercamiento
de un violín a la tarde.
En el baúl hecho de puertas que, una vez cerradas,
atragantan la mística de mis huesos,
caben momentos así.
¡Hay tanto cielo para disentir de las cosas!
A mi calendario de huidas le apunto un día más.
El violín ha olvidado su melodía
y su quejido prolongando se adentra en el vecindario,
traspasa los cristales y hace que la gente abrace a sus perros.
Con ojos de perro miro tu cuerpo en una espontánea cárcel del agua.
¿Cuántos vasos de vino hacen falta
para saber si las sombras se desnudan de ti?
Sumisa, epopeya de silencios, dejas que moldee tu sonrisa
los pocos rayos de sol que refracta una porcelana.
Nadie detiene el fervor de los moribundos.
Ahora que los binoculares de los dioses son ramas de roble
vístete de látex y corrobora que la noche sea larga,
larga como un pasillo de una galería de arte
donde las piedras aún aprenden su nombre.
El violín ha olvidado su melodía
y las manos que lo sostienen descienden otra vez
en el canal del hambre
y escogen, arbitrariamente, al hombre de caucho.

nota: la palabra escalpe no la encuentro en RAE, sin embargo en Google veo que está en uso, por eso decidí dejarla en su sitio.

Elocuencia simbólica tutiplén. Tus talentos son muchos, Marius. Te extranamos, amigo. ERA

[J. J. Martínez Ferreiro]

Pero dónde andas Marius!!! No estarás involucrado en el tráfico de armas siguiendo la estela de Rimbaud?
Dónde estás que se echan de menos maravillas como esta que aquí nos regalas.

Me apunto a organizar una "intifada" liderada por Armilo y Rafa para rescatarte de imperio inglés.

Abrazos y salud

[F. En]

Tu poesía está llena de fuerza, Marius, la llevas a un terreno donde encuentras significado para cada palabra y te sumerges en el sentimiento y el sentido que nos someten a la vida.

[Armilo Brotón]

Pero dónde andas Marius!!! No estarás involucrado en el tráfico de armas siguiendo la estela de Rimbaud?
Dónde estás que se echan de menos maravillas como esta que aquí nos regalas.

Me apunto a organizar una "intifada" liderada por Armilo y Rafa para rescatarte de imperio inglés.

Abrazos y salud

Sí, sí, vayamos a su rescate hermanos. El Rvdmo. Sr. Protonotario Apostólico de Viveiro no sólo es otro genio de la poesía sino también de la planificación estratégica y redentora, de la generosidad en Xto Jesús y notable catador.
Pongamos rumbo a la pérfida Albión, mosqueteros de la Armada Invencible, lo recatamos de las piratas que lo tienen embrujado como a Ulises las sirenas demoniacas y nos dirigimos después a Escocia; allí nos ponemos una falda de cuadros —para no parecer impúdico, hermano Fe, te puedes calzar tus famosas botas vaqueras— y en una mano la guaita, de fácil acceso, cual espada Excalibur, y en la otra una botella de whisky doble malta, cantando alguna muiñeira, nos centramos todos en la búsqueda del Santo Grial.

Quedamos a tus indicaciones.
Roger Nelson, Prior del monasterio Corumelo