Algo cojea en el mundo

[Carmen Pla]

Hay algo que envuelve y molesta;
el cielo gris a la altura de los sueños
cuando abre su amplia teoría,
corriendo por un techo inclinado
escuchando el hornillo, la mugre
y las costras oscuras.

El silencio se acuesta en el estrecho jergón.
No calla, sino el entendido.
No calla el desamor, sino la pasión
cerrando la boca, ocultando hablar.

Ha llegado la hora de mudarse
de hacer un poema mudo
echando encima la devoción final.

Tal vez el hombre no esté mal hecho;
solo bostece con el remolino del miedo
buscando una dirección exacta, de adentro.

Que la luz cambie las galimatías
acechando el aire de gas envenenado,
y aleje las sombras de sus bistros
buenos y baratos.

El tiempo necesita el día.
Los pájaros forrar sus nidos.
El porvenir, buscar el pasado
con sus círculos y curvas.
El azul su azul - sin mezclas -
los paisajes - paisajes -
sin necesidad de pintarse.

Y el alma - dar con el alma -
aunque no se parezca a ella.

Los árboles son los mismos.
Las piedras son exactas.
La conciencia (ahí está el cambio).
El hombre puesto en hilera
como sus canéforas,
para seguir siendo hijo de su padre.

¡Y que la vida haga bien el amor
con sus pechos hermosos
para seguir alimentado luz!.

[Óscar Distéfano]

Una honda reflexión sobre el hombre. Te has empapado de sabiduría poética. El final es otro poema: certero, potente, lírico.

Un abrazo grande.
Óscar

[Carmen Pla]

Una honda reflexión sobre el hombre. Te has empapado de sabiduría poética. El final es otro poema: certero, potente, lírico.

Un abrazo grande.
Óscar

Gracias, Óscar.
Es un placer recibir tus palabras.
Otro abrazo grande.

[Alejandro Costa]

Hay algo que envuelve y molesta;
el cielo gris a la altura de los sueños
cuando abre su amplia teoría,
corriendo por un techo inclinado
escuchando el hornillo, la mugre
y las costras oscuras.

El silencio se acuesta en el estrecho jergón.
No calla, sino el entendido.
No calla el desamor, sino la pasión
cerrando la boca, ocultando hablar.

Ha llegado la hora de mudarse;
de hacer un poema mudo
echando encima la devoción final.

Tal vez el hombre no esté mal hecho;
solo bostece con el remolino del miedo
buscando una dirección exacta, de adentro.

Que la luz cambie las galimatías
acechando el aire de gas envenenado,
y aleje las sombras de sus bistros
buenos y baratos.

El tiempo necesita el día.
Los pájaros, forrar sus nidos.
El porvenir, buscar el pasado
con sus círculos y curvas.
El azul su azul - sin mezclas -
los paisajes - paisajes -
sin necesidad de pintarse.

Y el alma - dar con el alma -
aunque no se parezca a ella.

Los árboles son los mismos.
Las piedras son exactas.
La conciencia (ahí está el cambio).
El hombre puesto en hilera
como sus canéforas,
para seguir siendo hijo de su padre.

¡Y que la vida haga bien el amor
con sus pechos hermosos,
para seguir alimentado luz!.

Genial, Carmen, da gusto encontrar tan buenos versos y aprender de ellos.

Un buen escrito.

Besos

[Carmen Pla]

Muchas gracias, Alejandro.
Me alegro que te guste el poema.
Un abrazo.

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo de Carmen.

[Ramón Carballal]

Profundo y hermoso poema. Me ha encantado leerlo. Abrazos.

[Pilar Morte]

Un poema muy hermoso con un final magnífico. Me gustó mucho
Besos
Pilar

[E. R. Aristy]

Hay algo que envuelve y molesta;
el cielo gris a la altura de los sueños
cuando abre su amplia teoría,
corriendo por un techo inclinado
escuchando el hornillo, la mugre
y las costras oscuras.

El silencio se acuesta en el estrecho jergón.
No calla, sino el entendido.
No calla el desamor, sino la pasión
cerrando la boca, ocultando hablar.

Ha llegado la hora de mudarse;
de hacer un poema mudo
echando encima la devoción final.

Tal vez el hombre no esté mal hecho;
solo bostece con el remolino del miedo
buscando una dirección exacta, de adentro.

Que la luz cambie las galimatías
acechando el aire de gas envenenado,
y aleje las sombras de sus bistros
buenos y baratos.

El tiempo necesita el día.
Los pájaros, forrar sus nidos.
El porvenir, buscar el pasado
con sus círculos y curvas.
El azul su azul - sin mezclas -
los paisajes - paisajes -
sin necesidad de pintarse.

Y el alma - dar con el alma -
aunque no se parezca a ella.

Los árboles son los mismos.
Las piedras son exactas.
La conciencia (ahí está el cambio).
El hombre puesto en hilera
como sus canéforas,
para seguir siendo hijo de su padre.

¡Y que la vida haga bien el amor
con sus pechos hermosos,
para seguir alimentado luz!.

Carmen, que placer volver a leerte. Tu poetica me impresiona con sus temas filosoficos y de tonalidades misticas. Aun alejados de un idealismo vanal, como suele a veces la Poesia envolvernos, es tu Poesia pensante y a la vez hermosa. No me pasa desapercibido la profundidad de sus preguntas. Abrazos, ERA

[Carmen Pla]

Muy bello trabajo de Carmen.

Gracias, Rafel.
Me alegro que te guste.
Abrazo

[Carmen Pla]

Profundo y hermoso poema. Me ha encantado leerlo. Abrazos.

Me alegran tus palabras, Ramón.
Gracias y un abrazo

[Begoña Egüen]

Hay algo que envuelve y molesta;
el cielo gris a la altura de los sueños
cuando abre su amplia teoría,
corriendo por un techo inclinado
escuchando el hornillo, la mugre
y las costras oscuras.

El silencio se acuesta en el estrecho jergón.
No calla, sino el entendido.
No calla el desamor, sino la pasión
cerrando la boca, ocultando hablar.

Ha llegado la hora de mudarse;
de hacer un poema mudo
echando encima la devoción final.

Tal vez el hombre no esté mal hecho;
solo bostece con el remolino del miedo
buscando una dirección exacta, de adentro.

Que la luz cambie las galimatías
acechando el aire de gas envenenado,
y aleje las sombras de sus bistros
buenos y baratos.

El tiempo necesita el día.
Los pájaros, forrar sus nidos.
El porvenir, buscar el pasado
con sus círculos y curvas.
El azul su azul - sin mezclas -
los paisajes - paisajes -
sin necesidad de pintarse.

Y el alma - dar con el alma -
aunque no se parezca a ella.

Los árboles son los mismos.
Las piedras son exactas.
La conciencia (ahí está el cambio).
El hombre puesto en hilera
como sus canéforas,
para seguir siendo hijo de su padre.

¡Y que la vida haga bien el amor
con sus pechos hermosos,
para seguir alimentado luz!.

Reflexivo y bello poema, estimada amiga, Carmen. ¡¡¡ Me ha encantado pasar por tus versos!!!
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Carmen Pla]

Un poema muy hermoso con un final magnífico. Me gustó mucho
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar.
Un placer recibir tus palabras.
Besos

[Carmen Pla]

Hay algo que envuelve y molesta;
el cielo gris a la altura de los sueños
cuando abre su amplia teoría,
corriendo por un techo inclinado
escuchando el hornillo, la mugre
y las costras oscuras.

El silencio se acuesta en el estrecho jergón.
No calla, sino el entendido.
No calla el desamor, sino la pasión
cerrando la boca, ocultando hablar.

Ha llegado la hora de mudarse;
de hacer un poema mudo
echando encima la devoción final.

Tal vez el hombre no esté mal hecho;
solo bostece con el remolino del miedo
buscando una dirección exacta, de adentro.

Que la luz cambie las galimatías
acechando el aire de gas envenenado,
y aleje las sombras de sus bistros
buenos y baratos.

El tiempo necesita el día.
Los pájaros, forrar sus nidos.
El porvenir, buscar el pasado
con sus círculos y curvas.
El azul su azul - sin mezclas -
los paisajes - paisajes -
sin necesidad de pintarse.

Y el alma - dar con el alma -
aunque no se parezca a ella.

Los árboles son los mismos.
Las piedras son exactas.
La conciencia (ahí está el cambio).
El hombre puesto en hilera
como sus canéforas,
para seguir siendo hijo de su padre.

¡Y que la vida haga bien el amor
con sus pechos hermosos,
para seguir alimentado luz!.

Reflexivo y bello poema, estimada amiga, Carmen. ¡¡¡ Me ha encantado pasar por tus versos!!!
Un abrazo.
BEGOÑA.

Muchas gracias, Begoña.
El placer es recibirte en mis letras.
Un abrazo

[Ana Muela Sopeña]

Maravilloso poema, Carmen:

Ha sido una gozada leerte.
Hay tanta luz y tanta sombra en este mundo que da vértigo...

Un fuerte abrazo
Felicitaciones
Ana