Padre, deja que siga mi camino

[Ramón Carballal]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.

[Pilar Morte]

Pero después mis alas crecerán hacia la luz.
Qué certero verso, precioso. Siempre un placer leerte
Besos
Pilar

[Carmen Pla]

Un poema profundo, intimista, lleno de
pensamientos que configuran todo un
mundo interior.
Siempre un placer leer tu calidad poética.
Un gran abrazo, Ramón

[Rafel Calle]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.
..........................................................................................................
Lo tuyo es francamente genial; si no lo veo...
Amigo mío, a lo largo y ancho de estos años, has conseguido una obra de muchos quilates, una obra que no para de crecer, aun en importancia, como demuestra este Padre, deja que siga mi camino, con una profundidad idiomática que rivaliza con la bellísima concepción literaria y con el vistuosismo versal que te caracteriza. En fin, o estoy ciego o estamos ante un poeta importante.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por tan feliz trayectoria, Ramón.
Un fuerte abrazo.

[Carlos Justino Caballero]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.

Un remate espléndido para este gran poema. Ramón! Poemazo para leer más de una vez. Abrazo!

[Maria Pilar Gonzalo]

De una belleza deslumbrante.

Abrazos grandes.

[Silvia Savall]

Ramón, tus poemas son para releer. Las imágenes de esta obra se sienten y se quedan en el alma.
Te admiro.
Un abrazo grande.

[Begoña Egüen]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.

Excelente poema. Me ha gustado su lectura. Mi más sincera enhorabuena.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Julio Gonzalez Alonso]

Siempre acertado tocando todos los resorte de la poesía. Enhorabuena, Ramón. Con un abrazo.
Salud.

[Ramón Carballal]

Pero después mis alas crecerán hacia la luz.
Qué certero verso, precioso. Siempre un placer leerte
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, por leerme y comentar. Un beso.

[Armilo Brotón]

Mis aplausos Ramón. Un placer leerte. Este poema es muy bello y es de agradecer estas entregas desde tu sensibilidad.
Un abrazo

[Pablo Ibáñez]

Me encanta, Ramón, me maravilla tu capacidad de transmisión.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un poema profundo, intimista, lleno de
pensamientos que configuran todo un
mundo interior.
Siempre un placer leer tu calidad poética.
Un gran abrazo, Ramón

Muchas gracias, Carmen, por tus amables palabras. Un fuerte abrazo.

[Ramón Carballal]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.
..........................................................................................................
Lo tuyo es francamente genial; si no lo veo...
Amigo mío, a lo largo y ancho de estos años, has conseguido una obra de muchos quilates, una obra que no para de crecer, aun en importancia, como demuestra este Padre, deja que siga mi camino, con una profundidad idiomática que rivaliza con la bellísima concepción literaria y con el vistuosismo versal que te caracteriza. En fin, o estoy ciego o estamos ante un poeta importante.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por tan feliz trayectoria, Ramón.
Un fuerte abrazo.

Agradezco, Rafel, tu generoso comentario, aunque no lo comparta. Creo que me queda mucho por aprender. Abrazos.

[Ramón Carballal]

La descendencia vive sin raíz. En un mapa escrito
en la pared se descubre la singladura virgen que vendrá.
El dios en la ventana, la música que repiquetea en los dientes
igual que un gong sin nombre. Ríos infinitos, levaduras
que son caída por la ladera sur de un estigma, los ciclos
nunca revelados en los espejos, la cicatriz que cada quién
oculta entre sus palmas. Y el ventrículo izquierdo donde
nace la razón, y la válvula que abre en canal las esclusas
de la vida para ser manantial, torrente o simple fluir
de lo imprevisto. Yo nadaré si tú quieres hasta la isla
que construiste para mí, pero después mis alas crecerán
hacia la luz, hasta que ya no sea memoria, solo tiempo
que se entrega a un destino al que no podrás acceder
desde tu torpe atalaya.

Un remate espléndido para este gran poema. Ramón! Poemazo para leer más de una vez. Abrazo!

Gracias, Carlos Justino, por tu amabilidad. Un abrazo.