Ronald Bonilla escribió:Saberse pertrechado en un rincón oscuro,
desvanecido mientras pasan
ceremoniales
los vehículos de la guerra.
Un deportista al fondo
espera hacer la hazaña;
lleva en el pecho doble insignia:
su país le queda pequeñito
mas se agranda en su frente
como un cometa apenas sospechado.
En otra dimensión, encadenados,
llagados por la esclavitud,
cientos, miles, clamando entre sus ayes.
No son eslabones perdidos.
¿Acaso todo pasó?
En otra dimensión, la guerra
deja sobre las ropas desoladas
las manchas de la sangre y el estruendo.
¿Quién no conoce el infierno: los rostros
de los niños en las filas y sus platos sonando
al mediodía y por las noches,
en esa fotografía del desamparo?
Aquí, en esta dimensión, una voz
es suficiente para vincularnos.
Uno, dos, tres. Entrena fuerte.
Corre…corre…
No camines.
Estamos fuera del paisaje.
Alguien nos mata sin mirarnos,
solo asume que al apretar ese botón
es inocente,
y luego cena con su esposa
en un país lejano.
¿Pero qué nos une ante el magma
que avanza?
¿Qué nos ata ante el mástil del naufragio?
Alguien sabe,
alguien que sale dando coces del recinto,
insulta,
pero, ¿acaso sabe
o tan solo manipula algunos hilos?
¿Quién puede sostener esta caricia?
¿Acaso los centauros olvidados
regresarán a repoblar la tierra?
De mi libro inédito LOS ÚLTIMOS CUERVOS
derechos reservados de ley
Esas otras dimensiones en el tiempo donde arrasaron con un pueblo todavía están aquí, sbrevientes, memoria genética, odio, miedo, cosas bien entrincheradas en el corazón humano. Somos soldados solo falta saber de qué ejército. Me gusta ladescarga sugestiva de tu poema, Ronald. Abrazos, ERA